LOS ÁNGELES -- El cubano Yuli Gurriel no esperó mucho para justificar la gran inversión que hicieron en él los Astros de Houston.
En su primera temporada completa, Gurriel, un novato de 33 años con menos de 200 partidos de experiencia en la pelota de Estados Unidos, fue una de las piezas básicas sobre la que Houston construyó una de las mejores temporadas de su historia y avanzó apenas por segunda ocasión a la Serie Mundial desde su fundación en 1962.
Gurriel bateó .366 (41-15) con cuatro dobles, un triple y cuatro carreras impulsadas en los playoffs de la Liga Americana, ayudando a que los Astros dejaran en el camino a los populares Medias Rojas de Boston y Yankees de Nueva York en ruta a conseguir el boleto del clásico de otoño contra los Dodgers de Los Ángeles, comenzando el martes en Dodger Stadium.
Solamente su compañero de equipo, el intermedista venezolano José Altuve, tienen mejor promedio al bate (.400) y hits (16) en los playoffs que Gurriel, entre todos los jugadores que están en roster activo para la gran final de las ligas mayores.
''No solo estoy orgulloso de estar en la Serie Mundial, que es lo máximo en el béisbol, no solo en Estados Unidos, sino en el mundo, sino poder ayudar, tener resultados. Me siento orgulloso y satisfecho'', dijo Guerriel a ESPN Digital, el lunes en Dodger Stadium.
Gurriel bateó .299 con 19 jonrones, 43 dobles, 75 carreras impulsadas y 69 anotadas. Impuso marcas de todos los tiempos para novatos de la franquicia en bases totales (257), extrabases (62), dobles (43) y Slugging (.485). Apenas se ponchó 62 veces en 564 apariciones para un 11% de frecuencia, la tercera mejor de la liga y la quinta mejor de todas las ligas mayores.
El antiguo tercera base e intermedista de la selección cubana firmó un contrato con los Astros por cinco años y $47,5 millones de dólares en julio pasado y debutó en las Grandes Ligas en agosto. El veterano de 17 años en la Serie Nacional y la selección de su país, agotó 130 turnos en el 2016, exactamente la cantidad permitida antes de perder la elegibilidad como novato en MLB.
Su doble con las bases llenas en la sexta entrada del cuarto juego de la Serie de Campeonato de la Liga Americana contra los New York Yankees fue el número 41 de la historia de la postemporada y el primero en la final del joven circuito desde el que conectó Troy Tulowitzki, de los Azulejos de Toronto, en el quinto choque del 2015 contra los Reales de Kansas City.
De acuerdo a Statcast, Gurriel sacó el bate a 107.5 millas por hora para conectar su doble con bases llenas. Durante la temporada regular, bateó 204 lanzamientos de 95 o más millas por hora de velocidad, el noveno mejor de Grandes Ligas. Durante la postemporada, lidera a todos los bateadores en promedio de velocidad de la salida de sus batazos (94.3 MPH).
''Sabíamos que estábamos firmando un jugador especial y también sabíamos que los verdaderos frutos no los veríamos hasta este año'', dijo Jeff Luhnow, el gerente general de los Astros. ''Era un veterano jugando pelota, pero no jugando en Grandes Ligas, enfrentando los pitchers de Grandes Ligas. Se toma un tiempo adaptarse a eso, incluso si es un bateador tan bueno como Gurriel'', agregó Luhnow.
Gurriel no solamente mostró inmediatamente que es un bateador de Grandes Ligas, sino que además, enterró un poco el mito que le crearon periodistas y aficionados en Cuba acerca de una supuesta incapacidad para rendir en los momentos más importantes de sus equipos.
''Eso es algo que es bien complicado. En Cuba siempre estuve en el ojo, en la mira y era bien difícil'', dijo Gurriel, quien bateó .335 con un OBP de .417 en 17 temporadas en Cuba y Japón y batea .329 en más de seis mil turnos en su carrera.
''Aquí me siento mucho más liberado, tener un equipo con tantas estrellas y no ser el foco, que la gente esté pendiente de lo que pueda hacer. En Cuba, prácticamente si yo no bateaba, perdíamos por mí, pero si bateaba era normal, era lo que tenía que hacer. Era difícil quedar bien con la gente'', agregó.
''Creo que de una forma u otra, este resultado aquí, en el mejor béisbol del mundo, creo que para ciertas personas le puede quedar claro que en ciertos momentos puedo resolver en momentos determinados'', dijo.
''Sin él, probablemente no estaríamos donde estamos. Yuli es un caballo'', dijo el veterano jardinero puertorriqueño Carlos Beltrán.
Yuli y su hermano menor Lourdes Gurriel hijo, de 23 años, abandonaron el equipo de Cuba que jugaba en la Serie del Caribe del año pasado, al final del clásico de la pelota invernal en Santo Domingo, República Dominicana. Lourdes, del mismo nombre de su padre, una leyenda del béisbol cubano, firmó con los Azulejos por siete años y $22 millones de dólares.
Muchos se preguntaron por los últimos años por qué Yuli Gurriel, para muchos el mejor pelotero que había en Cuba, no seguía los pasos de otros que abandonaron la isla para mostrar su gran talento en las Grandes Ligas norteamericanas. En la Serie Mundial, Gurriel tiene que seguir lidiando con la pregunta.
''La gente me pregunta que por qué me decidí tan tarde. En cierta forma se entiende la pregunta, de haber venido a los 20 o 21 años como otros jugadores, habría sido mucho mejor. Pero no me arrepiento'', dijo Gurriel.
''Tuve la posibilidad de jugar toda mi vida en Cuba, disfrutar todos esos grandes momentos, olimpiadas, mundiales, la posibilidad de ir a jugar a Japón y Dios quiso que ahora estuviera aquí. Y estoy en la Serie Mundial, lo máximo'', dijo. ''No hay nada que lamentar'', apuntó.