BUENOS AIRES -- Desde hace un par de fechas el Calcio presenta una característica diferente: los nervios. Por diferentes razones, los principales protagonistas del torneo han demostrado, para usar palabras prudentes, una cierta tendencia a perder la calma.
Inclusive llegaron declaraciones bastante explosivas, como las de Antonio Conte, quien para responderle a Fabio Capello (que por otra parte, curiosamente, había tratado de defenderlo), afirmó que "Sólo lo recuerdo por los títulos revocados y no por el buen juego de ese equipo", admitiendo así implícitamente la revocación y lo inmerecido de los Scudetti 2005 y 2006.
Algo que todos sabíamos, que ya es historia, pero que desde el club bianconero siempre habían contestado con otros argumentos. Habrá que ver, desde ese costado, como les caerán esas declaraciones a los propietarios, que de todas maneras quedaron bastante descolocados por esas afirmaciones.
Pero la gran pregunta sería: ¿por qué Conte está tan nervioso? Su equipo es claramente el mejor del lote, se sigue reforzando (ver la llegada de Osvaldo), la chance del tricampeonato es más que una simple oportunidad y tiene la ocasión de ganar una importante competición internacional (el año pasado la ganó Chelsea, el anterior Atlético de Madrid) dando la vuelta olímpica en su propia cancha. ¿Qué lo preocupa?
Por lo pronto, Conte está advirtiendo, quizás, que el suyo es un equipo que está condenado a dejar en la cancha siempre el máximo de su potencialidad y nota algunos síntomas de flexión, mental antes que física. Por ejemplo nunca, en la era Conte, en Serie A Juventus había sufrido goles en seis partidos consecutivos, un problema que ya había asomado a comienzos de temporada. En el Calcio, casi siempre, gana la mejor defensa, y no es casual.
Conte se comporta como aquel jockey que, advirtiendo que su purasangre se está quedando, lo incita con más fuerza para pedirle un último esfuerzo. A veces, como sugirió Capello, hay que saber usar más zanahoria que látigo, sobre todo si el caballo en cuestión está realizado un galope extraordinario, con 13 triunfos y dos empates en los últimos 15 partidos. El tiempo dirá quien tenía razón, pero por ahora Capello se asombra por la reacción nerviosa de su colega que, en cambio, no le usó ni siquiera la normal cortesía que se emplea en estos casos.
Rudy García también está nervioso: le cayó pésimo que lo criticaran luego de la eliminación de Copa Italia. Puede tener razón, pero las dos veces que Roma salió de su cancha buscando objetivos importantes, acercarse al puntero en un caso y clasificarse para la final de Coppa Italia en el otro, su equipo fue goleado sin atenuantes ni excusas, sufriendo seis goles sin anotar ni uno, y por encima terminando en inferioridad numérica.
Pero los nervios de García están más justificados: su Roma hizo hasta ahora un milagro y así y todo tiene que perseguir, lo que notoriamente desgasta mucho más que liderar (frase que, curiosamente, fue inventada justamente por Capello). La copa nacional se fue, la remontada parece casi imposible, la perspectiva de terminar un año excepcional con "cero títulos", como decía Mourinho, es muy real y parece una burla.
Rafa Benítez, por su parte, cuando mete dos triunfos seguidos reflota el tema de su fracasado pasaje por Inter. Quizás hasta tenga algo de razón, pero esa actitud denota los nervios de quien teme otro fracaso, en un ambiente como el napolitano que se desenamora con la misma, explosiva facilidad con la que se encariña.
También en el caso del español, notoriamente técnico "copero", las dos copas, Italia y Europa League, pueden ser objetivos muy apetitosos, y sobre todo el primero está al alcance de las manos. Calma entonces, Don Rafa, y a resolver los problemas de la fase defensiva que son reales y no una simple crítica malintencionada hacia usted.
Los nervios de Walter Mazzarri están desapareciendo rápidamente. Es sorprendente como este excelente entrenador identifica claramente los problemas de su plantel. Pidió en todas las lenguas a Hernanes, el brasileño llegó y con esa única pieza de cambio el equipo ahora funciona, con dos delanteros y dos volantes de calidad y cantidad como Hernanes mismo y Guarín.
Un Guarín que también demostró nervios, en una agarrada sin sentido con su compatriota Cuadrado. Por suerte, fue apenas una calentura del momento y los dos terminaron abrazados en el vestuario, pero sorprende que Guarín (de paso, estuvo a punto de hacerse expulsar) se enoje justo ahora que el equipo comienza a girar y lo hace con él como titular.
Muy nervioso está también Clarence Seedorf. Si bien lo negó, este cronista supo por fuentes absolutamente confiables que, luego de la derrota de Nápoli, Berlusconi se puso loco y lo convocó a una cena en su casa, donde hubo reproches muy directos. Pero si algo no le falta a Seedorf es personalidad y hasta tiene razón en el concepto de que hay que considerar esta temporada como un trampolín de lanzamiento para la próxima, con un norte irrenunciable, el buen juego, como por otra parte el mismo propietario exige.
En este caso, los nervios de Seedorf podrían estar relacionados con el darse cada vez más cuenta de que la calidad media de su plantel no permite ese juego bonito que él predica y pretende. Pero tiene tiempo para seleccionar las mejores piezas, y está claro que Berlusconi, más que cenas amenazantes, deberá meter la mano en la billetera y mejorar seriamente el plantel en el próximo mercado.
En zona descenso están todos nerviosos. Catania con un triunfo pasó de ser colero a una unidad del umbral de la permanencia. Estoy convencido que se salvará cómodamente, entonces Livorno y Bologna (y hasta Cagliari, si comienza a perder como local enfrentamientos directos, como pasó ante Livorno) deben preocuparse seriamente, máxime porque también Chievo y Sassuolo siguen muy cerca.
Otros que están nerviosos son los árbitros, pero eso es normal: no hay nada que te ponga tan mal como el ver que cada domingo "jugás" peor. Ya los yerros son tan notorios y seguidos que dejan de ser noticia, sin dejar de ser un escándalo. El cambio de la dirigencia arbitral es urgentísimo. Ojalá que cuando finalmente eso ocurra, las "manzanas" no estén ya todas podridas.
En suma, el Calcio está nervioso, porque se acerca la fase de definición: nada es simple en el "torneo más difícil del mundo".