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River, con sensaciones ambiguas

BUENOS AIRES -- La sensación del hincha de River es ambigua. Alegría y preocupación. Felicidad e inquietud. Y el sostén de ambos pensamientos es perfectamente entendible.

Por un lado, la vuelta de ídolos emblemáticos y de refuerzos que ilusionan, genera que el mundo Millonario esté trazando analogías con el pasado más glorioso. Que Javier Saviola y Lucho González se sumen a Fernando Cavenaghi y a Pablo Aimar, es un disparador irrefutable para que el corazón palpite con emoción y nostalgia. Aquellos que no los vieron jugar, seguramente han recurrido al archivo o escuchado a los más grandes para poder dimensionar lo que River tiene en su plantel.

Sin embargo, la contracara la muestra una realidad futbolística que no es del todo auspiciosa. Dos partidos oficiales en la temporada con una derrota ante Central (y eliminación de la Copa Argentina) y un empate ante Tigre (en el marco del campeonato local), ambos sin grandes demostraciones de destreza, lo cual preocupa a propios y extraños de cara al compromiso que el equipo de Marcelo Gallardo tiene como objetivo central: la Copa Libertadores.

A esto hay que agregarle que el receso siempre demora los procesos de ensamble de cualquier equipo, y en el caso del Millo, si bien las bajas de la formación titular fueron pocas (Ariel Rojas y Teo Gutiérrez), le está costando encontrar esa idea de equipo sólido y solidario que dejó, por ejemplo, cuando eliminó a Cruzeiro en Belo Horizonte.

Los mencionados refuerzos aún no están en plenitud, lo mismo que el uruguayo Tabaré Viudez (quien además aún no posee el cupo de extranjero liberado) y Lucas Alario, quien ya comenzará a paladear lo que es River cuando se enfrenten el sábado próximo ante Temperley.

No se puede hablar de alerta, pero sí de una cierta inquietud porque los plazos se acortan y el margen de maniobra es más bien escaso. Desde el cuerpo técnico no quieren acumular contratiempos, por esto es que ya comenzaron a hacerles entender a sus jugadores que Guaraní no será un rival menos.

Para prevenir cualquier posible relajamiento, Gallardo y sus ayudantes se han preocupado de refrescar la memoria, y en cada ocasión que mantienen una charla les recuerdan que los paraguayos ya eliminaron a Corinthians y a Racing. Por eso, a pesar de esa imagen de cenicienta, desde el cuerpo técnico pretenden modificar la fisonomía de corderito que muchos le ven.

Para River, no se trata de una empresa imposible ni mucho menos, aunque sí se deberán mentalizar de que la única forma que tienen para salir de esa llave con una sonrisa será elevando el nivel exhibido hasta este momento.

Más allá de los nombres rutilantes, de los jugadores ya experimentados y de los que están dando sus pasos con la camiseta del Millo, es innegable que tiene que mejorar en varios aspectos de su juego. Y en particular en la definición, un mal que lo viene aquejando desde el semestre pasado. Tiene futbolistas para jugar bien. Si lo hace, el futuro será auspicioso, pero si no levante el rendimiento, de aquella sensación ambigua se quedará con la más dolorosa, esa que no le aventura un futuro cercano con alegría….