El peleador de origen cubano y peruano sube al ring para enfrentar a Nate Díaz en 10 asaltos de boxeo, pero no está contento con la promoción del combate.
Jorge Masvidal y Nate Díaz protagonizaron un enorme evento en UFC 244. Con el Madison Square Garden abarrotado, Masvidal se quedó la victoria por paro médico y con el cinturón inaugural BMF, que le abriría la puerta a estelarizar tres PPV más.
Cuando recibió el permiso del UFC, promoción con la que renovó contrato antes de enfrentar a Colby Covington en 2022, para hacer tres peleas de boxeo, la primera opción que pasó por su mente fue Díaz, que siempre le quitó el crédito por el triunfo, para poder saldar la cuenta.
Pero la promoción del combate ha estado muy lejos de ser placentera. Se postergó en dos ocasiones, buscaron hacerla coincidir con el PPV de UFC 302, Nate se negó a hacer careos y se armó una gresca el pasado 6 de junio en la que Nick Kohrig, miembro del equipo de Nate, agredió al entrenador Jorge Capetillo de la esquina de Masvidal.
“En UFC es un sistema diferente, te dan las órdenes y dices sí. Hablando del boxeo yo nunca más en mi vida haría negocios con este tipo. Ha sido todo un niño, perdimos muchas oportunidades para exponernos más al público, que más gente sepa. El quiere ser un ganguero de la calle o vender PPV. No lo entiendo, no es alguien con quien trabaje más, por mi beneficio, no es UFC haciendo la pelea, aquí nosotros tenemos que promover la pelea”, explicó Masvidal en entrevista con ESPN Digital.
El dos veces retador al título welter del UFC hizo su primer campamento ciento por ciento de boxeo en casi 20 años: “Lo más díficl era estar lejos de mis hijos y de mi familia, le dije al profe Capetillo que iba a dejar todo. Soy promotor de mis propias ligas y lo dejé todo para estar en la mejor condición posible y arrancar cabezas”, agregó.
Confiado en esa preparación de casi seis meses, Masvidal está seguro de que puede repetir escenas como la de Darren Till y Ben Askren: “Va a acabar muerto, noqueado en el piso, que no respire por dos minutos con las manos arriba, es la única manera que lo veo. Esto no va a decisión. Podrían decir que es difícil finalizarlo, pero eso dicen hasta que alguien lo logra”.
Jorge asegura sentirse cómodo en las 175 libras y con los 10 rounds, con la mira puesta en nombres grandes para el futuro cercano.
Los peleadores están listos para volver a encontrarse, aunque esta vez en un combate de boxeo.
“Tenemos los ojos con Floyd Mayweather, Logan Paul y Manny Pacquiao, vamos a poner toda nuestra energía y esfuerzo para lograrlas”, explicó.
Masvidal pasó a la báscula el viernes en 175.2 libras y Díaz en 176.6 libras para hacer oficial la pelea en el peso semicompleto de boxeo para el evento estelar de la velada de este sábado en el Honda Center de Anaheim, California.