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La escuela argentina de boxeo

Preguntas habituales: ¿Qué se hace cuando dos boxeadores caen al mismo tiempo? ¿Se puede fallar un round 10 a 6? ¿Cuantos son los golpes que existen en el boxeo? Para responder a estas y muchas más preguntas no habituales, no existe solamente el reglamento, sino también alguien que con experiencia y capacidad de docencia, sepa responderlas.

Son muchos quienes quieren ser jueces, o árbitros o técnicos de boxeo. Algunos porque lo practicaron con los guantes puestos, otros por afición sencillamente o -no faltan tampoco- los que estudian por el simple placer del aprendizaje. Para todos ellos hay una respuesta única: la Escuela Argentina de Boxeo de la Federación Argentina de Box, FAB.

La entidad nació antes de que el boxeo fuera autorizado como deporte, el 23 de marzo de 1920; y tres años más tarde, el 13 de noviembre de 1923, fue aceptada oficialmente como tal. Teniendo en cuenta que la pelea entre Luis Angel Firpo y Jack Dempsey fue el 14 de septiembre de 1923, se explica que luego de ese tremendo combate, las autoridades decidieran aceptar al boxeo como deporte.

Han pasado muchos años desde entonces, cuando el primer presidente fue don José Oriani, cuyo nombre lleva el gimnasio de la Federación, ubicada en Castro Barros 75, el barrio porteño de Almagro, en Buenos Aires.

Además de oficinas cuenta con un estadio donde obviamente, se realizan espectáculos de boxeo amateur y profesional. Hoy, bajo la presidencia del doctor Luis Doffi, la escuela de la Federación Argentina se muestra totalmente renovada. Hace más de treinta años que funciona la escuela, que habilita oficialmente a árbitros, jueces y técnicos con su licencia expedida por la FAB.

Uno de los más recordados conductores de esa escuela fue Francisco Oscar Seleme, histórico docente y jurado de boxeo. Hoy el director de la escuela es el doctor Luis Doffi -quien además de abogado, es juez de boxeo y hombre de la IBF- y se han nombrado a coordinadores que poseen gran actividad y solvencia en sus respectivos rubros. Leonardo F. Bianchi se ocupa de los jueces, Gerardo Poggi, junto a Alejandro Grispo y -ahora- Mario González (radicado en Nueva York) de los árbitros y Raúl Salazar de los futuros directores técnicos.

No hay escuelas similares en otros países de Latinoamérica que sepamos y en el caso de Argentina, la escuela funciona hace más de treinta años. Básicamente la estructura de trabajo se realiza en forma presencial pero también electrónica, de acuerdo con los tiempos que corren.

Se trata de diez clases de reglamento anuales para los futuros técnicos, de todo el año para jueces y árbitros. Se instrumenta para los que quieren ser árbitros, tener primero el título de Juez y, luego, seis meses después, del curso para árbitro. Los que se reciben obtienen sus licencias para el campo amateur y luego, tras cuatro años pueden pasar al profesionalismo. Son actividades que solamente contemplan un viático de traslado a los estadios que abonan los promotores de los espectáculos, como también al time keeper.

“Nuestra idea es ser lo más claros posibles y al mismo tiempo, que se puedan ir actualizando algunos temas que serán contemplados en los nuevos reglamentos”, dice Leonardo F. Bianchi. “Soy un fanático del reglamento y como me muevo como fiscal, tengo que estar muy actualizado y creo que cualquiera que se desempeñe en el boxeo, ya sea como técnico, especialmente, debe conocerlo bien, para saber sus limitaciones y también sus alcances. Eso incluye a los boxeadores, obviamente”.

Leonardo Bianchi (57), hombre de la ciudad de La Plata, director técnico de boxeo, ha trabajado con figuras como “Látigo” Coggi o Gustavo Zacarías, veterano entrenador de La Plata. Actualmente es juez, fiscal y supervisor. Fue presidente de la Comisión Municipal de Box de la ciudad de La Plata desde que se creó este organismo en 2016 y hasta julio de 2024. Es una presencia clásica como supervisor y fiscalizador de boxeo profesional en las principales reuniones profesionales, en la Capital Federal y del interior del país. ( Más de 100 eventos a la fecha, 65 combates por títulos nacionales e internacionales, incluido título del mundo).

Se lo conoce como un gran conocedor del reglamento. Por su labor de comunicador social (es Locutor Profesional ISER desde 1996, se desempeñó siete años como cronista en Telefé Noticias, además de18 años en una emisora radial de La Plata) ,es un reconocido docente en el tema del boxeo, que es su pasión.

El tema de los jueces aparece como una práctica que se puede ejercitar todos los días: cada vez que hay un combate en televisión o Youtube o donde sea, se puede, papel y lápiz en mano, practicar el puntaje.

“Esa es la idea”, afirma Bianchi galardonado por el “Firpo de Oro”, tradicional estatuilla de la Unión de Periodistas de Boxeo de la Argentina. “La base es la misma, o sea los factores que inciden en una tarjeta: ataque, defensa, técnica y eficacia. Por medio de videos que reflejen casos no habituales, se puede ir ejercitando a los alumnos, con esos ejemplos diríamos raros de dos boxeadores que caen al mismo tiempo, pero también tratamos de adaptarnos de conocer reglamentos internacionales, para estar actualizados y comparar”.

Tal vez los rubros más delicados sean los de referís y técnicos, porque en esos casos, la práctica es fundamental por sobre la teoría. Tanto Poggi como Grispo y ahora González, lo tienen bien en claro.

“Tratamos de hacer prácticas en los gimnasios con los que asisten en forma presencial, porque es la mejor manera de ir fogueando a los que quieren ser árbitros”, dice Gerardo Poggi (45), quien tiene una enorme experiencia en el campo. Ha intervenido en 100 torneos internacionales, incluyendo 3 juegos olímpicos y más de diez mundiales de AIBA. Como profesional lleva cuatro peleas de campeonato mundial, ha sido arbitro en 91 combates y 28 como juez (hasta ahora, se entiende, pues está en plena actividad). Ha sido distinguido como el mejor árbitro de Argentina en varias entregas del “Firpo de Oro” (máxima distinción de la Unión de Periodistas de Boxeo, UPERBOX) y es uno de los principales puntales del “boxeo sin contacto” para niños.

“Todos alguna vez comenzamos en esto y tuvimos que ir aprendiendo, practicando a diario y luego, ya sin ninguna red, subir a un ring, sabiendo que es fundamental conocer el reglamento”, afirma Alejandro Grispo (49) quien es DT e instructor nacional de fútbol. Como árbitro de boxeo amateur debutó en 2015 y llegó a trabajar en 412 combates. Profesional desde 2021, ya lleva 116 peleas, incluyendo la de su debut de campeonato mundial en el Luna Park: fue el año pasado en el combate entre Evelin Bermúdez (Argentina) y Jessica Basulto (México). “Yo ahora estoy viviendo en Nueva York e hice algunas peleas de campeonato mundial en países como Japón (Moruti Mthalane - Akira Yaegashi, 2019) o Dubai (Sunny Edwards-Jayson Mama, 2021). Es importante que los árbitros sepamos que fuera de Argentina los criterios a veces son otros”, afirma Mario González (60).

“Eso en cuanto a detener una pelea permanentemente marcando errores y otros detalles, por ejemplo. Es bueno que los boxeadores y los técnicos sepan que, afuera de Argentina, hay parámetros diferentes para que estén preparados cuando pelen fuera del país”. Mario González nació en Buenos Aires en 1964, boxeó a lo largo de dos años entrenando en el Luna Park con Esteban Osuna y debutó como referí amateur en el 2000 y debutó como rentado en 2006. Actualmente radicado en los Estados Unidos, fue árbitro en el Luna Park de Gustavo Lemos frente a Lee Selby (2022) y arbitró peleas por títulos mundiales en Japón y Dubai para la IBF. Hoy el el primer árbitro argentino que tiene licencia oficial de la Comisión Atlética de la Ciudad de Nueva York, hecho absolutamente histórico para el referato argentino de boxeo.

El tema de los técnicos requiere, también, una práctica constante, pero una formación académica, por llamarla así. Raúl Zalazar (60) está a cargo del tema. “Me recibí en el 2003 y trabajo en el equipo desde 1998”, nos cuenta. “Trabajo en el equipo de Juan Ledesma, un hombre de gran trayectoria, desde 1998. Como tuvo muchos viajes y boxeadores su cargo, lo reemplacé en su carga en la escuela allá por 2015, cuando el director era el doctor Jorge Demárcico -un apasionado de la docencia y el boxeo y su historia-, y el secretario era el juez Edgardo Codutti”.

El tema de la formación de técnicos es apasionante y al mismo tiempo, provoca un tratamiento muy profundo. “Luego de los cambios en diferentes presidencias, la escuela amplió su convocatoria e integró más aún a todos mediante cursos a la distancia. La idea es unificar criterios pedagógicos dentro de los fundamentos técnicos”, afirma Zalazar.

Todos los años, cerca de 500 alumnos egresan como nuevos técnicos, jueces y árbitros. En el caso de los técnicos, la suma es muy grande, pero también es cierto que no todos se dedican luego al boxeo competitivo, sino al recreativo. Una formación profunda deberá complementarse luego con la práctica, especialmente para los árbitros y técnicos y ello dependerá, en todos los casos, de la actitud de los propios protagonistas. Mientras tanto, la Escuela Argentina de Boxeo, a través de estos apasionados y expertos docentes del tema, sigue su marcha, formando a nuevas generaciones.