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Un café con Jake Paul

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“¿Ese será Jake Paul?”

La pregunta de Mariano Carrera nos dejó con la taza de café en la mano, mientras girábamos sin disimulo la cabeza.

Allá, al fondo de la cafetería, solo, mirando su celular y sin la mesa preparada, estaba él. De espaldas a la pared. Totalmente solo. O alguien demasiado parecido.

Estábamos en Orlando, sede de la Convención anual de la Asociación Mundial de Boxeo, eran las ocho de la mañana y no éramos demasiados los comensales. Mariano Carrera -ex olímpico en Sidney, ex campeón mundial, entrenador titular del gimnasio Funes, invitado especial de Gilbertico Mendoza-, tenía razón, sin dudas. Era él.

¿Cuánto tiempo tardamos en levantarnos e ir a su mesa?

Nos miró con curiosidad. Nos presentamos. El rostro le cambió cuando supo que ambos éramos hombres de boxeo.

“Quiero felicitarte por todo lo que aportás al boxeo, te admiro mucho”, dijo Mariano.

“Bueno, muchas gracias. Argentina, ¿verdad? Bueno, hago lo que puedo porque me gusta el boxeo y me parece que es un buen momento para que lo apoyemos y lo difundamos”.

Sabemos que en Puerto Rico (donde reside) estás haciendo una gran labor junto a Amanda Serrano.

“Si, lo hago con la WBO abriendo gimnasios, creo que por ahí pasa una de las claves. Algo similar también tengo junto a Gilbertico Mendoza (presidente de WBA) porque es hora de que la gente del boxeo nos unamos. Porque me siento parte de esta familia que es el boxeo. Sé que con Gustavo (Olivieri) el nuevo presidente de la WBO también vamos a hablar en el mismo idioma”.

Carrera no aguantó más: “Respetaste mucho a Tyson, eso me encantó”.

Jake -que ni siquiera tomó un café, puesto que tampoco parecía haber ordenado nada- respondió mirando a los ojos y en un tono amistoso y cortés.

“Es lo que correspondía, porque ha sido un gran leyenda, un ídolo de todos”.

Fue un gran acontecimiento, Jake…

“Si, fue fantástico. ¿Saben qué? La diferencia con los promotores, en general, es que yo ya tengo dinero. No lo hago con la necesidad de ganar dinero, sino para darme los gustos. Un gran show es un gusto personal que me doy”.

El “gran gusto personal” de Paul (11-1, 7 KO), a sus 26 años, le significó una audiencia récord para streaming de 108 millones de espectadores en Netflix. En esa misma velada, realizada en Arlington, el 15 de noviembre, Katie Taylor venció a Amanda Serrano por todos los títulos super ligero, ante una audiencia estimada en 50 millones de seguidores.

Paul, cuyo patrimonio se estimaba en unos 80 millones de dólares, según Celebrity Net Worth (antes de Tyson) se llevó una bolsa de 40 millones. Iron Mike -a su vez-, recibió 20 millones.

“¿Y ahora? Yo entreno boxeadores en un gimnasio muy grande, Funes, muchos de los chicos que siguen tus peleas y tus cosas. Eso es mucha responsabilidad”, preguntó Carrera.

“Y lo sé, por eso hemos abierto tantos gimnasios en Puerto Rico, por eso estamos inaugurando gimnasios dentro de los Estados Unidos; el boxeo es una salida para chicos y chicas y debemos ser conscientes de eso. Si no, la cosa no funciona”.

Imposible no pedirle una foto.

“Ahora no. Si lo hacemos, empezarán a venir todos y adiós a la calma. ¿La hacemos luego?”

Le dimos la mano, seguimos con nuestro café con Mariano. Y mirándonos como cómplices, sentimos que la charla había valido más que una foto. La charla con uno de los personajes más influyentes del boxeo que resultó ser además un tipo cordial, sencillo y humilde. Ni más ni menos. Luego ya no hubo encuentro aunque participó de una velada en la que Gilbertico le entregó una distinción especial por su aporte al boxeo.

Hasta la próxima Jake. Nos debés una foto.