Nota del editor: esta historia se publicó previo a la primera pelea entre Jake Paul y Tyron Woodley en agosto. Paul y Woodley tienen revancha el sábado 18 de diciembre.
JAKE PAUL HA comenzado a garabatear mensajes en cartulinas adheridas a la sala de su casa en Dorado Beach, Puerto Rico. Hay que prestar atención a las frases escritas en la pared: “Hacer historia”. “Atleta Interno”. “Ganar”. “¡¡Ganar!!” “Retribuir”. “¿Qué haría Jordan?” “Pájaro Secretario”. “Energía de la Orca”. “Medusa de Caja … sin corazón, el animal más mortífero”.
Del otro lado de las puertas corredizas de cristal que conducen a su piscina, Paul tiembla gracias a su baño con hielo de cada día, dentro de lo que aparenta ser un refrigerador puesto de cabeza. Marcos Guerrero, asistente de Paul, me invita a sentarme al lado de Paul mientras éste hace algunas llamadas de trabajo. Hay más frases escritas en los afiches: metas y objetivos para cada semana previa al combate de Paul contra el excampeón peso welter de la UFC Tyron Woodley este domingo. Al lado de cada ítem, se encuentran círculos para colorear una vez se haya completado cada tarea.
“6 baños con hielo”, coloreado. “3 sesiones de sparring”, coloreado. “Trolear a la UFC”, colorado. “Conocer a Trump”, coloreado.
Paul camina para ingresar a la residencia, y se sienta a la cabeza de su mesa de comedor. Su cabello, similar a los fideos ramen, flota sobre su cabeza mientras su nariz se desvía hacia el centro. Viste una camiseta blanca, estampada con la tipografía azul que identifica a su nueva organización benéfica, Boxing Bullies. Montada sobre la pared ubicada tras él, encontramos una pintura de Paul gritando en la esquina después de propinar un nocaut a Ben Askren en abril pasado. El chef personal de Paul, que me dijo que Paul y su equipo consumen dos cartones de 18 huevos diarios, le trae un omelet. Paul extiende varias hojas de papel color marfil, con listas de cosas por hacer cada día, las cosas que hace mal en los sparrings y “Movimientos por hacer”.
Movimiento por hacer: “Necesito elevar mi estilo de juego”.
Guerrero, que cumplirá 22 años al día siguiente a pesar de que un miembro del equipo lo describe como “realmente cercano a los 45 años”, se sienta cerca de nosotros. Viste una camiseta de talla grande y pantalones cortos. No deja de ver su teléfono celular o computadora portátil. Habla en breves y calmados brotes de híper-competencia dignas de un libreto de Aaron Sorkin. Le recuerda a Paul cuándo será su próxima reunión, con quién hablará y con respecto a qué. Paul toma su bolígrafo y apunta una nota nueva, prácticamente después de cada conversación sostenida, vía telefónica o con Guerrero. Una nueva burbuja que necesita llenar, un nuevo ítem con algo por hacer. Resulta que Paul, uno de los sabios de nuestra cultura visual de Internet, tiene vocación de guionista.
Le pregunto sobre qué tratan sus frases relativas al pájaro secretario, la orca y la medusa. Responde que estudia un nuevo animal mortífero cada semana, como recordatorio a sí mismo de que el boxeo es un deporte implacable. Toma su teléfono para atender la llamada de Tyler Wiklevoss, uno de los gemelos multimillonarios del bitcoin que no inventaron Facebook.
A Paul le encanta conversar con multimillonarios, porque ha deseado ser uno de ellos desde que dejó el hogar de su niñez en el estado de Ohio a los 17 años, para mudarse a Los Ángeles con su hermano Logan con la intención de perseguir la fama en redes sociales. Si conoces el nombre de Jake Paul, o bien lo detestas, o sabes que se supone que deberías detestarlo. Algunas de sus transgresiones son banales: El video de su canción “It’s Everyday Bro” (“Es todos los días, hermano”) ocupa el puesto 16 entre los que más han acumulado clics de “no me gusta” en la historia de YouTube. Paul no es bienvenido en los lujosos vecindarios californianos de Beverly Grove o Calabasas. Y ciertamente, a algunos genera sospechas dignas de un estafador: si las cifras de recaudación del sistema de “pago por evento” de su pelea de abril pasado en la que noqueó a Askren, excampeón de las Artes Marciales Mixtas, son cercanas a la realidad, entonces Paul, con su récord boxístico de 3-0, es uno de los púgiles más lucrativos del planeta Tierra a pesar de nunca haberse enfrentado a un boxeador entrenado profesionalmente.
Sus críticos afirman que Paul engañó a sus jóvenes seguidores deseosos de triunfar en las redes sociales, para que compraran un falso programa de “cómo convertirse en influencer” llamado Edfluence. Más grave que eso, Paul también ha sido acusado de cometer delitos: El pasado verano, el FBI allanó su mansión del estado de California en conexión con los saqueos producidos en un centro comercial ubicado en Scottsdale, Arizona tras una protesta (desde entonces, el FBI se negó a presentar cargos). Varios exempleados y amigos han calificado sus relaciones con Paul de “abusivas y explotadoras”. Y a principios de este mismo año Justin Paradise, una prominente TikToker, publicó un video de 20 minutos en YouTube en el que afirmó haber sido agredida sexualmente por Paul, acusación refutada por él.
Paul se ha grabado en Internet desde que tenía 10 años. Ya ha vivido varias adolescencias de niño estrella. Fue despedido por Disney (en aquel entonces se informó que era una decisión mutua), grabado utilizando la palabra en inglés que comienza con “N” en un rap freestyle, demandado por las proezas irresponsables que le han hecho famoso. Nada de lo anterior ha detenido su constante acumulación de seguidores, suscriptores y dinero. Ha aprendido que puede correr de cabeza sobre el precipicio, porque en la cima le espera una fuente termal que le hará flotar alegremente hacia arriba, hasta la tropósfera de la notoriedad.
Paul se especializa en los ciclos morales de “auge y caída” del Internet: violar principios para después arrepentirse, hacer un acto de contrición para luego prometer cambiar, hacer un breve receso y después cometer la siguiente transgresión; esta vez, quizás, seguida por un desafío. No podemos permitir que la audiencia se aburra. Después de todo, la ofensa es apenas una inversión, una acción al alza en los mercados de capitales de la atención. “It’s Everyday Bro” ganó un disco de platino. Su remix cuenta con la colaboración del rapero Gucci Mane.
A primera vista, el dinero y la fama de Paul confunden a cualquiera. Un análisis más exhaustivo nos revela un hombre astuto y ambicioso, dispuesto a ganar bajo los mediocres términos provistos por la cultura que le rodea. Siendo adolescente, aceptó que la atención de sus seguidores y el auspicio de las marcas decidieran su vida por él. Desde entonces, no ha dejado de preguntarse quién se supone que es. Ahora, este intento de vuelo desde su propio vacío carcomido, yendo de una especie de celebridad ilusoria a otra supuestamente más segura, lo arrojó hacia el estrecho y peligroso banco de arena del boxeo profesional. “Soy un artista. Punto. Eso es lo que Jake Paul es”, afirma. “Simplemente, mis medios para entretener evolucionan a medida que me hago mayor”. El boxeo es su faceta más reciente, y está lo suficientemente comprometido con los rigores del pugilismo para engañarse a sí mismo, quizás incluso lo suficiente como para cambiar.
PAUL SE ENCONTRÓ con los gemelos Winklevoss en Bitcoin 2021, el festival anual de criptomonedas, celebrado este año en Miami. Paul tenía previsto aparecer en el último panel de la jornada, junto a los mellizos y el comediante Tim Dillon. A las afueras de las tiendas del festival con forma de cúpula geodésica, el terreno está lleno de billetes de 50 bolívares venezolanos, como una especie de chiste sobre el futuro de la moneda impuesta por decreto. Jake Mallers, cripto evangelista y CEO, suelta las lágrimas sobre el escenario. “Moriré sobre esta colina”, grita entre sollozos. “Ustedes están mejorando a la humanidad y no permitan que nadie les diga lo contrario”.
Un joven vestido de gorra roja con la frase “Hacer que el Bitcoin vuelva a ser grande” sostiene una pancarta sobre su cabeza, que dice: “Arrójame al suelo. Gana un Bitcoin”. Le pregunto cómo va eso. Alza su camiseta blanca para ufanarse de varios rozamientos color vino esparcidos por su espalda y costillas.
Desconcertado por todo aquello, Paul me dice después que le pareció haber entrado a “un ejército o una secta”.
Tras bastidores, donde los chicos de moda no tienen salones verdes donde pasar el rato, existe una especie distinta de exceso. Parece que estuviéramos dentro de una fiesta casera que corre el peligro de durar demasiado tiempo. Uno de los gemelos Winklevoss viste una camisa adornada con columnas al estilo Orden Corintio de la Bolsa de Valores de Nueva York. Bajo ellas, se encuentra escrita la frase: “Furia contra la Máquina”. Aquí están, los niños ricos y los ávidos de escenario; especuladores, hombres de confianza y videntes; perdedores, YouTubers y TikTokers; los despistados y los que deberían saber mejor; todos haciendo un cosplay, disfrazados de exiliados del antiguo consenso, todos clamando por el nuevo mundo feliz: una ganancia repentina, inesperada y extraordinaria.
VER: Woodley y el equipo de Paul tienen intercambio caliente
Varias semanas después, Paul y Tyler Winklevoss intercambian palabras típicas de su jerga (“metaversos”, “mercados NFT” y “cripto tarjeta de crédito”, series B y C) y hablan sobre posibles colaboraciones. Paul invita a los Winklevoss a la pelea contra Woodley y a un almuerzo organizado con la intención de congregar a Hollywood con gente de los ámbitos de la tecnología y las criptomonedas.
A criterio de Paul, Hollywood representa el todo de una edificación que personifica la fama, riqueza y acceso indiscutibles y legítimos. Es su juego a largo plazo. El boxeo es su estrategia de salida de la clase de celebridad que ha sido hasta ahora: la del influencer.
Paul detesta una parte de su carrera en redes sociales; específicamente su cualidad de círculo vicioso. “Es un pozo sin fondo. Imagínate a una persona comiendo, y la comida pasa por ellos. En las redes sociales, hay que seguir publicando. Debes seguir creando. Debes seguir teniendo nuevas ideas y luchar todo el tiempo. Todo el tiempo, si quieres ser el mejor de esa categoría. Pero, tan pronto como te detienes, no te queda nada por mostrar”.
“El dinero se detiene. La venta de mercancía se desacelera. Nadie quiere seguir auspiciándote, porque no publicas contenido. Por eso, parece que trabajaras cada día para no tener nada si dejas de trabajar. Para mí, ese es un callejón sin salida”.
Le pregunto a Paul por la diferencia entre el sitio adonde quiere ir y el lugar donde ha estado. El nivel intermedio entre celebridad e influencer.
“Un influencer: quítales su Instagram, quítales su TikTok, quítales su cuenta en YouTube, están jo---s”, afirma. “¿Qué harán? Ese es un influencer. Si pudes quitarles todos sus perfiles en redes sociales y son capaces de seguir haciendo lo que sea que hacen, entonces no son influencers. Son celebridades”.
Posteriormente, le pregunto a Paul si una derrota ante Woodley pondría en peligro sus planes. Dudando, nos dice que sí, antes de confesar que perder el 29 de agosto es su mayor temor.
“Si juego bien mis cartas durante las próximas dos peleas, y gano y gano y gano un par de veces más, entonces me puedo retirar de este deporte tras haber ganado entre $250 [millones] y $500 millones. Apestaría no hacerlo”.
“Uno de mis primeros objetivos era convertirme en multimillonario. Sólo ver si podía lograrlo de forma honesta. Y ahora, allí está. Y creo que, independientemente de ganar las peleas o no, creo que me convertiré en multimillonario, sólo como un reto a mí mismo. Ni siquiera estoy haciendo realmente algo con mi dinero en estos momentos, sino que es sólo un reto. Me gusta un reto, más que nada. Y apestaría que eso se vea truncado por una derrota, primero y principal”.
Guerrero intenta explicar el nuevo estatus deseado por Paul: “Todos esos grandes medios que la gente ve en una residencia normal, diariamente cuando van a una tienda, cuando están viendo televisión y cosas así; contra esos medios más pequeños basados en YouTube y blogs. Allí está la diferencia. Los influencers realmente no los ves en medios de comunicación establecidos. No los ves en ‘Good Morning America’ [programa de la cadena ABC]. No los ves en SNL [Saturday Night Live, programa cómico de la cadena NBC]. No los ves en el programa de Conan [O’Brien]. No los ves haciendo apariciones en ESPN”.
En otras palabras: ellos creen que estoy aquí para ayudarlos.
PAUL DEJA el festival para asistir a una cena privada a altas horas de la noche, celebrada en un restaurante del centro de Miami. Sentados alrededor de una extensa mesa de banquetes, se encuentran un grupo de multimillonarios: criptofinancistas, capitalistas de riesgo; fundadores y creadores con estilo propio; el DJ 3LAU; Chris Kelly, copropietario de los Sacramento Kings de la NBA, ex primer asesor legal general de Facebook y quien quedara segundo en las primarias del partido Demócrata por la fiscalía general del Estado de California por debajo de la ahora vicepresidenta de Estados Unidos Kamala Harris, y quien responde pacientemente a mis preguntas sobre “Ballenas”, “SPACs”, “Elon Musk”; y el cantante Trey Songz.
La cena comienza con un ejercicio para romper el hielo. Uno por uno, los asistentes se levantan para presentarse. Cuando llega el turno de Paul, éste se levanta y de forma casual, hace que su puño derecho choque con la palma de la mano izquierda. Paul viste dos relojes, un anillo en cada dedo, dos brazaletes y tres collares. Tanto brillo no tiene un mensaje en particular, tampoco capta la luz color albaricoque de la habitación ni hace ruido. Es apenas un joven de 24 años, y es rico.
“Mi nombre es Jake Paul. Cómo estamos…”, comienza a hablar en su característico estilo pausado. No es reflexivo en sí mismo, aunque sí es capaz de hacer autoevaluaciones lúcidas, extruido a un ritmo y manera vagamente hipnagógica. Incluso cuando te mira fijamente y se dirige hacia ti, puede parecer que Paul vuelve de soñar despierto.
Prosigue su introducción: “Manejo un fondo de capital de riesgo con Geoff Woo”, y señala a su socio de negocios y cofundador de Anti Fund, su nueva empresa de capitales de riesgo, ubicado al otro lado de la mesa. “Hacemos cosas con criptomonedas, cosas empresariales, productos de consumo. Oh, y boxeo con otras personas y las noqueo”. Todo ello dicho entre los aplausos de los presentes.
Minutos después, un cambio de asientos en la mesa de comedor hace que el anfitrión, llamado Nikil Viswanathan, CEO y cofundador de Alchemy, empresa en ciernes que acaba de ser valorada esta primavera en $500 millones, se encuentra sentado al lado de Paul, para pedirle a este último que cuente a todos los presentes su “historia original de lucha”.
Paul se atreve a contar un recuerdo de su niñez, relativo a los orígenes de su competitividad con su hermano mayor. Poco después de que empezaron a publicar videos en la ahora descontinuada aplicación Vine, los dos adolescentes se encontraban en la cocina con su padre, un amigo de Paul y la novia de Logan, cuando Logan intentó darle un consejo a su hermano menor sobre un video en el que trabajaba. “¿Por qué habría de hacer eso?”, replicó enfático Paul. “¿Qué sabes tú? Yo tengo más seguidores que tú”. El amigo y padre de Paul estallaron en risas, al igual que la novia de Logan. Logan se quedó en silencio.
“Pensé: ‘maldición, tiene razón. Mi hermano menor tiene más seguidores que yo”, recuerda Logan. “Jo---, este tipo. Decidí comenzar a hacer Vines con la intención de hacerme famoso en Internet”.
Durante los días siguientes, Paul notó una diferencia en los videos de su hermano: se hicieron más graciosos. Las cifras de visualizaciones de la cuenta de Logan se catapultaron. Allí comenzó una competencia que ya lleva largo tiempo, según afirma Paul, quien viajó ese fin de semana a Miami para presenciar el absurdo espectáculo del combate pugilístico de su hermano contra Floyd Mayweather, escenificado a la noche siguiente.
Paul nació en enero de 1997, lo que le convierte en uno de los primerísimos miembros de su grupo etario, denominado “Generación Z”. Se crio en la población de Westlake, en el estado de Ohio, suburbio pudiente de Cleveland y ubicado aproximadamente a 30 minutos al oeste del centro de la ciudad. Sus padres se divorciaron cuando era niño. Afirma que su primer recuerdo real tras tener uso de razón es del ingreso a su casa de oficiales de policía para acabar con una explosiva disputa doméstica entre sus padres. “Fue una niñez muy normal dentro de la burbuja suburbana”, afirma Pam Stepnick, madre de Paul.
Sus roles familiares están tan incrustados en ellos, que nos parece escuchar a un grupo de personas que hacen un resumen de una comedia situacional. Stepnick era cariñosa, consentidora. Su exesposo Greg Paul se asignó el papel de sargento. La tacañería de sus regalos de Navidad (navajas para cortar madera, calcetines, barras de jabón, postres de desayuno, todos envueltos en papel periódico) son el material del que se forjan leyendas familiares.
Ambos hermanos atribuyen a su padre haberles inculcado su ética de trabajo (no hay nada de lo que estén más convencidos que de la idea de que haberse ganado a pulso su dinero y notoriedad), aunque también les infundió una actitud irresponsable hacia el mundo que les rodea. Greg grabó mi conversación con él, porque siente desconfianza de que los periodistas “tergiversen” sus palabras.
Sobre su masculinidad, dice: “Soy un salvaje. Soy un macho alfa. Cuando todos corren para apartarse del avión en llamas, yo corro hacia el avión en llamas”.
Sin habérsele preguntado al respecto, afirma lo siguiente sobre la pensión alimenticia: “He oído a mujeres decir: ‘He estado casada con él durante tanto tiempo y me merezco esto’. ¿De verdad? No te mereces ni mi----. ¿Qué te hace pensar que mereces algo?”
Con respecto al video célebre publicado por Logan sobre un hombre ahorcado en el bosque Aokigahara de Japón, conocido como el Mar de los Árboles, lugar donde se producen múltiples suicidios: “Para mí, personalmente, siendo sincero, me importó una mi----. Me importa un bledo si filma a una persona muerta que ya se ahorcó. … Le dije: ‘Lo que me molesta es que hayas puesto un pescado muerto dentro del taxi de alguien. Que hayas colgado un calamar sobre la ventana del dueño de un restaurante. Que fuiste a una tienda y rompiste algo’”.
Suburbano de pura cepa, nada le inquieta más que los daños a la propiedad ajena. Sus hazañas de Jiu Jitsu moral desplazan al otro lado, con un movimiento de su lengua, la responsabilidad de sus hijos por sus deslices, reduciéndolos constantemente al meme de hijos adultos de gran tamaño. Es un disciplinario sin conciencia.
“Si tuviera todo el éxito y dinero y las cosas que Jake y Logan lograron a una edad tan joven, si yo hubiese tenido todo eso cuando tenía 19 años, hace mucho tiempo, cuando no teníamos cámaras a nuestro alrededor y bla, bla, bla, no sé si habría logrado sobrevivir hasta los 23 o 24 años”, dice.
Al final de nuestra conversación telefónica, tal vez afectado por el desconcierto tras haber sido hallado aullando a la luna, nos dice: “Por favor, no seas una de esas personas que tergiversan la historia para generar contenido, o conseguir más visualizaciones, o más lecturas. ¿Sabes a qué me refiero?”
Logan fue un niño dorado. Su hermano menor, un tontuelo que apenas rozaba lo adorable. De rostro brillante y ojos fijos, uno era la clase de triunfador adorado por entrenadores y maestros. El otro era más sensible, herido por el divorcio de sus padres, de actos impredecibles.
VER: Jake Paul y Floyd Mayweather protagonizan trifulca
En el noveno grado, Paul fue suspendido de la escuela por formar parte de una pequeña banda de muchachos que robaban iPhones a compañeros de clase para revenderlos en el mercado negro. Cuando los jóvenes fueron sorprendidos, se procedió a suspenderlos y terminaron enfrentando cargos judiciales, siendo sentenciados a prestar servicio comunitario. Sus padres fueron humillados. Paul no quería formar parte de ello … ¿de qué se trata todo esto?
Logan se enfrentaba a la espeluznante conclusión de que no conocía a su hermano y que tampoco le agradaba. “Recuerdo haber pensado: ‘¿Quién es esta persona? ¿Quién es mi hermano?’ Creía que conocía a este chico, pero tiene algo de mi--- en la cabeza”, recuerda Logan.
“No pensaba nada al respecto. Sólo creía ver signos de dólares”, afirma Paul, rememorando esa época de su vida con vergüenza visible. “Ni siquiera sabía en qué pensaba gastar el dinero”.
Logan prosiguió sus estudios, acudiendo a la Universidad de Ohio completamente becado para cursar ingeniería. Para ese entonces, ya había acumulado suficientes seguidores en Vine, al punto de comenzar a acariciar la idea de perseguir una carrera en el mundo del entretenimiento. Al final de su primer año de estudios, volvió a casa para decirle a sus padres que pensaba abandonar la academia y mudarse a Los Ángeles. Su creciente grupo de auspiciadores costearían la mudanza. Su hermano decidió unírsele.
Aparte de insistir que Paul eventualmente se graduó cursando estudios virtuales, Pam y Greg afirman no haber puesto la mínima resistencia. “Simplemente, sabía que estaba bien”, dice Stepnick. “Sentía menos seguridad con respecto a Jake, pero sí estaba bastante segura de que Logan estaría bien”. En junio de 2014, con 17 y 19 años, los hermanos Paul partieron de Ohio con rumbo a Los Ángeles. Stepnick retiró la inscripción de Jake de la escuela secundaria y llamó a la Universidad de Ohio para renunciar a la beca de Logan el mismo día.
A principios de 2016, Paul consiguió un papel en la comedia “Bizaardvark”, transmitida por Disney Channel (The Walt Disney Company es accionista mayoritaria de ESPN). Interpretó una versión de sí mismo llamada Dirk Mann, un personaje que aceptaba retos de sus seguidores en Internet. Y ese mismo verano, se mudó a una mansión arrendada por $17,000 mensuales, ubicada en el barrio angelino de Beverly Grove. Hizo sociedad con otros influencers para iniciar un colectivo de contenidos denominado Team 10, inspirado por los 10 dígitos de la cifra de 1.000 millones. No fue la primera “casa colaborativa”, tal como ahora se denomina; sin embargo, fue la más resaltante, pionera de un método imitado por toda la industria de las redes sociales. Actualmente, las Colinas de Hollywood se encuentran repletas de casas de TikTokers y gamers.
El talento de Paul para generar controversias comenzó a hacer su aparición durante los 18 meses siguientes. Se filtró la dirección de la residencia de Beverly Grove, lo que generó que un enjambre de seguidores comenzara a congregarse diariamente en la calle frente a su casa. Las bromas que le hicieron famoso comenzaron a escaparse de sus manos. Un grupo de bomberos debió acudir a extinguir un colchón en llamas dentro de una piscina vacía. La estación televisiva local de noticias KTLA se presentó en la calle que los vecinos comenzaron a calificar como “zona de guerra” y Paul respondió subiéndose al capó de la unidad móvil de la televisora. En consecuencia, Disney le despidió de “Bizaardvark”. A pesar de ello, su cifra de seguidores no paraba de aumentar. Él y su hermano se vieron envueltos en una desagradable disputa pública motivada por una de las exnovias de Paul que generó canciones insultantes imposibles de escuchar, aunque tremendamente personales. Su madre, que se encontraba de vacaciones en algún sitio, se puso a llorar.
En octubre de 2017, Paul compró una nueva mansión en Cabalasas, a la que se mudó junto con los miembros del Team 10. Sin embargo, algo ocurría dentro de él, una especie de desgaste personal: “Solía sentir tanta ansiedad y me sentía muy solitario, creo, en la vida. Y sentía mucha ira y resentimiento hacia la gente, debido a todas las cosas que debí pasar por las acusaciones, diferencias con mis amigos, mis apoderados robándome dinero, los medios de comunicación atormentándome constantemente. Eso puede crear un monstruo. Comenzó a crear a un chico que era … quiero ser franco. [Fue] similar a la razón por la cual ves a tantas estrellas quitándose la vida”.
A finales de aquel año, Logan subió a las redes su video filmado en el “Bosque de los Suicidios” de Aokigahara, Japón. Los auspiciadores comenzaron a retirarse, YouTube desmonetizó su cuenta temporalmente. A inicios de 2018, todo parecía indicar que Logan se quedaría sin plataformas, y la vida de Jake hacía implosión. Cuando surgió la posibilidad de incursionar en el boxeo, no fue idea de los hermanos Paul.
Cuando el YouTuber KSI retó a los hermanos en febrero de 2018 tras vencer al YouTuber Joe Weller en el primer combate boxístico entre influencers, escenificado en Londres, éste no podía imaginar el favor que hacía a los Paul. El evento previsto para agosto de ese año, en el que KSI se vería las caras contra Logan y Paul haría lo propio contra el hermano menor de KSI Deji Olatunji, convirtió a los hermanos en el tópico en boga de internet. Logan perdió, y no importó. Jake ganó, y vaya que sí importó.
En frente a una multitud que agotó la boletería en el Manchester Arena, la esquina de un Olatunji agotado arrojó la toalla en el quinto asalto de un combate pactado a seis rounds. “Cuando gané esa pelea, salté sobe las cuerdas frente a [21,000] personas que querían verme perder. Y rugí como león, y flexioné los músculos. Diciendo: ‘Ahhhh’. Fue una de las mejores sensaciones de mi vida”, dice Paul. “Pensaba: ‘Les demostré a todos que estaban equivocados. Ja Ja. Reí último”.
Su regreso a la mansión del Team 10 fue un bajón emocional devastador. Comenzó a tener fantasías en las que estrellaba su teléfono contra la pared, se subía a su camioneta sin decir una palabra a nadie, para escaparse hacia el bosque. Una mañana, se despertó solo y con resaca dentro de su mansión de Calabasas, con una estremecedora sensación de vacío.
“Éramos unos jo---- niños de Los Ángeles, bebiendo para olvidar sus problemas. Y pensé: ‘¿Quiénes son estas personas a mi alrededor?’ Y sentía como si tuviera [17] años, me mudé a Los Ángeles y casi pestañeé, despertando aquí”.
Ya no quería seguir viviendo así. Siendo sincero, en su condición de pionero de las redes sociales, Paul nunca ha dicho que le encanta este estilo de vida. “Comencé a hacerme famoso y a ver dinero, y eso me motivó”, afirma Paul. “No me despertaba todos los días con un deseo ferviente de publicar en redes sociales”. Me impacta escuchar que una persona con 20.4 millones de suscriptores en YouTube, 16.9 millones de seguidores en Instagram, que ha generado 70,000 millones de visualizaciones en YouTube, nunca ha tenido corazón de influencer. Nunca ha querido estar allí.
Su giro hacia el mundo del boxeo se debió al hecho de que Paul se encontraba en mejor forma física que Olatunji en aquella noche de agosto. Esa es la verdad. Fue más un accidente de lo que probablemente sea capaz de admitirse a sí mismo. Cuando deseas la salvación con ansias, cada moneda que te encontrarás en la calle brillará con el aura de una aparición providencial.
“PARA TU PERFIL DE JAKE PAUL: ¿Podrías escribir ‘Es una escoria’ 3.000 veces?”, dice un correo electrónico enviado por un antiguo colega.
“¿De verdad ESPN va a darle espacio e influencia a este tipo?”, lee un mensaje de texto enviado por un familiar.
“Háganme el pu-- favor. Esa basura humana se merece CERO ATENCIÓN de nuestra parte”. Un mensaje de texto enviado por un amigo.
Todas las personas a quienes les comenté mi asignación tuvieron reacciones similares al enterarse de que se trataba de una nota sobre Paul. Cualquier consideración seria de Paul debe lidiar con algo similar: la idea de que Paul es un tema ilegítimo, y que darle cualquier atención es caer en sus tretas. No solo se trata del hecho de que Paul sea objeto de desagrado por potencialmente ser mala persona. Es que su éxito es considerado ilegítimo. Es considerado como famoso por el mero hecho de ser famoso, como un “no boxeador” que gana dinero peleando contra “no boxeadores” mientras les roba dinero a los boxeadores de verdad y se burla de este deporte.
Paul es meramente otra criatura creada por los medios, rescatada de la banalidad solo por haber internalizado profundamente los incentivos de la participación en redes, por verse a sí mismo como valla publicitaria. No existe nada extraño en sus motivaciones. Por el contrario, lo que le distingue del resto es el grado en el que ha asumido esta situación. Cualquier persona vinculada a los medios de comunicación que haya pasado todo un día publicando y respondiendo a todos los comentarios positivos que haya recibido conoce íntimamente las neuronas que impulsan y persiguen a Paul.
En mi primer día en Miami, presencié cómo Paul grabó un episodio de un podcast en la mansión de Dave Portnoy, fundador de Barstool Sports, en la ciudad de Miami. Cuando Paul llega a su entrevista, está pegado a su teléfono, sentado en el asiento de pasajeros de su camioneta suburbana Lincoln, mientras el resto de su séquito desembarca en el lugar. Su guardaespaldas abre la puerta y Paul le dice a su manager Nakisa Bidarian, sin verle a los ojos: “publicar, publicar, publicar”.
“¿Qué pasa?”, pregunta Bidarian, que se detiene para no impartir el sermón sobre la impuntualidad que había practicado mientras él y yo esperábamos la llegada de Paul.
Paul mira por un segundo, antes de volver al teléfono, alternando entre sonrisas a la pantalla y una mirada fija, más concentrada. La boca, ligeramente abierta. Pulgares que trabajan velozmente.
“Voy a apagar el internet, ya”, afirma. “Me estoy metiendo en una disputa”.
Paul acusa a Austin McBroom, su antiguo amigo y colega YouTuber convertido en boxeador, de ser un adúltero en serie.
Después de la entrevista, nos enteramos de que McBroom se encuentra a las afueras de la casa de Portnoy, esperando por participar en el podcast. Aquí tenemos uno de los trucos más grandes hechos por Paul: la habilidad de hacer hechizos mediante la prestidigitación en su teléfono, haciendo que la irrealidad de internet se convierta en sucesos vividos en carne y hueso, prácticamente sin sufrir consecuencias. Ambos hombres se confrontan a las afueras de la mansión, mientras los agentes de seguridad se acercan. Cuento al menos tres camarógrafos y varios teléfonos inteligentes grabando el suceso. Nadie parece estar demasiado preocupado de que el incidente pueda tornarse violento.
Me sitúo justo detrás del grupo. Mientras se separan ambas partes y McBroom ingresa para conceder su entrevista, me viene a la mente una frase escrita en letras neón rosado y que cuelga sobre el comedor de Portnoy: “No hay nada mejor”.
UNAS POCAS SEMANAS después llego frente a la casa de Paul en Dorado Beach justo a tiempo para subirme a la parte trasera de uno de los dos carritos de golf que parten. Mientras aceleramos hacia el gimnasio, Jacob Chávez, uno de los entrenadores de Paul, me cuenta una breve historia del resort.
"Un Rockefeller construyó esto", dice. "Y esa mujer que voló alrededor del mundo, se fue de aquí la última vez. ¿Cómo se llamaba?" Gira su cabeza un poco para mirar por encima del hombro a BJ Flores, el entrenador principal de Paul, quien no puede oír la brisa ni el traqueteo del carrito.
"¿Amelia Earhart?", digo yo.
"Sí."
"¿Quién vive aquí?"
"Un montón de técnicos, millonarios ..." Pierdo la voz por un segundo cuando tomamos una ligera curva cuesta abajo demasiado fuerte. Aprieto la barandilla del asiento.
"Debido a la Ley 20 y 22, no hay impuesto sobre la renta personal si vives aquí 183 días al año. Y nunca tienes que irte y salir. Hay una tienda de comestibles, un cine, todo".
Pasamos por un parque acuático caro y triste. Está en los 80 grados alto y está despejado. Al otro lado del camino, grupos de trabajadores limpian las hojas de palmeras muertas de los patios delanteros.
"Ahí está el parque acuático. Si no vives aquí, no puedes usarlo".
Nos detuvimos en el gimnasio detrás del carrito de Jake, y los ocho nos dirigimos al elegante gimnasio con vigas de madera y vidrio del piso al techo. Paul usa una camisa gris sin mangas y una gorra al revés, y comienza a calentar en la caminadora. Hay un puñado de chicos adolescentes y de veintitantos años en el gimnasio. Un par de ellos lo miran furtivamente, algunos lo ignoran histriónicamente. Pone un clip de YouTube de Anthony Joshua vs. Wladimir Klitschko. Le pregunto qué está buscando.
"De hecho, peleo como Klitschko", dice.
"¿Qué quieres decir?" Pregunto.
Él golpea su mano izquierda con su puño derecho, sonando como si fuera una fuerte bofetada. "Uso el jab para controlar la distancia, tengo la fuerza bruta en la mano derecha y uso el gancho de control". Flores, de pie junto a la caminadora, asiente con la cabeza a la apreciación de su alumno.
VER: Jake Paul dedicando su vida a derrotar a Conor McGregor
Su tercer entrenador y compañero de sparring ocasional, J'Leon Love, es un estudiante del venerado gimnasio Kronk del difunto Emanuel Steward en Detroit. Fue de Steward que Klitschko adquirió el estilo tardío que le permitió dominar la división de peso pesado durante una década.
Lo veo hacer sombra y ensayar su juego de pies bajo la mirada exigente de Flores, Chávez y Love, que siempre están estimulando, agregando detalles, insistiendo en sus fundamentos. Es obvio en cuestión de minutos que su incipiente carrera en el boxeo no es una estafa; como era obvio cuando lo vi en el gimnasio de Evander Holyfield en Miami semanas antes. Pasaron la mañana antes de que yo llegara a Dorado Beach estudiando imágenes de la sesión de entrenamiento del día anterior. Si su estilo autodefinido suena rudimentario, lo es conscientemente. Es poco probable que alguien que empiece a boxear a los 20 años desarrolle el intrincado dominio técnico que los puristas admiran. Flores ha desarrollado un estilo en el que Paul compensa su falta de experiencia como aficionado perfeccionando los conceptos básicos.
En la parte de atrás, donde las canchas de tenis se asientan contra un telón de fondo tropical tan prístino y brillante como un Thomas Kinkade, Paul y su entrenador de fuerza y acondicionamiento, Dejuan Butler, apodado DCut, realizan un trabajo de reflejos y fuerza corporal. Paul se quita la camisa para revelar círculos ahuecados en su espalda. Butler se para frente a Paul y deja caer pelotas de tenis que Paul tiene que rescatar antes de que caigan al suelo.
Más tarde, Paul gime cuando los últimos ejercicios abdominales le pasan factura. DCut grita: "Ellos no están trabajando tan duro como nosotros y si lo hacen, no están trabajando tan inteligentemente y si lo están, no tienen un equipo detrás de ellos y si lo tienen, no están en Puerto Rico y si lo están, ¡No eliminan las distracciones! ¡Nadie hace lo que hacemos, hermano!".
Asumir que Paul estaba pasando el tiempo como un peleador influencer en lugar de transformarse en un profesional fue el error que cometieron sus primeros tres oponentes. En el otoño de 2019, Paul viajó a Big Bear, California, a dos horas en auto desde Los Ángeles, para entrenar con el boxeador del Salón de la Fama "Sugar" Shane Mosley. Dos años antes, Paul y Mosley se conocieron porque los hijos del miembro de Salón de la Fama eran fanáticos de Paul y arrastraron a su padre a la casa del Equipo 10. Paul reconoció a Mosley e hizo que su seguridad los dejara entrar para una visita, incluso en algún momento después se presentó al cumpleaños número 16 de la hija de Mosley como un favor.
Para cuando llegó a Big Bear, la idea de que iba a hacer la transición al boxeo a tiempo completo ya se estaba formando en su mente. Sorprendió y complació a Mosley con su habilidad para aprender y su esfuerzo. Mosley hizo sparring con él y lo puso en contra de algunos profesionales a quienes advirtió que hostigaran a Paul pero no lo lastimaran, tratando de preservar su confianza. Cuando Mosley notó que Paul se estaba volviendo un poco confiado, lo llevó camino hacia el gimnasio de Abel Sánchez y dejó que un peleador más pequeño lo golpeara, y le bajará los pies de vuelta a la tierra. Paul captó el mensaje y se redobló. Trabajaron durante las vacaciones.
En enero, Paul ganó su primera pelea profesional cuando detuvo al YouTuber AnEsonGib en el primer asalto en Miami. Debido a que la oposición fue desventurada, nadie se dio cuenta de que Paul estaba desarrollando una competencia básica.
Flores, un profesional experimentado que desarrolló una buena relación con Paul en el campamento de Big Bear cuando hizo sparring con él y luego se tomó el tiempo para decirle a Paul cómo mejorar, reemplazó a Mosley después de la pelea de Gib. En febrero, Paul le pidió que se mudara a la casa de Calabasas y trabajara con él a tiempo completo. Trabajaron durante toda esa primavera sin una próxima pelea programada.
A instancias de Flores, Paul comenzó a vivir cada vez más como un profesional. Le encantaba lo que hacía, le encantaba despertarse todas las mañanas con un propósito. Construyó un ring en su mansión, sorprendiendo a sus amigos cuando salía de las sesiones de entrenamiento ensangrentado y sonriendo. Paul empezó a podar su grupo de amigos. El alcohol y las fiestas estaban prohibidos en la casa. A las 11 p.m. era hora de silencio, obligado. Personas como DCut e Ibok Ibok, el entrenador de yoga e instructor de longevidad de Paul, se unieron al séquito.
El enfoque de Paul comenzó a alejarse de la avalancha de contenido en línea. "Pude verlo cambiar tan rápido y es difícil representar eso en su contenido, porque la gente está acostumbrada a cierto tipo de contenido", dice Ibok. "Había un nivel de estrés en esa brecha entre quién tenía que ser y en quién se estaba convirtiendo ... Se sentía como un esclavo de YouTube. Ha creado todo este éxito, y todos esperan que continúe. Pero él es diferente que Logan. Se podía ver que algo lo molestaba".
En mayo, Flores sentó a Paul y le dijo que era hora de ir a Las Vegas. El plan de Flores era que Paul hiciera sparring con profesionales durante tres o cuatro meses seguidos, intentando acumular hasta 50 sesiones. Si Paul hablaba en serio, tenía que compensar no tener una carrera de aficionado.
"Los medios y el público me convirtieron en el villano ... después de un par de años, pensé, 'No sé por qué estoy peleando más contra esto. Lo voy a fomentar." Jake Paul
Paul alquiló una casa en las afueras de la ciudad, hizo sparring, entrenó y vio videos de entrenamiento durante todo el verano. Luchando principalmente desde el gimnasio de Clarence "Bones" Adams, Paul se enfrentó a todos los interesados: pesos pesados, pesos welter, luchadores de MMA, cualquiera que se subiera al ring. Adams no revelará ningún nombre, en honor al código de silencia que típicamente regula el sparring, pero describe a muchos de los oponentes de Paul como peleadores que "han estado en la televisión".
Sorprendidos por lo que encontraron en el ring, la combatividad de algunas de las sesiones continuó fuera del cuadrilátero. Adams recuerda a un peso súper mediano que hablaba basura a Paul entre asaltos.
"No me has golpeado con nada limpio", gritó Paul después del último asalto.
"Lo estaba tomando suave contigo", dijo el otro hombre.
"Nadie dijo que lo tomaras suave conmigo".
Adams no recuerda la siguiente parte del intercambio, pero sí recuerda que Paul finalmente gritó: "Escucha, hijo, gané medio millón de dólares hoy, ¿qué diablos hiciste tú?" El gimnasio estalló en risas.
"A veces desearía que mis peleadores lo quisieran tanto como él", dice Adams. En los días libres de Paul, venía al gimnasio y miraba los entrenamientos. "Es una persona que vive, come, bebe, fuma todo, todo lo que sea que sea boxeo".
El escenario de Gib se repitió con Nate Robinson, un oponente sin experiencia que pensó que estaba peleando contra Jake Paul, infante malcriado de YouTube, no alguien que había estado peleando contra profesionales todas las semanas durante meses y corriendo Red Rock en 90 grados de calor gritando, "Yo, Jake Paul, noquearé, derrotaré y avergonzaré a Nate Robinson".
Paul aniquiló a Robinson en menos de 90 segundos en noviembre pasado, convirtiendo el cuerpo rígido y propenso de Robinson en un meme. Fue una especie de momento de encrucijada, y uno que hizo que los observadores de ojos agudos se dieran cuenta del desarrollo de Paul. Pero cinco meses después, un oponente final, el campeón de MMA Ben Askren, apostaría a que Paul todavía no era real.
Paul se tomó tres semanas de descanso después de la pelea de Robinson, y luego puso a la venta su casa en Los Ángeles y se mudó a Coral Gables, Florida, para dejar atrás su antigua reputación y evitar los impuestos estatales sobre la renta. Replicó el proceso de Las Vegas, haciendo sparring contra talentosos prospectos como Ulysses Díaz y Daniele Scardina, peleadores de nivel de campeonato como Andrew Tabiti y el ex campeón lineal de peso semipesado Jean Pascal.
En abril, Askren duró poco menos de dos minutos.
Tras bastidores antes de la pelea, Love y Tyron Woodley, ex campeón de peso welter de UFC y viejo amigo de Askren, tuvieron un intercambio tenso que fue capturado en la transmisión de la pelea de Triller. Después de algunos intercambios en las redes sociales después del evento, Woodley emergió como el próximo oponente lógico. Será la primera prueba seria de Paul y el primer oponente en tomarlo en serio. Por primera vez, Paul tendrá que pelear sin el elemento sorpresa.
UNA NOCHE conducimos por la calle hasta la Casa De La Juventud, un gimnasio hermosamente deteriorado justo al final de la calle. La noche es ventosa y húmeda, lluvia en el panorama. Paul está construyendo su propio gimnasio cerca, pero por ahora este lugar está en el corazón de todo su proyecto.
El lugar tiene un físico vigorizante. Afuera, el viento del mar rompe contra las paredes achaparradas, mientras los árboles en lo alto asienten amablemente, los neumáticos del auto que traen a sus compañeros de entrenamiento giran lentamente sobre el asfalto; el mismo sonido que se escucha cuando desenrolla la cinta atlética para sus manos. Las luces del gimnasio resplandecen con azufre en el umbral, desde el cual se filtra el petricor en el interior, los volátiles se animan en respuesta al aire húmedo, lo que nunca recuerdas insistir en sí mismo nuevamente, la tensión fibrosa y densa de las cosas, casi puedes tocarlo con el dedo: la vida real.
No es de extrañar que se haya entregado al deporte: sus rituales son un repudio directo de todo lo que ya considera a la edad de 24 años como su antigua vida. Aquí sólo registra para sí mismo, aquí cada acción tiene un propósito, es significativa, cada error es castigado.
Un ventilador industrial en la puerta trasera gruñe, no logra aliviar el calor húmedo, sino que cubre todos los demás sonidos de una manera maternal: un dron apaciguador que se deroga bruscamente cuando comienza la acción. Ver a Paul hacer sparring con sus oponentes diminutos enfatiza un hecho que ha usado para su ventaja en sus tres combates anteriores: todavía tiene que pelear contra alguien de su tamaño. De cerca, Paul es ancho, de extremidades gruesas y mide alrededor de 6 pies, engañosamente alto. Flores dice que bajará de poco más de 200 libras para alcanzar el límite de peso acordado de la pelea de 190 libras contra Woodley, quien mide 5-9 y ha peleado en el límite de peso welter de 170 libras en UFC durante años. Flores imagina a Paul compitiendo contra pesos crucero en el límite de las 200 libras eventualmente.
Paul va seis rounds (es al final de la semana y al principio del campamento, por lo que la carga de trabajo es moderada) contra dos peleadores diferentes, uno es un peleador experimentado útil para mantener a Paul técnicamente honesto, y el otro es el joven y enérgico Anthony Taylor, que enfréntará a Tommy Fury en la cartelera de Paul por Showtime en Cleveland.
Bidarian se acercó al vicepresidente ejecutivo de Showtime Sports, Stephen Espinoza, después de que Paul vs. Askren reportó 1.4 millones de compras de PPV, sin importar cuán disputado sea, y demostró que Paul era un talento lucrativo. Espinoza y su personal se pusieron a trabajar, haciendo sus deberes sobre la historia de Paul, y Espinoza tuvo varias largas conversaciones con él a través de Zoom. Quedó impresionado con los conocimientos de boxeo de Paul, su compromiso con el entrenamiento y la mejora y su perspicacia para el marketing. Ocurrió lo obvio: ganó el dinero.
Espinoza es uno de los ejecutivos de entretenimiento más destacados del mundo. Al ver la afluencia del boxeo de influencers, las exhibiciones entre leyendas y los cruces de boxeo-MMA, que él ayudó a crear con los rendimientos financieros de Mayweather vs. McGregor, Espinoza ve su negocio ahora en tres géneros: "Tenemos las peleas a nivel de campeonato. Tenemos ShoBox, la serie de desarrollo, y este es un elemento separado del negocio que, obviamente, todavía pertenece al mismo deporte, pero es diferente de lo que hemos estado haciendo ... He luchado por un nombre. Tengo que ser muy claro. Estas son peleas competitivas. No son exhibiciones. No son eventos de influencers. Estos son eventos de boxeo legítimos y competitivos sancionados en los que habrá un ganador o un perdedor. La diferencia es que no es ni pez ni ave".
VER: Jake Paul se burló de McGregor con una millonaria cadena
Si la unión de Paul con Showtime indica la muerte inmanente o inminente del boxeo está más allá de mi comprensión. He escuchado y leído el boxeo declarado muerto tantas veces que puede llegar a sentirse como un deporte zombi, a veces cerca del corazón palpitante de la cultura y otras veces debilitado y al margen.
Le pregunto a Espinoza si la acusación de agresión sexual contra Paul en abril influyó en su decisión. "Ciertamente hubo algunas conversaciones sinceras sobre todo, sobre cosas que se han informado y cosas que no", dice Espinoza, agregando que Paul negó categóricamente la acusación. "Si no estuviéramos convencidos de que Jake era lo suficientemente maduro y comprometido a ser una representación positiva de nuestro programa de boxeo, entonces no estaríamos en negocios con él".
El 9 de abril, Paradise acusó a Paul, en detalle, de sexo oral forzado. Una historia de seguimiento del New York Times dijo que Paradise le contó a tres amistades de inmediato lo que había sucedido, y esas personas corroboraron su historia y que planea presentar cargos. Paul insiste en que nunca ha tenido ningún contacto sexual con Paradise y además que las capturas de pantalla de los mensajes de texto entre ellos son falsas. No pude contactar a Paradise para obtener más comentarios sobre esta historia. Paul se niega a responder si presentará los cargos de difamación que mencionó en su declaración negando la acusación.
El pánico se extendió por el campamento de Paul a raíz de las acusaciones. Sus padres, el manager, el abogado y los representantes de relaciones públicas llamaban sin cesar. Logan lo llevó a un lado y le pidió que negara la acusación mirándolo de frente a su cara; también lo hizo su socio comercial Geoff Woo. Los patrocinadores se retiraron de la pelea de Triller. Todos querían manejar la respuesta de una manera diferente. Finalmente, Paul se sintió tan frustrado que les dijo a todos que retrocedieran para poder pensar. Cuatro días después de la publicación del video, emitió una declaración que él mismo escribió negando la acusación.
Dice en parte: "Las acusaciones de agresión sexual no son algo que yo, o cualquier persona, debamos tomar a la ligera, pero para ser claros, esta afirmación hecha en mi contra es 100% falsa ... En el momento de su historia, yo estaba en una relación, y como alguien que fue el hijo de mamá mientras crecía, respeto a las mujeres y a las madres más que nada. Ciertamente, nunca he puesto un dedo sobre una chica sin su consentimiento".
Lo que sea que sucedió entre Paul y Paradise la dejó a ella como objeto de desprecio y abuso por parte de sus seguidores en línea y lo dejó a él justo donde estaba antes de la acusación: odiado y rico y progresando hacia sus ambiciones sin sentido.
"Mientras consuman [la audiencia], ese es mi objetivo principal", dice Paul. "Los medios y el público me convirtieron en el villano ... después de un par de años, pensé, 'No sé por qué estoy peleando más contra esto. Lo voy a fomentar'. Y creo que fue liberador porque fue entonces cuando dejé de estar a merced de los demás ... Porque pensé, 'Oh, ahora tengo el control. Ya no soy el títere de los medios'. ... Siempre he dicho que mi papel favorito para estar en una película sería el Joker".
"TIENES QUE APRENDER a decir Viva Puerto Rico", le dice Flores a Paul. "El único español que Don King conoció fue viva en algún lugar, funcionó durante años. Yo soy Jake Paul, viva Puerto Rico".
Paul está tomando fotografías una por una con los aproximadamente 90 niños que asisten al evento inaugural de su nueva organización benéfica, Boxing Bullies, que se lleva a cabo en una instalación deportiva de San Juan. En el centro del gimnasio hay un ring de boxeo donde jóvenes amateurs pelearán en combates de exhibición como parte final del evento.
Un niño dice que pensó que Paul sería más alto. Paul se ríe, se pone de puntillas y dice: "Deberías ver a Woodley".
Tiene una relación natural con los adolescentes, su audiencia original. De repente, el chico del vlog que grita jerga que pronto quedará obsoleta en una cámara temblorosa reaparece. "¡Let’s get it!", él dice. Y, "I don’t want that smoke". Y "Flex on 'em". Y, "I like that fit, bro".
La madre de Paul está aquí, al igual que un equipo de Showtime, al igual que Tydus Talbott y su familia. Tydus es conocido en Internet como Mini Jake Paul. Tiene 1.3 millones de seguidores y tiene 7 años. Se volvió viral por primera vez cuando Shaun White republicó un video de él haciendo snowboard a los 17 meses.
El padre de Talbott, Travis, inventó el personaje de Mini Jake cuando grabó un video en el que imitaba a Paul en varias parodias. A Paul le gustó el video lo suficiente como para llevar a la familia a California, y desde entonces, Tydus ha aparecido en el contenido de Paul y asiste a sus peleas. Los Talbott se han convertido en amigos de la familia.
Veo a Tydus por momentos a través de la tarde. Un pequeño drama se desarrolla en fragmentos. Travis le da un codazo al niño para que se pare al lado de Paul y "ayude a Jake". Tydus sonríe como un profesional experimentado para una foto de un fan. Paul y Tydus se apiñan brevemente en sillas plegables, Paul se inclina para susurrar algo a su protegido. Travis insta a Tydus para que suba al ring mientras Paul lleva a los niños a estirarse, levantando a su hijo sobre el delantal del ring como un paquete. Tydus, ansioso e inseguro, se para fuera de las cuerdas durante unos insoportables 15 segundos antes de que Paul lo mira con el rabillo del ojo y le hace señas para que entre. La sonrisa de satisfacción en el rostro de Travis cuando toma su cámara, la forma en que se disuelve en concentración en blanco cuando comienza a grabar.
Es cierto que Paul está aquí para lavar su reputación, para extirpar lo que Logan llama "el estigma de ser un YouTuber" y comportarse como una celebridad normal. También es cierto que los jóvenes reunidos se han divertido y que el presidente de la Federación Puertorriqueña de Boxeo, José Laureano, dice que Paul ha aceptado ayudar a patrocinar eventos de boxeo amateur en toda la isla. En la medida en que Boxing Bullies hace cualquier cosa (hay un mínimo de mensajes anti-bullying), eso es lo que hace.
DURANTE TODA LA charla de que el boxeo le ha salvado la vida, Paul y todos en su círculo insisten en que planifica pelear solo unos tres años más. El jefe de contenido de Paul, Jon Marianek, y el camarógrafo principal, Gustavo Noah, me dijeron que están trabajando en un documental destinado a capturar los cinco años planeados de la carrera de boxeo de Paul. Incluso cuando encontró la religión, viene con un plan de cinco años.
El único disidente es Flores, quien sospecha que Paul podría volverse adicto a la rutina del boxeo, la forma en que te da una dirección para caminar cuando te despiertas por la mañana. Quizás. Paul conoció el vacío una vez, y un día, cuando termine el boxeo, se despertará en una mansión en algún lugar y lo sabrá de nuevo.
La última vez que hablamos, Paul está ansioso por corregir el registro sobre por qué una derrota ante Woodley sería perjudicial. Teme parecer demasiado materialista. "Es mucho más profundo que eso, es perder la oportunidad que tengo de cambiar el mundo con el impacto que podría crear ... Puedo tomar estos súper poderes de atención de los medios y todas estas cosas y retribuir y hacer el bien y cambiae el deporte y tener un impacto eterno”.
"Esto es como una historia. Creo que si salgo con 10 y 0, me convierto en campeón mundial y hago tanto por el deporte, creo que es algo que se convertirá en una de las mejores historias de boxeo de la historia. Y nuevamente, ese es mi objetivo es simplemente hacer historia con todo lo que hago".
La gente siempre te da el encubrimiento después de haber confesado la verdad. Enterrado en algún lugar de esa charla, piensa Paul, hay un deseo de servir a algo más que a él mismo. ¿Qué se supone que debo sacar de esto, que su fama tiene algún tipo de misión civilizadora?
Logan me dice que su sueño cuando era adolescente era convertirse en ingeniero e inventar algo que "lograra un cambio significativo en el mundo".
"Irónicamente", dice, "me convertí en ese producto ... Creo que he inspirado a una cantidad significativa de personas".
¿Los inspiras a hacer qué?, pregunté.
"Creer en sí mismos".
Su comprensión de la fama, del éxito en el momento que están viviendo, es la más pura que he encontrado: su regalo para nosotros son ellos mismos. Lo impactante es cómo se recibe, qué tan común. La interminable autopromoción y la viciosa veta arribista, la postura cínica de que lo que redunda en beneficio personal de uno hace algo más que precisamente eso, los delirios de automedicación, el abuso de palabras como "historia".
Le pregunto a Paul, dada su polémica relación con la prensa, por qué aceptó hacer esta historia.
"Creo que es genial ver cómo alguien interpreta mi vida. Así que, sinceramente, estoy realmente emocionado de ver el artículo que escribes", dice. "Y también creo que lo que estoy haciendo es diferente, especial, una especie de narrativa única para este deporte específicamente. Y creo que es genial tal vez difundir más mi mensaje".
Le pregunto cuál es su mensaje. Dice que no quiso decir "mensaje"; se refería a su "historia". Me dice que Muhammad Ali es en realidad su mayor inspiración. Me muerdo la lengua.
Lo que nunca ha considerado, lo que su vida probablemente le ha enseñado que es imposible, es que la divulgación de cualquier tipo puede disminuir su estrellato. Ha visto todos los videos virales. Desde al menos noveno grado ha comprendido que el verdadero propósito del dinero es permitir que el poseedor realice continuamente la victoria de poseerlo. Todavía está luchando por comprender qué significa el desempeño de esa victoria. Se ve a sí mismo como una "persona sencilla". Quiere difundir su mensaje. El mensaje es que no hay mensaje. Cree que estoy aquí para ayudar. Quizás tiene razón.
Porque si el talento final de Paul es transformar la atención en dinero, escribir sobre él es otra forma de pagarle; entonces, escribir sobre él nos convierte a los dos en criaturas mediáticas. Con lo que me refiero a que nuestros trucos no son tan diferentes, él quiere que leas esto. Yo también.