Chocolatito regresa al ring este viernes contra Rober Barrera, pero ya piensa en "Bam" Rodríguez o un quinto título mundial.
Después de un año y siete meses de la última pelea, Román “Chocolatito” González (51-4, 41KOs) está de regreso para demostrar que su boxeo aún no tiene telarañas y le queda combustible tras 19 años en el pugilismo.
El hijo pródigo de Managua, Nicaragua, regresa a casa este viernes con transmisión de ESPN+ a partir de las 9.00 p.m. ET para enfrentar al colombiano Rober “El Huracán” Barrera (27-5, 17KOs) en un combate a la medida para que el cuatro veces campeón mundial (paja, minimosca, mosca y supermosca) retome el ritmo, pensando en una pelea importante en la recta final del 2024: contra Jesse “Bam” Rodríguez o un campeón mundial de las 118 libras.
Durante la conferencia de prensa realizada en Managua, a Chocolatito (37 años) no le disgustó para nada la idea de medirse al estadounidense Jesse “Bam” Rodríguez, quien viene de noquear en siete asaltos a Juan Francisco “El Gallo” Estrada en su último combate, pero antes había liquidado a Srisaket Sor Rungvisai y a Carlos Cuadras.
“Sobre enfrentar al Bam, primero somos del mismo equipo de Teiken, si aprueban la pelea todos saben que tendrían que dar una buena bolsa, un millón de dólares. Es un rival duro, pero todo es posible. Veremos qué pasa después de esta pelea”, indicó el pugilista, dejando abierta la posibilidad de ese enfrentamiento.
¿Para qué le alcanza a Chocolatito?
El deseo principal en la etapa final de la carrera de Chocolatito, lo ha dicho abiertamente en el pasado: retirarse siendo campeón mundial en las 118 libras y convertirse en monarca de cinco divisiones diferentes, pero si hay mucho dinero de por medio haría una parada contra “Bam” Rodríguez para luego saltar de división.
El problema de González es que el tiempo no perdona, aunque realizó una pelea competitiva en diciembre de 2022 contra “El Gallo” Estrada, las dudas de continuar o no en el pugilismo lo empujaron a detenerse demasiado tiempo.
Contra” El Gallo” se vio un poco más lento en su reacción y contragolpeo, además algo le ocurrió en los primeros tres asaltos en los cuales no soltaba las manos, lo que le terminó pesando en las tarjetas finales. Sin embargo, lo positivo de González fue que mantuvo su volumen de golpes a partir del cuarto asalto hasta el último, generando emoción y complicaciones constantes al mexicano.
No obstante, “Bam” Rodríguez está una marcha más adelante del actual Chocolatito: más rápido, más letal y 13 años menor. Es muy difícil pensar en otro final que no sea parecido al de Estrada, Cuadras y Rungvisai.
Por otro lado, en las 118 libras tiene dos opciones viables para conseguir la gloria. Ryosuke Nishida (campeón de la FIB) y Yoshiki Takei (campeón de la OMB), ambos peleadores con poca trayectoria sorprendieron a sus oponentes en apenas su novena pelea como profesional.
Nishida (9-0, 1KOs) derrotó por decisión unánime al boricua Emmanuel Rodríguez, mientras que Takei (9-0, 8KOs) venció a Jason Moloney. A pesar de que ambos boxean de guardia zurda, no son para nada incómodos, sino todo lo contrario, se ajustan al estilo que más le conviene al nicaragüense para ir a “la guerra”, con una diferencia muy marcada: Nishida no tiene pegada y Takei se da a respetar por su poder con la mano izquierda.
Junto Nakatani (campeón del CMB) y Takuma Inoue (campeón de la AMB), tengo la sensación de que serían ecuaciones casi imposibles de resolver para Chocolatito.
Pero antes de seguir tejiendo el posible futuro, el peleador nicaragüense deberá ratificar su estatus competitivo en el presente contra Rober Barrera y, finalmente, descubrir si le alcanza para un sprint final en su carrera de salón de la fama.