Gerardo Martino llegó a la Selección Mexicana a elevar el nivel del discurso en cuanto a mesura, inteligencia, sobriedad y claridad en sus conceptos, sobre todo si se toma en cuenta que sus dos antecesores carecieron de todo lo descrito anteriormente.
Miguel Herrera salió por la puerta de atrás debido a su escasa educación, valores y ya ni se diga respeto; mientras que Juan Carlos Osorio resultó un embaucador, un encantador de serpientes que cuando hablaba de futbol convertía la simpleza del mismo en una fórmula imposible de física cuántica.
Está bien, se le aplaude al ‘Tata’ su transparencia. Sin embargo, en estas recientes apariciones públicas a propósito del amistoso ante Paraguay, el argentino adoptó una postura combativa y de víctima.
En la conferencia previa al juego cuestionó la decisión de Yon de Luisa de despedir a Gerardo Torrado como cabeza de la Comisión de Selecciones Nacionales, con todo y que hubo argumentos de sobra tras los históricos y sonoros fracasos de las selecciones varonil y femenil que no consiguieron la clasificación a sus respectivos mundiales y a los Juegos Olímpicos de París 2024.
Le pareció “injusta” la medida. Eso sí, se manifestó hasta ahora porque mientras le daban las gracias a Torrado, el técnico estaba en sus prolongadas vacaciones en Argentina.
Solidaridad —pública al menos— demorada. Y tras el cotejo frente a los guaraníes, Martino salió a decir que hay una campaña en su contra y se refirió a lo complejo que resulta para los futbolistas sobreponerse a un ambiente adverso.
También habló de intereses de algunos analistas, los cual es absolutamente cierto, y remató asegurando que se opina a la ligera, situación en la que de nuevo le asiste la razón.
Sin embargo, con todo el recorrido y jerarquía que tiene en el futbol, el estratega nacional debería saber que no son tiempos (menos de tres meses para el Mundial) para asumir el papel de víctima, porque sencillamente no le queda. Y no le queda ni a él ni a los futbolistas.
ENTORNO NEGATIVO
Claro que hay un entorno negativo alrededor de la Selección Mexicana y por supuesto que existe muchísima desconfianza en el equipo, pero la explicación a todo esto no son los pobres análisis en televisión ni que la gente abucheé y grite en los estadios “fuera, ‘Tata’”.
Todo tiene su origen en un pobre desempeño del Tricolor que se remonta a por lo menos el último año y medio, y los responsables no son otros que el entrenador y los futbolistas, así que hoy no tienen cara con que salir a quejarse y denunciar “campañas” o la poca fe que hay en el equipo sobre el papel que podría desempeñar en el Mundial.
Martino ha sido incapaz de revertir una inercia negativa que cuenta dos finales perdidas ante selecciones ‘B’ de Estados Unidos, una pobre eliminatoria frente a los tristísimos representativos de la Concacaf, y que México fue desnudado cuando se enfrentó a rivales de un nivel superior a los que acostumbra en los partidos ‘moleros’. Uruguay, el más claro y reciente ejemplo.
Y el técnico ha dicho que mientras hacia afuera parece que “todo está mal”, internamente hay plena confianza y seguridad en el trabajo que se ha desempeñado en los casi cuatro años de proceso. Bueno, ojalá en la Copa del Mundo sean capaces de plasmarlo porque de nada sirven los aplausos a puerta cerrada o autoengañarse.
NADA QUE FESTEJAR
Respecto al partido ante Paraguay es una realidad que el Tri presentó una buena cara sobre todo en el primer tiempo, y que debió incluso ganar de no ser por el guardameta rival; sin embargo, con el Mundial en puerta el funcionamiento y los resultados tienen que ir de la mano.
Los gastados pretextos de “dominamos pero no la metimos”, “su portero fue la figura” o “dejamos buenas sensaciones”, no sirven ni alcanzan para revertir la desconfianza en la que está sumergido el equipo nacional.
En cuanto a los nombres propios, resultó grato confirmar que Luis Chávez no solo se meterá a la lista final, si no que está incluso para pelear un sitio como titular; que Carlos Rodríguez está bien tras la lesión, con todo y las tormentas en Cruz Azul; y que futbolistas como Luis Romo o Roberto Alvarado van a poner a pensar al entrenador al momento de que defina a los 26 mundialistas.
Así las cosas, bienvenidas las entrevistas y conferencias del ‘Tata’ en las que hace gala de su buena oratoria, pero no hay que perder de vista que más que palabras, es tiempo de resultados y no cabe celebrar 45 “buenos minutos” ante una selección ‘B’ de Paraguay que no va al Mundial y está en plena renovación.
Mi Twitter: @montesdeoca11