El nuevo milenio recién comenzaba y el Real Madrid, al menos en términos económicos, no pasaba su mejor época. Se estimaba que por ese entonces, la deuda del club era de unos 240 millones de euros, por lo que se necesitaba de una nueva estructura que cambiara la situación y llevara al club a otro nivel. Fue ahí que apareció el nombre de Florentino Pérez, un ingeniero, empresario y expolítico español, quien levantó la mano, se presentó a las elecciones y venció a Fernando Sanz para quedarse con la presidencia del cuadro albo.
Apenas unos días después de su elección, el influyente nuevo ejecutivo del Real Madrid comenzó su revolución, basado en una política de fichajes nunca antes vista en el mundo en ese entonces, que sin duda marcó una pauta: contratar a los mejores jugadores del momento por altas cantidades de dinero año tras año.