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La Novena: De retornos improbables, recados y eminentes despedidas

Probablemente sean pocas las estrellas que recuerden al Caballo Loco, el cubano que tuvo a Los Angeles a sus pies. En la foto, Puig junto al afamado actor Denzel Washington. Noel Vasquez/Getty Images

1. YASIEL PUIG no volverá a las Mayores. Solo un milagro cambiará el orden de las cosas. Esta no es una afirmación superficial. No creo que alguien cuestione sus habilidades para jugar béisbol, de hecho, en la liga mexicana, con el Águila de Veracruz, está teniendo un sólido comienzo de campaña que se puede resumir en una línea ofensiva de .351 AVE/.415 OBP/.874 OPS. Pero lidiar con su toxicidad es demasiado complicado. Su manera desenfadada y espectacular de jugar a la pelota hizo que se ganará rápidamente a los fanáticos de Los Angeles Dodgers, pero sus indisciplinas cortaron de raíz la relación con una franquicia que hizo lo posible y lo imposible por enderezarlo. Apenas dos temporadas y la que va de la presente, y ya nadie, o casi nadie recuerda al pelotero que enamoró y al cual el legendario comunicador Vin Scully bautizó como 'Caballo Loco'. Puig prometió que su comportamiento en esta nueva etapa sería intachable, con el expreso objetivo de volver a las Mayores. Pero del dicho al hecho, hay un largo trecho. En apenas ocho juegos en tierras aztecas, Puig tiene la misma cantidad de jonrones que broncas provocadas, uno y una. Increíble.

2. PERTENEZCO AL GRUPO que aborrece el 90 por ciento de las reglas no escritas del béisbol, pero gesticularle a un lanzador que lance en la zona es demasiado. En MLB esa bravuconada seguramente le costaría un buen pelotazo en las costillas. Y sabes qué, bien merecido lo tendría. A veces no lo entiendo. Así, nadie lo salvará. Aunque rompa la liga. Por enésima vez, el cubano tiene que asumir que su situación es simplemente la consecuencia de su inmadurez. Y solo una conducta verdaderamente intachable podría brindarle una oportunidad de regresar a donde realmente pertenece. Ojalá que lo entienda de una vez y por todas, solo así podrá borrar una frase que nunca olvidaré y me dijo en 2014 una periodista cienfueguera -que cubrió su desempeño cuando era juvenil y luego jugaba para el equipo de Cienfuegos en la Serie Nacional cubana-: "Puig es un superdotado para jugar a la pelota, va a ser una estrella en Grandes Ligas si quiere. Su peor enemigo siempre será lo que tiene en la cabeza".

3. DECÍAN QUE EL VIEJITO de 48 años había sido contratado para vender tickets y camisetas en la liga mexicana. Parece que esa sentencia cayó en saco roto después de la tercera apertura del dominicano Bartolo Colón en ese circuito. El 'Big Sexy' lanzó un juegazo, abriéndose así la interrogante de si podrá tener una oportunidad de culminar su ilustre carrera a su manera, vistiendo un uniforme de ligas mayores. ¿Quién le dará la oportunidad? No lo sé, pero su caso no es el único en la historia de MLB. Otros lanzadores tuvieron la opción de lucirse en un montículo de la mejor liga del mundo con mayor edad que Colón. Satchel Paige lanzó hasta los 58, Nick Altrock se mantuvo hasta los 57 años, a Jack Quinn la gasolina le duró hasta los 50 años y Jamie Moyer se retiró a los 49. Si bien los Toros de Tijuana distan de tener el nivel de MLB, Colón limitó su artillería a seis hits durante siete entradas. Apenas permitió una carrera a la altura del séptimo inning, producto de un jonrón solitario de Peter O'Brien, no dio bases por bolas y ponchó a 5. Ahora con 2-0, no son pocos los que nos preguntamos si 'The Big Sexy' tendrá la oportunidad de volver a las Mayores.

4. DUELE ESCRIBIRLO pero esta debería ser la última temporada de Albert Pujols y Miguel Cabrera, probablemente los mejores peloteros de todos los tiempos en la rica historia beisbolera de sus respectivos países, República Dominicana y Venezuela, y entre la súper elite sin distinción de nacionalidades. 'La Máquina', de 41 años, y 'Miggy', de 38, aportan poco o nada a sus equipos y entorpecen el crecimiento de jugadores más jóvenes. No es cuestión de edades, y mucho menos de irrespeto a su trayectoria, simplemente soy objetivo. Sus estadísticas en los últimos años los condena. En la presente campaña Pujols batea .206, con 8 jonrones y 22 impulsadas, y Cabrera .193, con 4 vuelacercas y 20 remolques. Seamos realistas, que no nos ciegue la pasión, con esos números ya no deberían estar jugando, solo su bien ganado nombre les permite todavía pisar los terrenos de MLB. No todos los peloteros son como David Ortiz o Nelson Cruz que llegan a los 40 rompiendo la liga. Mi consejo, es mejor una retirada a tiempo que no una despedida obligada.

5. SI JAVIER BÁEZ es el pelotero de posición que yo pagaría sin chistar por ver en un diamante, Trevor Bauer sería el pitcher que no escatimaría billetes para presenciar in situ sobre un montículo de MLB. Literalmente, Bauer es un showman. Desde su imitación de la caminata del peleador de UFC Conor McGregor hasta pitchear con un solo ojo abierto, queda claro que son pocos los que se gozan el juego más que él. Lo disfruta y deja que sus rivales también lo hagan, siendo uno de los pocos lanzadores que no se acompleja con un bat flip o festejo que exceda las rígidas reglas no escritas. Lo mejor de todo, él reproduce sus locuras para que todos, jóvenes y viejos, seamos testigos. Y queda claro que en Dodgers encontró el lugar perfecto para expandir toda esa energía de la cual muchos de sus colegas deberían aprender.

6. UN RECADITO PARA Tony La Russa, mánager de los Chicago White Sox. Míster...veo su anillo, sé que es un inmortal del béisbol, que es legítimo, que es miembro del Salón de la Fama y con estas líneas no pretendo avergonzarlo, pero sepa que desde que criticó públicamente al novato Yermín Mercedes por batear en conteo de 3-0 en un partido abierto ante los Arizona Diamondbacks, su discípulo tiene una línea ofensiva de .167/.255/.229 y .484 de OPS. Ha pegado un solo extrabase (un jonrón) y remolcado apenas cinco carreras. Esos números contrastan con el paso que tuvo desde que debutó: .364/.410/.574/.984, 6 cuadrangulares y 25 empujadas. Por aquí se lo dejo.

7. EN LA PRIMERA semana de 1993, puntualmente un 3 de junio, un tal Alex Rodríguez, que todavía era estudiante de último año en la floridana Westminster Christian High School, hacía una curiosa llamada a los Seattle Mariners. Entonces pidió que no lo eligieran como la primera selección del draft de ese año. Quien luego se convertiría en uno de los peloteros más grandes que ha pisado un terreno de béisbol de Grandes Ligas -a pesar de su idilio con las sustancias para aumentar el rendimiento- y la envidia de muchísimos mortales por su reciente -y frustrada- relación con Jennifer López, no quería jugar en Seattle porque estaba demasiado lejos y prefería jugar en la Liga Nacional. Pretensioso el muchacho. Pero bueno, ese impulso quizás podría justificarse cuando sus números en ese año estaban fijados en .417 de promedio, 17 jonrones y 90 bases robadas.

8. UNA INICIATIVA enaltecedora tomarán los San Francisco Giants convirtiéndose en el primer equipo de MLB en incorporar los colores del Orgullo en sus uniformes para honrar a la comunidad LGBTQ + en el Mes del Orgullo. Los Giants anunciaron a través de un comunicado que sus jugadores llevarán un "Parche del Orgullo con el logo de SF" en la manga derecha de su camiseta local, así como una gorra personalizada que incorpora los colores del Orgullo en el logo del equipo para su juego sabatino (5 de junio) contra los Chicago Cubs. "Estamos muy orgullosos de apoyar a la comunidad LGBTQ + mientras iniciamos una de las mejores celebraciones anuales en San Francisco rindiendo honor a los innumerables logros y contribuciones de todos aquellos que se identifican como LGBTQ + y todos los aliados de la comunidad LGBTQ +", dijo el presidente y director ejecutivo de los Giants, Larry Baer, en el comunicado.

9. EL BÉISBOL genera infinidad de momentos hermosos, pero algunos pueden sacarte hasta una lágrima. Me niego a arruinarte el momento contándotelo. Simplemente míralo, me darás la razón. Solo algunos datos: el pitcher se llama Alek Manoah, juega para los Toronto Blue Jays y debutó ante los New York Yankees, partido que terminó ganando sin permitir carreras en seis entradas.