Un gerente general ha violado repetidamente una de las reglas no escritas para los ejecutivos de la oficina principal en la última década. La etiqueta aceptada es que no se debe iniciar conversaciones de intercambios con un compañero cuyo equipo está jugando terriblemente. Más bien, debe esperar a que su colega lo llame, no sea que aparezca como un buitre rodeando el cadáver de un equipo.
Pero a este gerente general no le preocupaba esa convención social, y si otro club tenía problemas en abril y mayo y parecía encaminarse a una venta masiva, sería el primero en enviar un mensaje de texto o llamar para preguntar sobre posibles acuerdos. A los ojos de algunos de sus compañeros, era una especie de perseguidor de ambulancias, al punto en que al menos un jefe de operaciones de béisbol bloqueó su número de celular.
"Que se jo.. ese tipo", le dijo a un amigo.
Para la primera semana de junio, sin embargo, la realidad de la tabla de posiciones comienza a manifestarse, razón por la cual los evaluadores rivales han estado examinando el roster de los Arizona Diamondbacks durante las últimas dos semanas. Después de perder ante los Mets el miércoles, Arizona está a 15 juegos del primer lugar en la División Oeste de la Liga Nacional, una división que incluye a los campeones defensores de la Serie Mundial, los Dodgers; posiblemente el equipo más dinámico, los San Diego Padres; y el equipo más sorpresivo de MLB, los San Francisco Giants.