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¿Qué tan cerca estuvieron los Browns de ganar un partido en el 2017?

BEREA -- El nuevo coordinador ofensivo de los Cleveland Browns, Todd Haley, señaló tras su contratación que los Browns del 2017 "obviamente" jugaron "muchos partidos cerrados".

Uno podría perdonar a los aficionados si dicen que no pareció así.

Los Browns terminaron con un diferencial de puntos de -176, lo que significa que perdieron por un promedio de 11 puntos. Esa es la peor cifra de la NFL, por 34 puntos. Perdieron seis juegos por seis puntos o menos y Haley vio dos cuando su ex equipo, los Pittsburgh Steelers, derrotó a los Browns por tres y cuatro puntos, respectivamente.

¿Estuvieron tan cerca los Browns la temporada pasada? Echemos un vistazo a los partidos que estuvieron fuera de alcance y los que no:

FUERA DE ALCANCE

En Baltimore (24-10), en Indianapolis (31-28), Cincinnati (31-7), en Houston (33-17), Minnesota en Londres (33-16), Jacksonville (19-7), Ravens (27-10)

Diferencia de puntos en promedio: 15 puntos. El marcador contra los Colts parece cerrado, pero ese resultado fue engañoso porque los Browns fueron apaleados en la primera mitad. Ante los Jaguars fue un partido de tres puntos en el último cuarto, pero la ofensiva nunca movió el balón de manera consistente. En el resto, el otro equipo simplemente fue mejor.

CON ALGO DE SUERTE, TAL VEZ

Pittsburgh (21-18), Tennessee (12-9 en tiempo extra), en Los Angeles Chargers (19-10)

Una jugada aquí o allá habría cambiado el momento en cada uno de esos partidos, aunque los Browns tendrían que haber creado su propia buena suerte para terminar con una victoria.

Dos jugadas hicieron una gran diferencia en el primer partido contra Pittsburgh. Abajo por tres y tratando de evitar que los Steelers consiguieran el primer intento para tener otra oportunidad en los minutos finales, Antonio Brown de alguna manera atrapó un pase elevado de Ben Roethlisberger que cayó como si tuviera paracaídas. Brown saltó y realizó la recepción entre dos defensivos de los Browns. Previamente, al final del tercer cuarto, DeShone Kizer lanzó un pase que fue interceptado por T.J. Watt en la yarda 17 de Pittsburgh, un pase básicamente lanzado a nadie. Cualquiera de esas jugadas podría haber cambiado el momento del partido, dando a los Browns una oportunidad y ayudando a Kizer a tomar confianza a principios de la temporada. Por momentos, los Steelers parecían tratar el partido como un entrenamiento, pero al final los Browns tuvieron sus oportunidades.

En la derrota en tiempo extra ante los Titans, Cleveland no pudo mantener suficientes series y lanzó tres intercepciones. El marcador fue cerrado, pero los Browns nunca amenazaron con llevarse la victoria.

Philip Rivers lanzó para 344 yardas y controló el juego de los Chargers, pero en la primera mitad, Kizer no se conectó con un desmarcado Josh Gordon para lo que habría sido un touchdown sencillo. ¿Esa jugada cambió el resultado? Quizás no, pero podría haber cambiado el momento del partido.

GANABLE CON UNA JUGADA

New York Jets (17-14), en Detroit (38-24), en Cincinnati (30-16), Green Bay (27-21 en tiempo extra), en Chicago (20-3), en Pittsburgh (28-24)

Cada uno de estos partidos amerita un vistazo más cercano.

Una jugada clave en la derrota ante los Jets se produjo cuando el entrenador en jefe Hue Jackson fue por el primer intento en cuarta y 2 desde la yarda 4 a principios del último cuarto y los Browns abajo 10-7. Un gol de campo habría empatado el partido, pero Zane Gonzalez ya había fallado dos y Jackson pensaba que era momento de ganar el partido, no empatarlo. Fue ampliamente criticado por eso cuando los Browns no consiguieron el primer intento. Naturalmente, los Jets siguieron con una serie de touchdown de 97 yardas que esencialmente puso el partido fuera de alcance. Otras dos jugadas importantes al inicio del partido también afectaron el resultado. Kizer lanzó una intercepción en línea de gol para desperdiciar la posibilidad de salir con puntos cuando leyó mal una cobertura. También tuvo un mal lanzamiento en una jugada de opción en línea de gol que provocó un balón suelto dentro de la 10. Si cualquiera de esas jugadas hubiese terminado diferente, los Browns habrían tenido la oportunidad de ganar. Este juego cuenta como uno que se les escapó.

En Detroit, un par de oportunidades desperdiciadas afectaron el resultado de un partido de dos touchdowns. El final de la primera mitad fue una lección de mal manejo del reloj y terminó cuando Kizer pensaba que había visto una ventana para un acarreo directo del pasador en segunda y gol desde la yarda 2 con 19 segundos por jugar y los Browns sin tiempos fuera. Los Lions detuvieron la jugada y los Browns salieron sin puntos. Después, con Kizer fuera por un golpe en las costillas, Cody Kessler voló un touchdown seguro a un desmarcado Bryce Treggs. Antes, un balón suelto de Seth DeValve dio a los Lions un touchdown defensivo. Los Browns ganaban por siete al final del tercer cuarto. Podían haber ganado este partido.

Una jugada clave en Cincinnati aún tiene a los Browns golpeando su cabeza contra el escritorio. Los Bengals ganaban por siete en el último cuarto y enfrentaban tercera y 5 desde la yarda 40 de los Browns. Andy Dalton lanzó por la banda a Josh Malone, quien atrapó el balón antes de ser tacleado por el profundo Jabrill Peppers. Los oficiales marcaron que fue un golpe sobre un jugador indefenso y Peppers fue castigado, lo que permitió a los Bengals anotar el touchdown de la victoria. Los Browns estaban molestos con el castigo y su posición pareció justificada cuando la liga anuló la multa a Peppers. Si esa jugada hubiese sido a favor de los Browns, Cleveland habría tenido al menos la oportunidad para empatar.

La derrota ante los Packers sigue siendo tan molesta como un dolor de muelas, sobre todo porque los Browns desperdiciaron una ventaja de 14 puntos en el último cuarto. Cualquiera de estas tres jugadas habría hecho que esta fuera una victoria de los Browns. Primero, David Njoku dejó caer un pase en tercera oportunidad con 2:59 por jugar y los Browns arriba por siete puntos que habría representado conseguir la primera oportunidad para consumir el tiempo. En el despeje posterior, los Browns permitieron una devolución de 65 yardas que dio a los Packers la oportunidad de empatar el marcador en la penúltima jugada del partido.

Esa fue la séptima devolución de despeje más larga en la NFL la temporada pasada. En el tiempo extra, Kizer mantuvo el balón por mucho tiempo --Gordon no pudo salir de la línea de golpeo para un rápido pase sesgado-- y fue golpeado al lanzar. El pase fue interceptado por los Packers que anotaron el touchdown de la victoria poco después.

La derrota por 17 puntos ante los Bears no debería tener ninguna jugada importante para los Browns, sin embargo, esta jugada defensiva podría haber alterado el resultado. En la primera jugada de la segunda mitad, el ala defensiva Myles Garrett devolvió una intercepción para touchdown que habría puesto a los Browns arriba 10-6. Fue el tipo de jugada grande que llena de energía a un equipo, pero resultó que Carl Nassib fue castigado por fuera de lugar, negando la intercepción y el touchdown. No es inconcebible pensar que los Browns ganaban su la jugada se mantenía.

La temporada terminó en Pittsburgh con un error doloroso, ya que Corey Coleman dejó caer una recepción sencilla en la yarda 10 de los Steelers con 1:46 por jugar. Kizer había jugado por mucho su mejor partido y estaba guiando lo que parecía ser una dramática serie para una victoria de último minuto. En lugar de eso, El pase dejado caer por Coleman se convirtió en una jugada que vivirá en la memoria de los Browns. Los Browns tuvieron dos entregas de balón en sus series previas con una intercepción de Kizer y un balón suelto de Duke Johnson Jr., pero el pase dejado caer por Coleman se destaca por ser demasiado cruel.

Eso suma seis partidos en los que una jugada o tres podrían haber cambiado las cosas para los Browns.