La ronda divisional es, por mucho, mi semana favorita de la NFL, pero este año quedó a deber. Tan sólo el año pasado nos dio el “Milagro de Minneapolis” y la sorpresa de Jacksonville venciendo a Pittsburgh como visitante. Ni hablar de juegos históricos como el San Diego vs. Miami de la temporada 1981, el juego del “Tuck Rule” de 2001, Pittsburgh vs. Indianapolis de 2005, Nueva Inglaterra vs. San Diego de 2006, NYG vs. Green Bay de 2011, Baltimore vs. Denver en 2012, y muchos otros más.
Con la excepción de Filadelfia vs. Nueva Orleans, en donde se alternó el dominio de los equipos y hubo drama hacia el final, los ganadores fueron claramente superiores.
No tuve la oportunidad de ver el juego de Indy vs. Kansas City en vivo. Escuché los últimos minutos del segundo cuarto, y casi todo el segundo tiempo por radio. Revisando sin mucho detalle lo que pasó en el partido, fue un claro dominio de los Jefes sobre los Potros. Me sorprendió el desempeño de la defensiva de KC. Este es un grupo que no pudo parar los acarreos a lo largo de la temporada, en particular cuando los equipos corrieron con formaciones de poder, es decir, usando un FB y/o dos o más alas cerradas. A pesar de un clima gélido, el plan ofensivo de los Potros usó poco estas formaciones. Cuando lo hicieron, en el primer cuarto, tuvieron éxito, pero muchos de los acarreos que usaron fueron de “zone read” y con pésimos resultados.
El partido se decidió en 3ª oportunidad cuando Indy se fue en blanco en nueve oportunidades. En dos de las primeras series ofensivas del partido, Frank Reich tuvo situaciones de 3ª y 3, y 3ª y 2. En ambas decidió lanzar resultando en un pase soltado por Eric Ebron, y luego una captura de Andrew Luck. En la segunda serie ofensiva del partido lanzaron en tres jugadas seguidas sin completar Luck ninguno de los pases. Para entonces perdían 0-14, y el resto del partido fue cuesta arriba cayendo en el juego de los Jefes.
Indy pudo meterse en el partido pero el gran Adam Vinatieri falló un gol de campo de 23 yardas al final del segundo cuarto. Darius Leonard forzó un balón suelto que recuperaron, pero lo regresaron un par de jugadas más tarde.
Lo mejor de la defensiva de KC es la presión que ejercen en situaciones de pase. Terminaron la temporada con 52 capturas. Le llegaron a Luck tres veces, y le desviaron tres pases en la línea de golpeo. Pat Mahomes tuvo un buen partido. No tuvo pase de TD, pero anotó uno por tierra y manejó bien a una ofensiva que no extraña a Kareem Hunt. Damien Williams, su reemplazo, logró 129 yardas por tierra con un TD. Mahomes no ha tenido la producción que tuvo en la primera mitad de la temporada, pero ha demostrado con creces que es QB élite y que puede con la presión de los playoffs. No cometió errores y realizó las jugadas clave cuando fue necesario. No necesitan más. Si la defensiva mantiene el nivel que mostraron contra Indy, y esa es la duda que tengo, será difícil que venzan a los Jefes.
Una de las definiciones del verbo “robar” que da la RAE es “tomar para sí lo ajeno”. Dallas estuvo en posición de "robarle” el partido a un equipo de los Carneros de Los Angeles que fue superior en todos aspectos.
En 35 años jugando, siguiendo y transmitiendo la NFL, he visto infinidad de partidos en los que el equipo que no fue mejor termina ganando. Uno de los aspectos que enfatizaba Bill Parcells en mis años con los Gigantes era dar el 100% en cada jugada, porque “nunca sabes el impacto que pueda tener en el resultado final”. Hubo tres en este partido que pudieron impactar el marcador. La primera fue en el segundo cuarto, faltando 4:13 para el descanso, con el marcador 13-7 a favor de LA quien tenía 3ª y 14, en su propia yarda 45. La defensiva de Dallas, que había sido dominada, y empezaba a mostrar señales de fatiga, forzó un pase incompleto. Habría sido el primer despeje de los Carneros y le habrían dado el balón a su ofensiva para tratar de anotar un gol de campo, o posiblemente un TD. Un castigo por contacto ilegal de Byron Jones mantuvo la serie ofensiva que culminaría en el segundo TD del partido para LA para poner el marcador 7-20 antes del descanso.
La segunda gran oportunidad la tuvieron en 4ª y 1, en la primera jugada del último cuarto, perdiendo 15-23. Scott Linehan, el coordinador ofensivo de Dallas, mandó un acarreo por el centro con Ezekiel Elliott en contra de una línea defensiva que tenía jugadores sobre los guardias y el centro. Quedaron cortos. LA procedió a ejecutar una serie ofensiva de 12 jugadas que consumió 7:16 y que culminó en TD. Los Vaqueros pudieron anotar todavía y ponerse a ocho puntos. Todavía forzaron una jugada de 3ª y 7 de la yarda 28, al regresar de la pausa de los dos minutos. Jared Goff ejecutó a la perfección un “bootleg”, o fuga de QB. Jeff Heath, cuya responsabilidad era proteger el costado izquierdo de la defensiva en esa jugada, no cumplió con su asignación, se quedó atornillado y no pudo evitar que el Goff, quien no es ningún velocista, consiguiera la primera oportunidad liquidando el partido.
Los Carneros fueron superiores. Su línea ofensiva dominó a la línea defensiva de Dallas. La defensiva frenó el ataque terrestre. Fueron el mejor equipo, pero Dallas pudo “robarse” el partido de haber puesto atención a los detalles pequeños. El primero fue la indisciplina de Byron Jones al golpear la careta del receptor. El segundo la pésima jugada que mandó Linehan y que Dak no quiso, o no le permitieron, cambiar en la línea, y tres, la indisciplina y falta de talento de Jeff Heath. De realizar por lo menos UNA de estas tres jugadas, el partido habría sido diferente. Dak terminó con 266 yardas por pase, un TD sin ser interceptado, y un TD por acarreo. Jugó a su nivel. Falló pases que pudo completar, pero no pienso que esté jugando en un esquema que aproveche sus facultades y minimice sus deficiencias. No es necesario que corra tanto como Lamar Jackson, pero le tienen que sacar de la bolsa de protección porque lanza mejor en movimiento, y le tienen que dar más jugadas por tierra diseñadas. La primera que tuvieron fue hasta que faltaban 5:41 en el partido. Fue en 4ª y 1, cuando fue evidente la creatividad de McVay y la ineptitud de Linehan.
Todo indica que Jason Garrett regresa en 2019, y el lunes declaró que Linehan también, pero no quiero darle la vuelta a esta página. No me sorprendería que Linehan saliera. A los Vaqueros, con un equipo muy joven, no les falta mucho, pero tienen que hacer cambios. Respecto a LA, la ofensiva gira alrededor del ataque terrestre y Todd Gurley está otra vez en gran nivel, y ahora tiene el complemento de C.J. Anderson. Todavía no compro que su defensiva pueda repetir esta actuación, pero de hacerlo, en particular Ndamukong Suh quien por fin apareció, serían el equipo a vencer.
Cuando parecía que el imperio de Bill Belichick empezaba a mostrar grietas, los Patriotas volvieron a ser los Patriotas. Se hablaba que los Cargadores eran el equipo más completo en postemporada por el talento a la ofensiva y por el nivel que había mostrado su defensiva, en particular contra Baltimore. Fueron superados rotundamente en las tres fases del juego, en particular cuando Nueva Inglaterra estuvo a la ofensiva. Mucho se habló del esquema con seis y siete jugadores en la defensiva secundaria, pero recuerdo haber visto a los Pats emplear ese grupo de personal defensivo en 2016, contra Pittsburgh en el campeonato de conferencia, y en el Super Bowl contra Atlanta. Si lo usó alguna vez Belichick, sabría como atacarlo, y vaya que lo hizo. Josh McDaniels alternó el juego de pases rápidos con un ataque terrestre siguiendo al FB y abrumaron al rival. Gus Bradley, el coordinador defensivo de Los Angeles, nunca tuvo respuesta. Lo que más me llamó la atención, y que no esperaba, fue el dominio total de la línea ofensiva de los Pats. Tom Brady no se despeinó y no tuvieron que lavar su uniforme después del partido. No fue capturado y tuvo tan sólo dos presiones. Completó la mitad de sus situaciones de 3ª oportunidad. Trent Brown abusó tanto de Joey Bosa como de Melvin Ingram, dos de los mejores en la NFL presionando al QB. No abrieron huecos para los corredores, fueron boquetes. Rob Gronkowski no fue factor en el juego aéreo, pero tuvo un gran partido bloqueando junto con James Develin. La defensiva confundió a Phillip Rivers en repetidas ocasiones usando tácticas similares a las de Baltimore. Tendrán que repetir este desempeño para enfrentar a Mahomes y compañía.
El partido más disputado de la jornada, y quizás el mejor hasta el momento de la postemporada, fue entre Filadelfia y Nueva Orleans. El inicio del partido no fue bueno para los Santos. El primer pase de Drew Brees fue interceptado y parecía que seguiría la magia de Nick Foles. Dos series ofensivas de siete y diez jugadas culminaron en TDs. Drew Brees no entraba en ritmo y el equipo de Sean Payton se veía desarticulado. Una vez más, una jugada rutinaria empezó a cambiar el derrotero del partido. En 2ª y 8 de su yarda 48, Foles lanzó un pase profundo a Zach Ertz quien había rebasado a Marshon Lattimore, pero el envío fue corto y Lattimore interceptó. La defensiva de Filadelfia respondió y forzó un despeje después de tres jugadas. Fue aquí en donde Payton tomó la decisión que cambió el rumbo del partido. En 4ª y 1, desde su yarda 30, mandó una finta en la patada de despeje y Taysom Hill logró la primera oportunidad para mantener una serie ofensiva 12 jugadas y 84 yardas que culminó en un pase de TD a Keith Kirkwood. En el tercer cuarto, Nueva Orleans tuvo una serie ofensiva de 18 jugadas y 92 yardas que también resultó en TD. Se superaron CUATRO castigos en esa serie que consumió 11:29. Al final, parecía que Foles continuaría su racha mágica, pero Alshon Jeffery no pudo atrapar un pase perfecto que le pasó por las manos y que fue interceptado por Lattimore. Fue merecida la victoria de los Santos, pero me impresionó la manera de jugar de Filadelfia, con una defensiva secundaria parchada y jugando con su 4ª opción de corredor. Fue admirable la reacción tanto de Foles como de Doug Pederson al consolar a Jeffery. No avanzaron al campeonato de conferencia, pero sentaron la base para el próximo año. Pederson ha creado un ambiente especial en ese vestidor que los llevará a uno o más títulos en los próximos cinco años. Queda por ver qué pasa con Foles. Dudo que regrese a pesar de los resultados que ha producido. Espero llegue a un sistema que aproveche su capacidad.
A los entrenadores en jefe se les paga para tomar decisiones clave como lo hizo Sean Payton. No es coincidencia que los cuatro equipos finalistas cuentan con tres “head coach” que llegarán al Salón de la Fama, y el cuarto, Sean McVay es aquel a quien todo mundo hoy en día quiere emular.
Viendo hacia delante, a los campeonatos de conferencia, llegaron los equipos que llegaron tienen las cuatro ofensivas más prolíficas. Ciertamente son potentes en el ataque, pero los cuatro ganaron sus respectivos partido de la ronda divisional gracias a sus DEFENSIVAS. Kansas City no permitió conversiones en 3ª oportunidad a Indy. Los Angeles neutralizó el poderoso ataque terrestre de Dallas. La defensiva de Pats borró del partido a Phillip Rivers y compañía, y la defensiva de Nueva Orleans, después de permitir 14 puntos en el primer cuarto, apretó y no permitió ningún otro punto. No hay que olvidar que las defensivas ganan partidos y los equipos especiales los campeonatos.
Finalmente, no puedo concluir esta nota sin hablar de las recientes contrataciones para las vacantes de entrenadores en jefe.
Me gustó la llegada de Adam Gase a Jets. Creo que no tenía gran futuro con un QB mediocre como Ryan Tannehill y una organización “desorganizada” como la de Miami. De Green Bay hablé la semana pasada. De Freddie Kitchens no sé mucho, tan sólo que hizo un gran trabajo con Baker Mayfield cuando lo ascendieron a coordinador ofensivo, que es discípulo de Bill Parcells y que está armando un grupo de asistentes de gran nivel. Vic Fangio merecía esta oportunidad. Queda por ver qué tipo de “staff” puede armar. Bruce Arians es un gran entrenador que ha trabajado con éxito con Peyton Manning, Ben Roethlisberger y Andrew Luck, lo cual podrá determinar el futuro de Jameis Winston. Tendrá dos buenos coordinadores en Byron Leftwich y Todd Bowles. La contratación que no entiendo es la de Kliff Kingsbury en Arizona. Le dieron el puesto porque fue el entrenador que tuvo Patrick Mahomes en el colegial. Kingsbury también fue el CO de Johnny Manziel en Texas A&M. De lo que no se habla es que tuvo a Baker Mayfield también en Texas Tech, y Mayfield optó por transferirse a Oklahoma por diferencias con Kingsbury. Es un gran entrenador ofensivo, pero un fracaso rotundo como entrenador en jefe y manejando partidos. A diferencia de todos los contratados, no tiene antecedentes con grandes entrenadores de la NFL. Cuando evalúo la contratación de un head coach, el primer detalle que busco es ¿Cuál es su escuela? ¿De qué otros entrenadores aprendió, y cuál es su filosofía? Kingsbury fue QB de Mike Leach, quien perfeccionó el sistema Air Raid, pero quien tampoco ha ganado nada. Sorry, fans de Arizona. Kingsbury llega a los Cardenales sin credibilidad. Será difícil que se gane la atención del vestidor. Veo dos o tres años muy complicados y un cambio inminente.
Sin más, ¡rumbo a Atlanta!