Ezekiel Elliott ya está en paro laboral de manera oficial, al menos de momento, en reclamo de un nuevo arreglo contractual.
El corredor estelar de los Dallas Cowboys estuvo ausente de los exámenes médicos y de las evaluaciones físicas de este viernes en el campamento de pretemporada, en Oxnard, California.
El dueño del equipo, Jerry Jones, dijo que no esperaba que se presentara este fin de semana, en el arranque de entrenamientos oficiales.
“Esperamos que todos aquellos que están bajo contrato se presenten aquí en el campamento“, dijo Jones. “Mañana empiezan los entrenamientos de manera oficial hacia la temporada 2019“.
Elliott, de 24 años, dos veces líder en yardas ganadas por carrera en los últimos tres años en la NFL, quiere nuevo contrato, mejor remunerado que el actual que expira al final de la campaña 2020, y que es el original que firmó cuando fue reclutado como la cuarta opción global del Draft del 2016.
Jones y el resto de la directiva de los Cowboys reconocieron que las negociaciones comenzarán en los parámetros que consiguió en su nuevo trato el corredor de Los Angeles Rams, Todd Gurley, quien el verano pasado acordó extensión por cuatro temporadas y 60 millones de dólares.
“Ya estamos en conversaciones con su agente para un nuevo contrato“, dijo Stephen Jones, vicepresidente del equipo. “Estamos optimistas en que las cosas funcionarán bien“.
A partir de mañana, Elliott puede ser multado hasta con 40 mil dólares diarios cada vez que falte a entrenar, de acuerdo con el actual contrato colectivo de trabajo entre la NFL y el Sindicato de Jugadores.
La fecha límite para que se presente a practicar y le cuente la temporada en su antigüedad rumbo a una posible agencia libre en el 6 de agosto próximo.
Los Cowboys han reconocido en reiteradas ocasiones que, además de Elliott, es prioritario alargar contratos al quarterback Dak Prescott y el receptor Amari Cooper; ambos están en su último año del actual arreglo.