Los Dallas Cowboys perdieron en New England ante los Patriots, como se suponía para la mayoría…
Pero no sólo porque el favorito era el campeón de la NFL, el que tiene al mejor entrenador y al mejor quarterback de la historia, la mejor defensiva y el que sólo ha sido derrotado una vez esta temporada.
Los Cowboys cayeron por errores, falta de ejecución y dirección que han sido la constante durante los últimos años… Bueno, durante la década que el entrenador Jason Garrett lleva al mando.
"No se equivoquen: Este era un juego más grande para nosotros que para los Patriots”, dijo el dueño y gerente general de los Cowboys, Jerry Jones. “Tuvimos la oportunidad de establecer algo. Estoy frustrado. Pensé que podríamos poner un mejor esfuerzo”.
El plan de juego rival de ambos lados del balón, orquestado por Bill Belichick, superó con facilidad al de Garrett y su staff; los equipos especiales de Dallas son inexistentes la gran mayoría del tiempo y cuando son nombrados, por lo general, es porque cometieron errores.
La defensiva de los Cowboys contuvo, pero permitió primeros y 10, y puntos en momentos clave del partido a la ofensiva de los Patriots, que ejecutó con lo justo, para que su defensa se encargara del resto.
Tom Brady otra vez distó de tener un gran partido. Apenas 190 yardas y menos de la mitad de sus pases completos, de los que sólo dos fueron a manos de un receptor abierto. New England logró 101 yardas por carrera, incluidas 85 de Sony Michel, entre sus raquíticas 282 yardas totales.
Pero una patada de despeje bloqueada por los Patriots en el primer cuarto, se convirtió dos jugadas después en touchdown.
Una intercepción a Dak Prescott se tradujó cuatro jugadas después en gol de campo, que sumado a un gol de campo errado de Brett Maher, resultó en 0-10 para los Cowboys.
Los aficionados de Dallas ya tiemblan cuando su pateador Maher entra al campo de juego, porque igual puede meter un gol de campo de 60 yardas, que fallar uno de 20 o el punto extra.
Cierto que New England lució igual de mal con par de goles de campo fallados. Pero de nuevo, ejecutan cuando hay que hacerlo, y mucho tiene que ver el plan de juego, la agresividad, experiencia y, en especial, sabiduría de Belichick y compañía.
En cambio, en la otra banca, hay ocasiones en que parece que falta preparación, que la ingenuidad es una constante o que carecen de fundamentos básicos algunos jugadores de ambos lados del balón y en equipos especiales.
Muchos tratarán de justificar con el clima, que por cierto fue igual para ambos equipos profesionales.
Otros dentro y fuera de la organización de Dallas hablarán de algunos castigos, como el de “tropezar” en la última serie ofensiva de los Cowboys que le marcaron a Travis Frederick para anular un primero y 10 clave, cuando estaban abajo 13-9 con dos minutos en el reloj en tercera oportunidad y uno.
Habrá que cuestionar la decisión de ir por gol de campo en el último cuarto, en vez de jugársela en cuarta oportunidad, cuando la diferencia era de siete puntos con únicamente 3:28 minutos en el reloj.
Es menos explicable aún que en esas condiciones climáticas, contra esa defensa y con el resultado que había dado el juego aéreo, la jugada era un pase de tres yardas para Ezekiel Elliott, quien debió llevar el balón por el centro para mover las cadenas y minimizar los riesgos.
Elliott, además, promedió 4.1 yardas en 21 acarreos para 86 yardas. Tony Pollar, 4.8 yardas en nueve acarreos…
Amari Cooper desapareció este domingo. Y jamás por la falta de talento. Los Patriots se aseguraron de que el mejor receptor de la liga estuviera bien cubierto.
Tristemente, Jason Witten ya no es la mejor opción como receptor entre las alas cerradas de los Cowboys, aunque los entrenadores insistan con él. Randall Cobb y Michael Gallup hicieron jugadas, pero es difícil ganarle sólo así a New England.
Así, los Cowboys amanecerán en primer lugar de la División Este de la Conferencia Nacional, de reversa; gracias a que los Philadelphia Eagles perdieron ante un muy buen equipo de los Seattle Seahawks.
Pero también el lunes, Dallas de nueva cuenta será señalado como el equipo que no puede ganarle a un rival con marca ganadora.
“Su equipo fue majestuoso”, dijo Elliott. “Su entrenador fue un maestro. Lo que hicieron en equipos especiales tampoco fue casualidad. Eso fue por diseño. Ellos sabían cómo presionar a nuestros equipos especiales”.
“Fue un retroceso significativo para nuestro equipo”, agregó. “Necesitábamos ganar. Necesitábamos un triunfo contra un oponente como este. Y no hemos conseguido nada”.