Otra eliminación para los New Orleans Saints en casa y una nueva polémica de los oficiales.
Durante el tiempo extra de la sorpresiva victoria de los Minnesota Vikings en el Mercedes-Benz Superdome, el ala cerrada Kyle Rudolph hizo contacto con el back defensivo de los Saints, P.J. Williams, antes de atrapar el balón en las diagonales que significó el triunfo 26-20.
Los jugadores de New Orleans permanecieron en el campo reclamando el contacto de Rudolph, quien estiró el brazo para alejar al defensivo antes de saltar en busca del balón, sin embargo, los oficiales no marcaron castigo ni revisaron la repetición de la jugada en el campo.
"Vimos todos los ángulos que FOX nos proporcionó y Fox nos dio algunas tomas grandiosas. Hay contacto de ambos jugadores, pero ninguno de esos contactos alcanza el nivel de una falta", declaró el vicepresidente de oficiales de la NFL, Al Riverón después del partido, confirmando que la jugada se revisó desde las oficinas de los oficiales. "Esto es consistente con lo que hemos hecho todo el año, dejamos la marcación en el campo. Dejamos que se quedara.
"Nos dieron todos los ángulos que tenían en la jugada, así que estamos bastante conformes con lo que vimos. Nada surgió después que no hayamos visto antes de tomar la decisión".
La temporada pasada, los Saints quedaron eliminados en casa en el Juego por el Campeonato de la NFC tras perder con Los Angeles Rams luego de una interferencia de pase del back defensivo Nickell Robey-Coleman sobre el entonces receptor abierto de los Saints, Tommylee Lewis, que no se marcó.
En la jugada, Robey-Coleman golpeó casco a casco a Lewis antes que el balón llegara en una jugada de tercera y 10 en la yarda 13 de los Rams con 1:45 por jugar y el partido empatado 20-20.
El castigo de interferencia de pase habría dado a los Saints el primer intento en zona roja con la posibilidad de anotar un touchdown y agotar el tiempo antes de intentar un gol de campo corto con menos de 20 segundos por jugar.
Los Rams terminaron ganando 26-23 en tiempo extra y avanzaron al Super Bowl LIII.
La NFL multó a Robey-Coleman con 26,739 dólares por su golpe casco a casco sobre Lewis.