La unidad más regular y confiable de los Tampa Bay Buccaneers fue la responsable de meter al equipo en un hoyo del cual no pudo salir en la derrota por 27-24 ante los Kansas City Chiefs y no fue por casualidad.
Los Buccaneers enfrentaron a una de las ofensivas más versátiles y dinámicas que la NFL ha visto en los últimos años y eso podría explicar por sí solo que los Chiefs hayan tomado una clara ventaja en el primer cuarto, sin embargo, los 17 puntos permitidos por la defensiva de Tampa Bay, además de las más de 203 yardas por recepciones de Tyreek Hill en ese periodo, sólo enfatizan una tendencia negativa.
La defensiva de los Buccaneers llegó a la Smana 12 como la segunda que más puntos ha permitido en el primer cuarto en la actual temporada con 73, sólo detrás de los Dallas Cowboys. Esa referencia por sí sola debería ser señal de alarma en Tampa Bay.
En los últimos cuatro juegos, de los cuales han perdido tres, los Buccaneers han permitido que el rival anote al menos 14 puntos en el primer periodo y en promedio en ese lapso, ha permitido 14 puntos. En los primeros 10 juegos de la campaña, Tampa Bay permitió 3.8 puntos en promedio en el primer cuarto.
Después de permitir sólo una vez puntos en el primer cuarto en los primeros cinco juegos de la campaña regular, los Buccaneers han dejado que sus rivales se hagan presentes en el marcador en los últimos siete y cada vez con más puntos.
Esas dos anotaciones en promedio que la defensiva de Tampa Bay ha permitido en el primer cuarto de los últimos cuatro juegos han resultado demasiada desventaja hasta para Tom Brady.
Los 17 puntos que anotaron los Chiefs empataron el tercer déficit más amplio que ha enfrentado Brady en su carrera después del primer cuarto (2013, vs. Broncos).
La defensiva de los Buccaneers apretó el paso y sólo le permitió 10 puntos más a los Chiefs en los últimos tres cuartos, pero los 17 que anotó Kansas City en el primero resultaron demasiado para remontar y eso, para un equipo llamado a llegar lejos en Playoffs es inaceptable.
Si tu arma funciona, úsala
Los Tennessee Titans sumaron una importante victoria de una forma elemental al usar a su mejor arma para aprovecharse del punto débil que tuvo que presentar una buena defensiva.
Los Titans tienen al corredor físicamente más dominante en la NFL, Derrick Henry, y lo usaron para asestar golpes fulminantes a una sólida defensiva de los Colts que no contó con una piza clave en su alineación, el tackle DeForest Buckner.
La fórmula que los Titans usaron fue simple: su mejor jugador contra un grupo que no contaba con el suyo.
La diferencia de no tener a Buckner fue más que notable. Los Colts llegaron a la Semana 12 con el tercer promedio más bajo de yardas permitidas por tierra por juego en la NFL (89.2) y para el medio tiempo, Henry ya tenía 140 yardas y tres touchdowns por esa vía.
Henry terminó el duelo con 178 yardas y tres touchdown en 27 carreras.
Otro aspecto notable fue la facilidad con la que Henry consiguió tantas yardas. Al medio tiempo, 96 de sus 140 yardas llegaron antes del primer contacto defensivo y tuvo ocho carreras en las que recorrió cinco yardas antes de que lo tocara algún defensivo.
En la Semana 11, platicamos de cómo Henry suele dominar a las defensivas rivales conforme avanzan los juegos y era en las segundas mitades cuando su producción aumenta y da el golpe definitivo. Ante los Colts fue a la inversa y con más de 100 yardas y tres anotaciones por tierra, igualó una hazaña al unirse a Shaun Alexander y LaDainian Tomlinson como los únicos corredores con esa producción terrestre en al menos dos mitades de un juego.
La primera vez que Henry lo logró fue en la Semana 17 de la temporada pasada ante los Houston Texans.
Patriots siguen el rastro defensivo vs Kyler Murray
En el tema de las defensivas, la actuación que tuvo la unidad de los New England Patriots en su importante victoria sobre los Arizona Cardinals parece reforzar la percepción de que los rivales parecen haber encontrado de nulificar a uno de los quarterbacks más ágiles y veloces de la actualidad.
La defensiva de los Patriots puso en aprietos a Kyler Murray, al presionarlo en el 35 por ciento de las jugadas diseñadas de pase de los Cardinals. En ellas, Murray completó seis de 11 pases y sufrió una intercepción cuando le mandaron cargas, con un promedio de 4.7 yardas por envío.
Es la cuarta semana consecutiva que Murray enfrenta paquetes de carga en al menos el 33 por ciento de sus jugadas de pase y en ese lapso, ese porcentaje es del 39 por ciento y los Cardinals tienen marca de 1-3.
En los primeros siete partidos de la actual temporada, las defensivas presionaron sólo el 17 por ciento, periodo en el que Arizona tuvo marca de 5-2.
En su corta carrera, cuando lo presionan, Murray suma ha sufrido siete intercepciones a cambio de seis touchdowns.
No es sólo que las defensivas manden presión a Murray, parece que lo hacen coscientes de su capacidad para hacer daño con sus piernas cuando se siente acorralado.
En los últimos dos juegos, incluida la derrota ante los Patriots, Murray ha sido limitado a sólo tres yardas en cinco carreras en jugadas diseñadas por tierra sin touchdown. En los primeros nueve duelos del calendario regular, el quarterback de los Cardinals corrió en 59 ocasiones para 290 yardas y ocho anotaciones.
Todo esto se traduce a que no sólo hay que mandar más gente a presionar a Murray. Quienes bajen a la línea de scrimmage deben hacerlo con disciplina para cerrarle los espacios, sobre todo en los extremos de la línea de scrimmage y sin descuidar al comparsa que tenga Murray en las carreras de opción.