Nadie sabe quiénes van a jugar el domingo 7 de febrero en Tampa Bay. Pero lo que yo sí sé; es que por sus trayectorias, sus legados y lo que está en juego, este es el Super Bowl adelantado.
El peor partido de Aaron Rodgers en toda la temporada, fue el 18 de octubre en Tampa Bay.
Los Green Bay Packers estaban ganando 10-0 al final del primer cuarto, hasta que él lanzó una intercepción que Jamel Dean le regresó hasta la zona de anotación y los Tampa Bay Buccaneers se metieron al juego.
Ese domingo, Rodgers lanzó dos de las cinco intercepciones que tiró en todo el año, y Tom Brady aprovechó esos errores para pasarles por encima, anotándoles 38 puntos sin respuesta, 38-10, fue el marcador final.
Aquella tarde, los Packers eran favoritos por 3 puntos. Tal y como lo son este fin de semana, otra vez. Pero analicemos más de lo que sucedió en ese juego de la Semana 6.
¡Lo de la defensiva de los Buccaneers fue impresionante!
Aaron Rodgers no pudo completar ni el 50 por ciento de sus pases, lanzando 16 completos de 35 intentos para 160 yardas, cero touchdowns y dos intercepciones, para una pérdida total de 42 yardas.
Por si eso no fuera suficientemente preocupante, Aaron Jones, el mejor corredor del equipo, tuvo 10 acarreos para 15 tristes yardas totales. Jamaal Williams aportó 34 yardas y AJ Dillon, 31. Y así como fracasaron por tierra, también lo hicieron por aire.
Davante Adams, uno de los mejores receptores de la NFL, fue el líder receptor de los Packers con sólo 61 yardas.
Esta temporada, Green Bay ha conseguido 70 touchdowns en lo que va del año y aquel día sólo pudieron fabricar uno.
¡Las ganas que debe de tener Aaron Rodgers de cambiar la historia este domingo!
Además, será la primera vez que jugará una final de conferencia como local, porque la última vez que esto sucedió en Lambeau Field fue en el 2007, cuando Rodgers era el suplente de Brett Favre y los NY Giants de Eli Manning se impusieron en tiempo extra.
El Football Power Index de ESPN coincide con Las Vegas y dice que los Packers tienen el 53 por ciento de probabilidades de ganar en Green Bay. Así como los New Orleans Saints tenían el 54 por ciento de probabilidades de ganar el domingo pasado en el Superdome, y terminaron perdieron por 10 puntos.
Espero que hayan aprendido la lección. No apuesten contra Tom Brady. No descarten a Tampa Bay. Los Buccaneers están jugando con dinero de la casa. Nadie esperaba que llegaran tan lejos. No hay presión. Ya no tienen nada que demostrar.
No habían estado tan motivados desde que ganaron el Super Bowl XXXVII.
La defensiva viene de exhibir a uno de los mejores quarterbacks de todos los tiempos. Retiraron, prácticamente, a Drew Brees con esas tres intercepciones, además de que provocaron el fumble de Jared Cook cuando más necesitaban la pelota.
Tom Brady viene de jugar un gran partido. En esta liga no siempre vas a lanzar para 400 yardas. Él se dedicó a explotar lo que le dio la defensiva. Cuidó la pelota, nunca la perdió y terminó con tres touchdowns totales, dos por aire y uno por tierra. Anotó 30 puntos jugando de visita. Nada mal para un quarterback que decían que estaba acabado.
Él es el líder en el campo y en el vestidor. Le cambió el enfoque a esta franquicia. Transformó su cultura. Los contagió de su genética ganadora y les transmitió su dureza mental.
Tampa Bay terminó la temporada pasada con récord de siete ganados y nueve perdidos. Este año han ganado 13 de sus 18 partidos.
Los Buccaneers llevaban 13 años sin meterse a playoffs y ahora están a un triunfo de jugar el Super Bowl en su propia casa.
Contando el juego de temporada regular, esta será apenas la cuarta vez que Tom Brady y Aaron Rodgers estarán frente a frente. Brady ha ganado dos de las tres ocasiones.
Ahora, uno quiere jugar su décimo Super Bowl, mientras el otro quiere ganar su segundo anillo. El mejor de todos los tiempos contra uno de los más talentosos de la historia. El que ha lanzado 44 pases de touchdown a los 43 años contra el que ha anotado más puntos esta campaña. Dos Salones de la Fama cara a cara, por primera vez en playoffs y seguramente por última vez en sus carreras.
Nadie sabe quiénes van a jugar el domingo 7 de febrero en Tampa Bay. Pero lo que yo sí sé; es que por sus trayectorias, sus legados y lo que está en juego, este es el Super Bowl adelantado.