Los Miami Dolphins son una de las grandes sensaciones de este inicio de temporada y no sólo por su explosiva ofensiva, también por su defensiva.
El mariscal Tua Tagovailoa parece haberle dado la vuelta a la esquina y su potencial se maximiza con todos los objetivos explosivos que tiene a su alrededor. Tyreek Hill y Jaylen Waddle son uno de los mejores dúos de receptores de la NFL y parecen generar separación en cada jugada.
Sin duda, el “científico loco”, su nuevo entrenador en jefe, Mike McDaniel, merece mucho crédito, dado que su creativo diseño de jugadas y la inyección de confianza que le dio a este grupo dieron dividendos de inmediato, pero una decisión en particular también ha potenciado a los Dolphins.
Cuando arribó a Miami, McDaniel decidió mantener a gran parte del staff defensivo para darle continuidad a una unidad que había brillado el año anterior.
Tan inusual como efectivo.
Más allá de la que la ofensiva suele llevarse los reflectores, fue la defensiva la que terminó como la heroína la semana pasada ante la potente ofensiva de los Buffalo Bills.
En la superficie, pareciera que la defensiva de Miami no necesariamente brilló, dado que permitieron 497 yardas, pero si agarramos la lupa, veremos que limitaron las jugadas grandes y, por sobre todas las cosas, se crecieron en los momentos más importantes.
No se supone que un equipo gane cuando tiene 51 jugadas ofensivas menos que el rival. Los Bills dominaron el reloj de posesión y aún así, perdieron.
Bajo el intenso calor de Miami que dejó a múltiples jugadores acalambrados, la voluntad de la defensiva de los Dolphins fue más fuerte y limitó la eficacia de los Bills en zona roja.
Se habló mucho de las bajas por lesiones que tenía Buffalo, pero Miami también tenía muchos jugadores con dolencias, incluidos su segundo y tercer esquineros. La profundidad de la secundaria y de los cazamariscales eran las principales dudas de este unidad a principio de año y al menos hasta ahora, ambas están han sido respondidas positivamente.
La tardía adición de Melvin Ingram ha sido justo lo que ordenó el médico para Miami. Del lado opuesto a Emmanuel Ogbah, ya acumula dos capturas y un balón suelto forzado.
En la secundaria, mientras ya perdieron a Trill Williams por el resto de la temporada y aún esperan por el retorno de Byron Jones, otros jóvenes, como Kader Kohou, han dado un paso adelante, mientras que Nik Needham se ha establecido para acompañar al estelar Xavien Howard.
Ni que hablar del dúo de profundos, que, en mi opinión, es de los mejores de la NFL. Si no le han prestado atención, Javon Holland es una estrella ya en su segundo año y la comunicación con Brandon Jones ha sido óptima.
En el interior de la línea defensiva, Christian Wilkins es el héroe silencioso de este grupo, mientras que Zach Sieler sólo produce y Jerome Baker patrulla el segundo nivel de la defensiva.
Si soy sincero, pensé que la unidad de Josh Boyer daría un paso hacia atrás en esta temporada y si bien su nivel no ha sido descollante ni mucho menos, han mostrado resiliencia y los Dolphins han jugado futbol americano complementario.
A partir de allí se explica el inicio con marca de 3-0 y ahora, los Dolphins tendrán la difícil tarea de jugar de visitante, en semana corta, ante los Cincinnati Bengals este jueves por la noche.
Miami tiene a muchos jugadores golpeados después de un encuentro muy físico ante Buffalo, aunque tendría a todos disponibles. A veces, el hecho de tener 10 días de descanso en el futuro hace que se dé ese último resto en lo físico.
Ante los Bengals, la defensiva debe brillar si los Dolphins quieren ganar. La línea ofensiva de Cincinnati ha sido un problema para los dirigidos por Zac Taylor pese a la renovación en la unidad, a punto tal, que Joe Burrow fue capturado 13 veces en las primeras dos semanas. Ahora bien, esa protección mejoró ante los Jets, que sólo lograron sumar dos capturas.
Si Burrow tiene tiempo, va a cocinar a fuego lento con uno de los mejores grupos de receptores de la liga a su disposición.
A Cincinnati le ha costado correr en este inicio de temporada y como tal, es imperativo que los Dolphins se enfoquen en Burrow. En multiples ocasiones en la actual campaña, los Dolphins han mostrado cobertura “Cover 0” y la vamos a ver seguido en Cincinnati.
Miami buscará incomodar a Burrow, quien después de ser operado por apendicitis en la temporada baja, no tuvo las repeticiones necesarias en el campamento de entrenamiento y todavía luce algo oxidado.
Los Dolphins no pueden dejar que el pasador de los Bengals se sienta cómodo en el bolsillo y si ganan esa batalla, un inicio de 4-0 es enteramente probable, algo que, a juzgar por el difícil calendario para iniciar la temporada, no era posible ni para el más optimista fan de los Dolphins.
La defensiva de Miami es la clave del éxito para los Dolphins este jueves ante los Bengals.