NASHVILLE -- El mariscal de campo de los Tennessee Titans, Marcus Mariota, ha canalizado su Chris Paul interior este verano en un esfuerzo por llevar su juego --y a su equipo-- al siguiente nivel.
Mariota ya se prepara para el momento en que el primer receptor abierto o ala cerrada se acerque a él para demandarle más el ovoide. Los Titans cuentan con numerosas opciones ofensivas, así que probablemente no recibirán los toques a que están acostumbrados, pero Mariota dijo que se trata de un buen problema. Eso le presiona para alimentar a todos, en lugar de depender solamente de uno o dos tipos.
"Siempre pienso en mí mismo como un base armador", dijo Mariota tras la práctica del miércoles. "Simplemente distribuyo el ovoide a esos tipos y los dejo hacer jugadas. Con la cantidad de armas que tenemos, será muy divertido".
El sábado, Mariota participará en un juego real --la apertura de pretemporada de los Titans frente a los New York Jets-- por primera ocasión desde que se fracturara la pierna derecha hace siete meses y medio. No verá muchas repeticiones, pero su meta primaria es "sacudir el óxido", en situaciones de juego y asegurarse de que la ofensiva fluye.
Mariota ya ha desarrollado una química fuerte con los recién llegados Eric Decker, Taywan Taylor y Corey Davis, antes de que éste último se lesionara el tendón de la corva. Conexiones con el ala cerrada Delanie Walker y el receptor abierto Rishard Matthews han permanecido precisas, también.
La flamante diversidad ofensiva de los Titans, combinando su ataque terrestre de poder con talentosas opciones entre sus receptores, debe amenazar consistentemente a las defensivas. Mariota no cambiará su disposición a correr, pero quizás su desarrollo reducirá su necesidad de cargar a la ofensiva en situaciones cruciales.
"Amo a ese tipo. Definitivamente es el pegamento del equipo", dijo el tackle izquierdo Taylor Lewan. "Queremos cuidar de él".
Una difícil rehabilitación de seis meses ha devuelto a Mariota su habilidad para hacer jugadas con las piernas. Porta una protección en la rodilla izquierda (sufrió una lesión en la rodilla que acabó con su temporada en el 2015), que dice portará para el resto de su carrera, pero no le ha impedido echar a correr cuando ve el campo abierto.
"Es un deporte de contacto. En algún punto, me golpearán fuerte y es parte de eso", explicó Mariota. "No me preocupa eso".
Mariota nunca tuvo dudas de que jugaría el sábado, y el entrenador en jefe de los Titans, Mike Mularkey, al final accedió. Aun sí, los compañeros y coaches de Mariota están más tranquilos cuando no está siendo castigado.
"Necesita volver a montarse en la silla. Será bueno para él, pero realmente no quiero ser golpeado, para ser honesto contigo", dijo Mularkey. "No quiero que lo toquen. No quiero que le pongan un dedo, jamás".
El trabajo de pies es el área donde Mariota desea disfrutar su mayor mejoría para el 2017. Dijo la temporada pasada que en ocasiones se volvía perezoso o intentaba acelerar su trabajo de pies, y el balón se le escaba. Pasó mucho tiempo trabajando en ser más disciplinado con sus retrocesos y sus tiempos.
El resultado, Mariota y los Titans esperan, sea un incremento en asistencias, y un ataque aéreo que amenace a las defensivas en los tres niveles.