PITTSBURGH -- La escena en el vestidor de Steelers, el miércoles, fue extraña.
Un jugador con cinco apariciones en Pro Bowl, dos anillos de Super Bowl y 80.5 capturas, sería típicamente festejado por sus ex compañeros de equipo al cerrarse la puerta a una era.
En lugar de eso, el linebacker James Harrison terminó raspado desde todos los ángulos.
El centro Maurkice Pounce y el linebacker Bud Dupree estaban entre los jugadores que hablaron de Harrison para decir que saboteó su último año en Pittsburgh como una forma de salir. Desde la sesión de la tarde, detalles ofrecidos por Dupree y otros, pintaron a Harrison como un descontento e incluso como un desertor.
Hacer que todo esto tenga sentido aún es difícil, pero ya se unieron algunas piezas.
De alguna manera, el descontento de Harrison se mantuvo por debajo de la superficie por meses. Los jugadores dicen que la temporada número 14 de Harrison en Pittsburgh estuvo llena de faltas a las prácticas, salidas del estadio por estatus de inactividad e, incluso, siestas durante las reuniones del equipo. Harrison permaneció en silencio la mayor parte del tiempo en los tres últimos meses, pero insinuó el tema en DKPittsburghSports.com, diciendo que habría firmado con cualquier otro equipo de haber sabido que iba a tener un rol limitado.
En una temporada de Steelers repleta de drama y que agotó el ciclo de noticias, la historia no surgió hasta que Harrison fue cortado dos días antes de Navidad sin mayores ceremonias. Eso fue, en parte, porque el equipo no quería que se fugaran problemas internos y que la dirección de la organización tuviera que encontrar la forma de sortearlos. Algunos jugadores dejaron ver que Harrison debió ser cortado mucho antes de la Semana 16 de la temporada.
El surgimiento del linebacker T.J. Watt al lado de Dupree, hicieron inevitable la estancia en la banca del jugador de 39 años. La falsa presunción fue que Harrison podría apegarse al rol de mentor, lo que claramente no quiso hacer. Escondió bien sus intenciones y aún después de su baja, los jugadores hablaron con afecto del afamado pasador tras la victoria del lunes ante Houston Texans.
Pero la firma de Harrison con los New England Patriots motivó a los jugadores a hablar de la fricción, no por la firma en sí misma, si no por lo que representa.
Los Steelers, dando una apariencia tonta por filtrar a Harrison en un rival de Super Bowl sin razón alguna. El equipo siente que la directiva se vio forzada a cortar a Harrison y quisieron defender la acción. Muchos jugadores no parecen estar preocupados por la firma con New England; era un agente libre que necesitaba un trabajo. El tema es cómo lo obtuvo.
"Vamos a hablar la verdad, es lo que es", dijo Pouncey.
Las profundidades de esa verdad han sido impactantes. Las historias vuelan de todos lados. La imagen del líder de la franquicia abandonado el estadio temprano, las palabras del vestidor son que manejó desde casa a Cincinnati en un auto rentado, es casi ridículo. Pero los Steelers dejaron en claro desde el training camp que Harrison sería, en el mejor de los casos, un jugador complementario.
Los alcances de Harrison al denunciar ese plan irritaron a más que pocos Steelers que escondieron sus sentimientos hasta ahora. Como señaló un jugador, Harrison estaba casi fuera en la Semana 4, en Baltimore, lo que es desafortunado, porque pudo haber sido un mejor compañero de equipo mientras esperaba por tener claridad en su futuro.
Ahora la tiene. Y ambas partes podrían estar encantadas de verse el 21 de enero en Foxborough o Pittsburgh.