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En Green Bay, ruegan porque Aaron Rodgers se mantenga sano

¿Qué tendrán en mente los Green Bay Packers para el Draft 2019 de la NFL?

La Ley de Murphy, esa que tiene como principio el que si algo puede salir mal, saldrá mal, amenazó con hacerse presente el domingo en Lambeau Field, cuando Aaron Rodgers sufrió una lesión en la rodilla izquierda que lo forzó a ausentarse por prácticamente un cuarto del duelo ante los Chicago Bears.

Al final, Rodgers volvió al campo, el alma volvió al cuerpo de jugadores, coaches y aficionados de Green Bay y el talento del número 12 salvó a los Packers de la derrota, pero, el susto fue mayúsculo para todos por la forma en que jugó DeShone Kizer.

Lo sucedido el domingo en Lambeau Field provoca que nos preguntemos, ¿por qué los Packers mandaron a Brett Hundley, sustituto de Rodgers en 2017, a los Seattle Seahawks a cambio de una selección colegial en 2019?

Y otra pregunta, quizá más preocupante es, ¿por qué negociar a Hundley y quedarse con Kizer, quien viene de los Cleveland Browns –sí, de Cleveland-, con quienes no ganó ninguno de los 15 juegos que inició como titular?

En 2017, Hundley tuvo chispazos y su habilidad para dirigir al ataque mantuvo a los Packers en la pelea por un lugar en Playoffs hasta que Rodgers regresó en la Semana 16 de una fractura de clavícula.

Rodgers no pudo meter a Green Bay a la Postemporada, pero lo hecho por Hundley fue valiente dada su inexperiencia. ¿Su premio? Ser negociado a Seattle.

Independientemente de que Kizer pudo aprender el sistema ofensivo de los Packers desde que llegó al equipo, su calidad es inferior a la de Hundley y así lo demostró ante los Bears, ante quienes completó cuatro de siete pases para 55 yardas y perdió dos balones, uno de ellos, una intercepción devuelta para touchdown por Khalil Mack.

Un Hundley con experiencia ya de nueve juegos como titular (su marca fue de 3-6 en 2017), mayor dominio del sistema y mayor confianza, seguramente hubiera hecho un mejor papel.

Mike McCarthy y los Packers seguramente saldrán al mercado para evaluar la posibilidad de darle profundidad a la posición más importante en el roster –Colin Kaepernick pudiera, y debiera, ser una opción- sin importar lo que suceda con Rodgers y su rodilla izquierda.

La visión a largo plazo de los Packers en el canje de Hundley seguro tiene de base un plan, pero el resultado a corto plazo puede ser desastroso para un equipo que le acaba de dar un contrato de $134 millones –que puede llegar a ser de $180 millones- a su quarterback titular.

Con el pie izquierdo
De los seis coaches debutantes en 2018, dos de ellos llegaron a sus nuevos equipos con algunas nubes de duda y la Semana 1 hizo que esas nubes comienzan a oscurecerse y a amenazar con convertirse en tormentas.

Por cierto, antes de entrar en detalles, sólo recalcar que por cuarta ocasión desde la fusión de 1970, ninguno de los entrenadores en jefe debutantes ganó su primer juego de temporada regular, de acuerdo a Elias Sports Bureau (1974, 0-4; 1986, 0-4; 2001, 0-6; 2018, 0-7).

En 2018, algunos de ellos cavaron su propia tumba, como Matt Nagy con los Bears, quien tomó decisiones cuestionables en los minutos finales del duelo ante Green Bay, como mandar pases y no consumir tiempo cuando tenían la ventaja en el marcador.

Chicago perdió una ventaja de 20 puntos en el tercer cuarto y sólo anotaron un gol de campo el resto del encuentro.

Cabe recordar que Nagy era coordinador ofensivo de los Kansas City Chiefs hasta 2017 y en la Ronda Divisional de los Playoffs de la campaña pasada, los Chiefs perdieron una ventaja de 21-3 al medio tiempo y terminaron por caer 22-21 ante los Tennessee Titans.

Esto sólo refleja la falta de manejo del partido de Nagy, quien parece no haber aprendido la lección.

Matt Patricia, con los Detroit Lions, y Steve Wilks, con los Arizona Cardinals, presentaron a equipos que parecían no estar listos para el inicio de la temporada regular, mientras que Frank Reich, con los Indianapolis Colts, Pat Shurmur, con los New York Giants, Jon Gruden, con los Oakland Raiders, y Mike Vrabel, con los Tennessee Titans, cayeron en duelos más peleados, aunque Vrabel en un duelo singular ante los Miami Dolphins por los constantes retrasos por tormenta eléctrica que extendieron el duelo por más de seis horas.

La Semana 2 probablemente tratará mejor a algunos de los coaches debutantes.

En Minnesota manda la defensiva
Si bien Kirk Cousins lanzó para dos pases de touchdown, el nuevo quarterback no fue el principal responsable de la victoria de los Minnesota Vikings sobre los San Francisco 49ers.

Quien así lo afirme, “necesita ver más futbol americano”.

Tres capturas, cuatro robos de balón, tres por intercepción, una de ellas devuelta para touchdown, y una incesante presión sobre Jimmy Garoppolo son prueba de que la defensiva de los Vikings está lista para cargar con el equipo.

Cousins cuenta con todo lo que un quarterback anhela: una defensiva dominante, un buen ataque terrestre, encabezado por Latavius Murray y receptores de buen nivel (Delvin Cook y Stefon Diggs), por lo que el nuevo pasador sólo tiene que dedicarse a administrar a su ofensiva y mantenerla consistente.

No se vayan con la finta
Se veía venir que los Chiefs serían un equipo entretenido, principalmente por su explosiva ofensiva, pero, al mismo tiempo, que el ataque dirigido por Patrick Mahomes trabajaría con la presión de anotar a discreción por el pobre nivel de su defensiva, principalmente la aérea.

Tyreek Hill estalló al anotar en las dos primeras ocasiones que tocó el ovoide en un regreso de patada de despeje de 91 yardas para touchdown y una recepción de 58 yardas de anotación. Más tarde sumó otra recepción de touchdown, más discreta, de una yarda.

Lo hecho por Mahomes (15-27, 256 yd, 4 TDs) y Hill (7 recepciones, 169 yd) opaca el pobre desempeño de una defensiva que no se quebró gracias a los errores de los receptores de Los Angeles Chargers, que dejaron caer siete pases de Philip Rivers.

Dos de esos envíos, a Travis Benjamin y Keenan Allen, tenían el potencial de convertirse en acciones de touchdown. De no tirarlos, seguramente el resultado hubiera sido distinto.

Los Chiefs no tendrán la misma suerte ni tampoco tendrán las facilidades ofensivas que encontraron en Los Angeles.