Los primeros dos partidos de pretemporada de los Arizona Cardinals podrían representar un microcosmos de lo que está por venir para la franquicia en su primera temporada con el entrenador en jefe Kliff Kingsbury y el mariscal de campo Kyler Murray.
En su primer partido, la ofensiva sin reunión lució bien. El entrenador en jefe fue un genio. El mariscal de campo una estrella en ascenso.
En el segundo, nada funcionó. Todos de pronto parecían unos perdedores.
Considerando lo mal que salieron las cosas hace un año durante su terrible temporada 3-13, los aficionados de los Cardinals probablemente tomarán algo entre esos dos resultados. Kingsbury, de 40 años de edad, indicó que está listo para los altibajos que seguramente surgirán con el proyecto de reconstrucción.
"Me mantengo bastante equilibrado durante este proceso", expresó Kingsbury. "Entiendo lo que estamos tratando de lograr y dónde estamos. Estamos tratando de mejorar cada día".
No obstante, los Cardinals se perfilan para ser un equipo interesante.
En primer lugar, está Kingsbury, quien está tratando de implementar una ofensiva veloz de estilo colegial con muchos pases rápidos.
Después está Murray, la primera selección global del draft procedente de Oklahoma que mide apenas mide 5 pies con 10 pulgadas, pero ha mostrado una fuerza de brazo impresionante y rapidez. Murray está rodeado de varios jugadores talentosos, incluyendo el corredor David Johnson y los receptores abiertos Larry Fitzgerald y Christian Kirk.
"Me gustan las piezas que están en su lugar", sentenció Kingsbury. "Esta ofensiva, cuando se pone en marcha, tiene mucha flexibilidad".
Kingsbury y Murray se convertirán en la quinta pareja de entrenador en jefe y mariscal de campo que debutan al mismo tiempo en la NFL.
La defensiva de Arizona espera mejorar mucho luego de estar entre las peores de la liga el año pasado, sobre todo contra la carrera. Los Cardinals sumaron a los apoyadores Terrell Suggs y Jordan Hicks, quienes tendrán papeles importantes en el sistema 3-4 del equipo.