DALLAS – El presidente de los Washington Redskins, Bruce Allen ya no tendrá responsabilidades en las operaciones del equipo y su futuro con la organización permanece en suspenso, una fuente cercana a Allen confirmó a ESPN.
Se espera un anunció el lunes junto a otros numerosos cambios en la franquicia.
NBC Sports Washington reportó primero la noticia, citando múltiples fuentes.
Allen ha sido la principal voz en los asuntos del equipo desde el despido de Mike Shanahan en 2013. Los Redskins contrataron a Scot McCloughan como gerente general luego de la temporada 2014, pero fue despedido luego de la campaña 2016 y Allen retomó el control, quien fue contratado por el dueño Dan Snyder a finales de 2009.
La fuente de ESPN dijo que Allen le confió que continuaría como presidente de los Redskins para ayudar a Snyder en la construcción de un nuevo estadio. Sin embargo, el futuro no ha sido definido oficialmente y podría cambiar. El futuro de Allen podría estar atado a quien Snyder decida sea el siguiente gerente general o entrenador en jefe.
El futuro de Allen fue continuamente discutido en 2019, mientras los Redskins sufrían una de sus peores temporadas en años. Están 3-12 en el juego final contra Dallas Cowboys. El entrenador Jay Gruden fue despedido luego del 0-5 a inicios de campaña.
La semana pasada, un informante deslizó que Snyder contrataría al siguiente entrenador, negando que Allen tuviese algo que decir. La misma fuente también mencionó que Allen consideraba otro cargo en la directiva de Redskins al contratar a alguien que estuviese a cargo de las operaciones.
Numerosas fuentes de la liga consideran que será complicado que los Redskins contraten entrenadores específicos si su estructura permanece intacta, apuntando a los problemas de Allen tomando decisiones en cuanto a personal. Habría preocupaciones, también, de los posibles entrenadores de que Allen volviese a meterse en decisiones de campo. Algunos jugadores en privado han lamentado la falta sentido en el vestuario al firmar a jugadores que no encajaban, así como una falta de habilidad para juzgar el talento.