El cambio de cultura que debe dirigir Ron Rivera en Washington va más allá del vestidor, y comienza desde el campamento
El Washington NFL team abre su campamento de entrenamiento del 2020 el 28 de julio en sus instalaciones de Ashburn, Virginia. Aquí están las tramas a seguir para la organización:
¿Puede el quarterback Dwayne Haskins Jr. dar un gran salto en su segundo año?
Haskins fue reclutado a una situación donde los coaches debían ganar de inmediato, y un quarterback novato no se ajusta a esos planes. Haskins no se ayudó, al no cumplir con todos los requerimientos que pidieron los coaches cuando no estaba en las instalaciones. Pero finalizó de manera fuerte la temporada, con dos sólidos inicios, y sobre todo, ha mejorado sus hábitos en este receso de temporada. Siempre ha trabajado, pero ahora está más enfocado hacia el trabajo de NFL. Haskins pesa alrededor de 218 libras, 19 menos que cuando fue reclutado N° 15 global del 2019. Un reto para Haskins es que todavía no ha estado sobre el campo con su nueva ofensiva. Le llevará a todo el ataque completo --no solamente Haskins-- crear un vínculo. Quizás, un escenario realista sea que él y Washington comiencen lento. La clave será la segunda mitad de Haskins, que es cuando deben verse los resultados de su trabajo de receso de temporada.
¿Quiénes son las armas a la ofensiva para Washington, y son suficientes para apoyar a Haskins?
Se trata de una adenda a la pregunta previa. Hay potencial para que sea mejor de lo que se anticipa. No obstante, eso depende de que el corredor Derrius Guice se mantenga sano, y el corredor novato Antonio Gibson, junto con el receptor abierto novato Antonio Gandy-Golden, sean de impacto inmediato. Eso es pedir mucho.
Washington tiene interrogantes mayores en la posición de ala cerrada, y carece de una segunda opción probada como receptor abierto al lado opuesto de Terry McLaurin, una grata sorpresa como novato con sus 919 yardas que solamente debe mejorar. Se perdió una opción, Kelvin Harmon, por rotura de ligamento anterior cruzado, durante el verano. El receptor de la ranura, Steven Sims, finalizó la campaña del 2019 fuerte con 20 recepciones para 230 yardas y cuatro touchdowns en los cuatro partidos finales. Si se convierte en un jugador consistente este año, sería de gran ayuda.
La versatilidad importará. Gibson y J.D. McKissic jugaron como receptores abiertos, ambos, a nivel colegial, y pueden correr rutas desde el backfield. En teoría, Washington podría emplear una alineación de dos corredores, y desde allí dictar a la defensiva la cobertura que desea, aprovechando si la defensiva responde con una defensiva base o un paquete níquel.
¿Será el head coach Ron Rivera capaz de cambiar la cultura, y cuáles son las expectativas reales para la temporada?
Luego de que Rivera fue despedido por los Carolina Panthers, fue notorio cuán duro recibieron la noticia sus jugadores. Ayudó a darle forma a la cultura en Carolina así que, sí, la puede cambiar en el vestidor de Washington. Pero eso siempre será un reto en Washington, sin importar las intenciones, y especialmente luego de este receso de temporada, lidiando con la pandemia de coronavirus, un nuevo nombre de equipo, y la organización quedando bajo escrutinio por alegatos de acoso sexual. Los jugadores desean dirección; desean liderazgo consistente y atención a los detalles. Si Rivera puede proveer eso aquí, entonces, sí, la cultura comenzará a cambiar. Pero Rivera está en un nuevo trabajo, también y ahora es más responsable que nunca por imponer una cultura para una organización, más allá del vestidor. Cuenta con el poder, así que será interesante verlo en ese rol.
Por lo que respecta a la campaña, es realista esperar problemas de inicio. Washington tiene un equipo joven; existe una oportunidad real de que 16 o 17 titulares tengan 26 años de edad, o menos. Eso, además de un nuevo grupo de coaches para un equipo que viene de una temporada de 3-13 significa que el inicio puede ser duro. La clave será cómo terminen. Esta campaña se tratará tanto de su futuro, como lo es sobre su presente.
Después de sumar a Chase Young, ¿contará Washington con una de las mejores líneas defensivas de la liga, y podrán copiar el plan de los San Francisco 49ers?
Sí, Washington debe tener a una de las mejores líneas defensivas en la liga, pero esa clase de desempeño podría ser pedir demasiado. Los 49ers pasaron del sitio N° 13 en yardas y N° 28 en puntos permitidos en el 2018 a N° 2 y N° 8, respectivamente, el año pasado. Pero, también fue su segundo año bajo el coordinador Robert Saleh, lo que hace diferencia. Además, contaban con una secundaria más probada que la de Washington. También se trata de la primera temporada del coordinador Jack Del Rio con el cuadro de Washington, y, de nuevo, la montaña rusa de temporada baja dificulta realizar cambios tan dramáticos.
No obstante, los 49ers absolutamente brindaron un plan que Washington puede seguir. Construyeron a su defensiva usando selecciones altas de draft al frente, y es lo que ha hecho Washington; contará con cuatro jugadores que fueron reclutas de primera vuelta en los cuatro años pasados. Como los 49ers, Washington han construido un interior sólido con jugadores como Jonathan Allen y Daron Payne, y una gema de ronda baja en Matt Ioannidis. Seleccionar a Young provee la potencial presencia de élite que Washington ha carecido, y complementará a Montez Sweat y al veterano Ryan Kerrigan. Washington posee versatilidad con Young y Sweat, en particular, pudiendo presionar desde el interior; como los 49ers, pueden emplear muchas maniobras y movimientos para dejar a jugadores talentosos en mejores posiciones. La gran clave será cómo jueguen los siete del fondo. Washington debe mostrar mejoría defensiva, pero un salto como el de los 49ers podría tener que esperar un año. Algunos elementos están allí para dar un salto de calidad, pero pedir una unidad del Top-5 es demasiado.