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Lecciones de la Semana 4 en la NFL: Tom Brady responde a la adversidad con golpe de autoridad

Le costó trabajo, pero Tom Brady respondió con autoridad a la adversidad para guiar a los Tampa Bay Buccaneers a venir de atrás y vencer 38-31 a Los Angeles Chargers.

En general, los Buccaneers batallaron para encontrar su ritmo ofensivo y defensivo, pero una vez que lo encontraron al inicio de la segunda mitad del duelo ante los Chargers, lucieron el potencial por el que varios los ubican como candidatos a cosas grandes en la NFC.

En su caso particular, Brady fue uno antes y después de la intercepción que Michael Davis le regresó para anotación y con la que los Chargers se fueron arriba 14-7 con 3:55 por jugar en el primer cuarto.

Antes de esa acción, Brady parecía en control tras completar siete de ocho pases para 73 yardas y un touchdown, pero, tras la intercepción, la segunda que le regresan para anotación en 2020, el quarterback de Tampa Bay se notó afectado.

Tras la intercepción, Brady completó siete de 18 pases para 27 yardas y en un punto, lanzó nueve pases incompletos consecutivos. En ese lapso, los Chargers se fueron arriba 24-7.

Brady retomó el control de su ataque aéreo con 22 segundos por jugar en el segundo cuarto, cuando se conectó con Mike Evans en un pase de anotación que llegó tres jugadas después de que el tackle defensivo Ndamukong Suh provocó un balón suelto que los Buccaneers recuperaron en la yarda 6 de los Chargers.

A partir de entonces, Brady volvió a ser el mismo quarterback que inició el encuentro, incluso, tuvo un tercer periodo perfecto al completar los siete pases que lanzó para 127 yardas y dos touchdowns.

En total, Brady completó 15 de 17 envíos para 263 yardas y tres anotaciones y llevó al ataque de los Buccaneers a anotar en sus cuatro posesiones de la segunda mitad, al tiempo que su defensiva permitió sólo un touchdown a los Chargers.

Brady logró recuperarse de un duro golpe con esa intercepción devuelta para touchdown, la segunda que sufre en la actual campaña y cuarta en sus últimos seis juegos de temporada regular.

Hay una tendencia clara con Brady y las intercepciones y lo más probable es que corrija esos tropiezos con el coach Bruce Arians como su asesor.

La responsabilidad es compartida en Dallas

La derrota ante los Cleveland Browns es una clara muestra de cómo los Dallas Cowboys pueden llegar a ser muy buenos o muy malos y que, aunque compartida, la responsabilidad por la marca de 1-3 del equipo se inclina a la defensiva.

En los primeros cuatro juegos de la temporada, los Cowboys tienen una clara diferencia negativa (-7) entre balones perdidos y recuperados y los rivales han aprovechado para capitalizar con 45 puntos las entregas de balón de Dallas que, a su vez, sólo ha anotado tres puntos de los errores de los rivales.

Es sencillo. La defensiva de Dallas difícilmente frena a los ataques rivales y no provoca errores que deje en buena posición a su ataque. Del otro lado, la ofensiva de los Cowboys tampoco ayuda mucho con tanta pérdida de balón.

Además de la pobre calidad de la defensiva, los Cowboys tienen un grave problema que es opacado por la explosión ofensiva a la que su ataque se ve obligado a desplegar por caer en claras desventajas en el marcador.

En sus últimos tres juegos, Dak Prescott y compañía han perdido siete veces la posesión del ovoide con intercepciones o balones sueltos en las primeras mitades de esos duelos y los rivales han aprovechado los regalos para tomar amplias ventajas en la pizarra.

En la Semana 2, Dallas se fue abajo por 19 puntos con ayuda de tres pérdidas de balón en el primer medio y que los Atlanta Falcons capitalizaron con 17 puntos. Los Cowboys regresaron y ganaron, en gran medida, por un grave error mental de los Falcons en una patada corta.

Ante los Seattle Seahawks, los Cowboys se fueron abajo por 15 puntos por dos pérdidas de balón entre el segundo y cuarto periodo que Seattle convirtió en 14 puntos.

Ante Cleveland, dos balones sueltos de Dak Prescott y Ezekiel Elliott en la primera mitad fueron convertidos en 14 puntos por los Browns, que lograron tomar ventaja de hasta 27 puntos.

Aunque la defensiva de los Cowboys logró contener un rato al ataque de Cleveland y así ayudó a Prescott y compañía a acercarse a tres puntos en la pizarra, al final se quebró y permitió la anotación que sentenció el triunfo de los Browns.

En cuatro juegos en la actual temporada, los Cowboys prácticamente no han saboreado lo que es tener la ventaja en el marcador, pues sólo suman siete jugadas ofensivas cuando están arriba en la pizarra, 40 cuando están empatados y 260 cuando están abajo en el marcador. Pese a tener sólo un triunfo, los Cowboys no parecen estar en graves problemas por lo débil y mediocre de su división, pero el sentido de urgencia debe ser ya parte de su plan de juego.

Foles, un gran quarterback… suplente

Si los Chicago Bears quieren sacarle jugo a la calidad de Nick Foles, quizá lo mejor es que Mitchell Trubisky inicie el resto de los juegos como titular y Foles lo sustituya.

Foles se afianzó como, quizá, el quarterback suplente más confiable de la actualidad tras extender a cinco derrotas su racha como titular, incluidos Playoffs, en el revés de los Bears por 19-11 ante los Indianapolis Colts.

Foles no gana como titular desde que venció a Chicago en el Juego de Comodines de la temporada 2018 con los Philadephia Eagles. Después de ese encuentro, Foles y los Eagles cayeron ante los New Orleans Saints en la Ronda Divisional y tras firmar con los Jacksonville Jaguars, no ganó ninguno de los cuatro duelos que inició como titular en el equipo del norte de Florida.

Después de que los guió a remontar y vencer a los Falcons en la Semana 3, los Bears esperaban un cambio radical a la ofensiva con Foles al mando, pero la realidad es que su actuación de Foles no fue tan distinta a lo que Trubisky había ofrecido.

En la actual campaña, Foles ha completado el 69 por ciento de sus pases en jugadas de play-action (engaños de carrera); Trubisky el 71 por ciento. En jugadas diseñadas de pase, Foles completa el 57 por ciento de sus envíos; Trubisky el 53 por ciento. Bajo presión, la eficiencia de Foles es del 38 por ciento; la de Trubisky es del 50 por ciento. En conversiones de tercera oportunidad, Foles completa el 33 por ciento de sus envíos y Trubisky el 44.

No se extrañen si Matt Nagy anuncia pronto, incluso esta semana, un nuevo cambio de quaterback titular o, quizá, la alternancia entre Foles y Trubisky.