Gracias a Russell Wilson y su ofensiva, la percepción es que es mala, pero la realidad es que la defensiva de los Seattle Seahawks está en camino de registrar una de las peores actuaciones en la historia de la NFL.
Lo que sucede con la defensiva de Seattle es una película que ya vimos, no hace mucho, con los Kansas City Chiefs de 2019, cuyo mediocre desempeño llevó a su ofensiva a anotar 30 o más puntos en siete de los primeros 10 juegos del calendario, de los cuales tres fueron derrotas.
Sin embargo, la versión 2020 de la película es más cruda con Seattle como protagonista.
En sus derrotas en 2020, los Seahawks han anotado 34 puntos, cifra que regularmente es más que suficiente para llevarse a casa una victoria, pero no es el caso con Seattle.
En la era del Super Bowl (desde 1966), sólo dos equipos han perdido más juegos en los que anotaron 34 puntos, los Chargers de 1985 y los Chiefs de 2002, ambos con tres.
En la actual temporada, el margen de victoria de los Seahawks es de 7.3 puntos, mientras que en 2019, el de los Chiefs fue de 13.9, prácticamente dos anotaciones.
El problema en 2020 no es la capacidad de la ofensiva de Seattle de poner puntos en el marcador sino que los 30.4 puntos que permite su defensiva en promedio por juego es demasiado Wilson y compañía y la derrota en la Semana 9 ante los Buffalo Bills es buena prueba de ello.
Los puntos en contra son el resultado obvio de la incapacidad de Seattle para frenar a los ataques rivales. En 2020, los Seahawks han permitido el mayor total de yardas aéreas en los primeros ocho juegos de una temporada con 2,897, cifra que supera por 308 yardas el registro más alto anterior (Chiefs en 2002).
La defensiva de los Seahawks está en ritmo de tener el peor desempeño en la historia de la NFL al considerar que, después de los primeros ocho duelos de la actual campaña, ya permitió 3,646 yardas totales, cifra que sólo está detrás de las 3,770 que permitieron los New Orleans Saints en los primeros ocho duelos de la temporada 2012.
La defensiva que montaron los Saints en 2012 terminó por fijar el récord de más yardas permitidas en una temporada con 7,042. De seguir con su ritmo en la actual campaña, los Seahawks tienen proyectado dejar atrás, por mucho, esa marca con una proyección de 7,292 yardas.
Tras ausentarse cuatro juegos por una lesión en la ingle, el safety Jamal Adams regresó a la acción con los Seahawks y aunque su presencia en el duelo ante los Bills no impactó, es probable que el perímetro mejore su rendimiento con él en el campo, sin embargo, la tendencia que ha marcado la defensiva de Seattle podría ser muy difícil de revertir.
Sin embargo, hay esperanza para Seattle a la mitad de la temporada.
La exigencia para el coordinador Ken Norton Jr. y su grupo no es que se convierta de la noche a la mañana en una nueva versión de los Chicago Bears de 1985 o los Baltimore Ravens del 2000 sino que mejoren lo suficiente, que sean capaces de frenar dos o tres veces a los ataques rivales para que los 34.3 puntos por juego que anotan Wilson y compañía sean suficientes para sumar triunfos.
Esa fue la exigencia en 2019 para el coordinador defensivo Steve Spagnuolo y la defensiva de los Chiefs y lo lograron en la Semana 10.
Aunque el margen de error es cada vez menor, los Seahawks aún están a tiempo de evitar la catástrofe.
ESPN Stats & Information contribuyó a este reporte.