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Rafael Zamorano 3y

¿Qué estaba pensando Matt LaFleur?

El entrenador en jefe de los Packers decidió patear un gol de campo cuando perdía por 8 puntos en los minutos finales

No todos los días de juego se ven decisiones tan malas como lo que hizo Matt LaFleur esta tarde en Lambeau Field. Mucho menos, llegan en postemporada, y mucho menos, en un Juego de Campeonato de Conferencia.

Con sus Green Bay Packers abajo por 8 puntos ante los Tampa Bay Buccaneers, con 2:05 por jugar en el partido, y con el ovoide en la yarda 8 de los Tampa Bay Buccaneers, Matt LaFleur envió a su grupo de equipos especiales para un gol de campo de Mason Crosby, en lugar de intentar otra jugada de touchdown con Aaron Rodgers en los controles y Davante Adams en el partido.

Con Tampa Bay requiriendo solamente dos primeros intentos para llevarse el partido --gracias a que los Packers contaban con sus tres tiempos por pedir, además del error que cometió Jaydon Mickens en la devolución de kickoff, entregándose al defensivo antes de que el reloj llegara a la pausa de dos minutos--, básicamente, LaFleur optó por entregar el partido y perder por 5 puntos, en lugar de jugársela a empatar, a perder por 2 o a perder por 8 puntos, con las últimas dos posibilidades siendo exactamente lo mismo a perder por 5.

Lo que hizo, fue sacar el ovoide de las manos del mejor jugador en la historia de la franquicia, y el mejor jugador en la liga en la actual temporada, para entregarlo a en las manos del mejor quarterback que haya practicado este deporte.

Para anotar un gol de campo inservible.

¿Qué estaba pensando LaFleur?

Honestamente, no hay ninguna justificación que valga. Se trata de fútbol americano situacional, lo que significa que la decisión está tomada en automático de acuerdo a la situación de juego, no del rival en turno. Un ejemplo claro sería anotar touchdown en la última jugada del partido, estando abajo por 8. En esa situación, la decisión está tomada: vas por la conversión de 2 puntos, en automático, sea quien sea el rival. En este caso, era lo mismo.

Los Packers necesitaban jugársela por el touchdown en cuarta oportunidad, con el mejor escenario posible resultando en anotación más conversión para empatar, y llevar el juego a la prórroga. En el peor de los casos, le diste una oportunidad más a Rodgers, y te ibas sin puntos, pero, de todos modos, tu defensiva iba a tener que frenar a los Bucs antes de que consiguieron los mismos dos primeros intentos y se acabaran el tiempo de juego, con el extra de que iban a estar más encajonados contra su propia zona de anotación.

"No fue mi decisión", dijo un sombrío Rodgers ante los medios en la conferencia posterior a la derrota.

La única explicación que encuentro viable, y es probablemente igual de bochornosa que haber elegido el gol de campo, es que LaFleur hubiera perdido la cuenta de la diferencia de puntos. Claro, no espero que lo admita públicamente si hubiera sido el caso, y no tengo ninguna manera de demostrarlo, pero la única situación donde vas en automático por ese gol de campo es si vas perdiendo por una diferencia de 9-11 puntos, es decir, requieres un gol de campo y un touchdown.

¿Será posible que LaFleur pensó que la diferencia era de 9?

Nunca lo vamos a saber a ciencia cierta, pero el humor de Rodgers ante la prensa iba más allá de una derrota donde el equipo del otro lado del campo fue mejor --que no estoy muy seguro haya sido el caso esta noche en Lambeau Field--.

Si Rodgers sintió que las decisiones desde la banca condujeron directamente a esta derrota, no lo culpo. No solamente estuvo esa mala decisión en cuarta oportunidad, pero también estuvo el touchdown que regaló Green Bay justo antes del medio tiempo, por no estar atentos al fútbol americano situacional, donde lo único que realmente te podía hacer daño era lo que permitiste a puertas abiertas: un largo pase de touchdown.

Green Bay se rehusó a ayudar a Rodgers en el draft pasado, y después de una temporada con la mejor marca de la liga, no pueden tomar decisiones elementales desde la posición de head coach para ganar un partido que estaba al alcance de los Packers.

La frustración de Rodgers está más que justificada.

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