El mariscal de campo de los Packers solo piensa en él y poco le importa el equipo, del que se supone es el líder
Aaron Rodgers se ha pintado de cuerpo entero en los últimos días. A la larga lista de distracciones extra cancha que le ha generado a los Green Bay Packers, ahora tenemos que agregar su caso más reciente que le llevó a no estar disponible en la derrota de su equipo en Arrowhead ante los Kansas City Chiefs 13-7 y tal vez tampoco contra los Seattle Seahawks. Rodgers solo piensa en él, poco le importa el equipo.
No lo critico por decidir no vacunarse contra el COVID. Es decisión de cada individuo hacerlo o no, bajo ninguna circunstancia se le puede obligar. Pero si tu elección es no vacunarte, entonces tienes que someterte a un protocolo acordado por la Asociación de Jugadores con la NFL que implica entre otras cosas hacer pruebas diarias, distanciamiento social y el uso de mascarilla en las actividades del equipo, algo muy semejante a lo que estuvimos acostumbrados la temporada pasada.
Rodgers dijo estar "inmunizado", mintió e infringió las reglas del protocolo que le correspondía, poniendo en riesgo a terceras personas de su propio equipo, del que se supone es el líder. La investigación está en curso y no descarten una multa ejemplar. Más aún cuando días después declaró en el programa de Pat McAfee que la liga los había orillado a vacunarse para quedar bien ante los ojos de los demás.
Su irresponsabilidad es mayúscula, simplemente es indefendible, e integra ese pesado expediente de exabruptos que le ha generado al equipo. Hace unos años su problema era con el coach Mike McCarthy, luego fue con la gerencia y sus decisiones en el armado del equipo, que dicho sea de paso ha llegado a dos finales de la Conferencia Nacional de manera consecutiva. Ahora esto. Nunca es culpa de Rodgers, siempre tiene que señalar a terceras personas y jamás se hace responsable.
Nadie duda de su talento superlativo; donde tiene un déficit importante es en su actitud nociva, contaminante que no transmite lo más positivo internamente en el equipo. Un líder debe poner el ejemplo en la cancha con su desempeño juego a juego, en ese terreno es capaz de hacer cosas geniales. Sin embargo, también es fundamental su comportamiento internamente para ganarse el respeto de sus demás compañeros. El futbol americano es el deporte colectivo por excelencia, nadie gana solo. Eso parece no entenderlo Rodgers. Cuando nos preguntemos por qué lleva apenas un anillo de Super Bowl en su carrera, recordemos esta serie de acontecimientos que se han convertido en el sello de un jugador insufrible.
Suficientemente difícil es ganar en la NFL para además sumar distracciones de este calibre. Veremos en qué termina esta historia y si la temporada de los Packers llega a buen puerto. Mucho de lo que Rodgers suma en la cancha, lo resta con la pobreza de su actitud.