Boca Juniors tiene por delante la semana más importante del año, que inicia con las semifinales de la CONMEBOL Libertadores ante Palmeiras. En la previa del arranque de la llave en La Bombonera, Jorge Almirón volvió a sorprender dejando fuera en la práctica del martes a una de las pocas certezas que el Xeneize tenía: Valentín Barco. Sin embargo, en el entrenamiento del miércoles volvió a incluirlo con un cambio de esquema (con dos centrodelanteros), en lugar de extremo, ubicado en el mediocampo. ¿Qué sucederá con el diamante en bruto que salió de la cantera?¿Boca está en condiciones de prescindir de su carta ofensiva más poderosa hasta hoy?
De indiscutido a duda: ¿Qué pasó con Barco?
El Colo pasó de ser el faro que guiaba a Boca en busca de la hazaña a ser un potencial suplente, o al menos eso insinuó Almirón un día después de que Juan Román Riquelme remarcara en ESPN F12 que Barco "está teniendo partidos malos". Aunque fue una práctica y no una decisión definitiva, sin dudas la noticia fue un desconcierto. Pero, ¿cuáles son los motivos que pueden marginar a Barco del equipo titular?
Los periodistas que cubren el día a día de Boca Juniors confirmaron que no es una cuestión física y que se trata de una elección completamente táctica. El habilidoso ¿atacante? xeneize está en perfecto estado y no tiene ningún impedimento médico que obligue al DT a tener cautela.
Desde su llegada a Boca, Almirón se acostumbró a sorprender todos los fines de semana con sus formaciones, con variantes y rotaciones que muchas veces tienen un propósito descifrable y otras veces confunden un poco. Pero al proyectar los desafíos que están por delante en el calendario xeneize ni el más osado hubiera apostado que el técnico podría prescindir del jugador más talentoso, desequilibrante y peligroso que tiene el plantel.
Boca estuvo dispuesto a empujarlo a jugar desgarrado los cuartos de final con Racing y evidenció la trascendencia que el joven del semillero tiene dentro del campo. Al Colo le falta experiencia, pero le sobra actitud y se suelta a hacer su juego, creativo y descarado. Es por esto que Almirón debe encontrar la receta para explotar su mejor versión.
Barco y los cambios de posición: ¿No definió su lugar o Almirón no encuentra el modo para aprovecharlo?
El 19 fue escalando en la pizarra del entrenador desde la línea defensiva hasta ocupar uno de los extremos del ataque y en esa alternancia terminó sin explotar ninguna de las posiciones en particular. Valentín cumplió en todas pero siempre se destacó con la cancha de frente lanzándose en ofensiva.
"No importa donde, lo que yo quiero es jugar", había declarado el Colo cuando lo consultaron sobre sus rotaciones. En infantiles arrancó como enganche hasta que un día se lesionó el lateral izquierdo y Diego Martínez, su DT por entonces, lo probó en ese lugar. Fue alternando entre las posiciones de volante interno y extremo pero finalmente se quedó definitivamente como marcador de punta.
"Mi estilo es ser más ofensivo, pero le tomé el gusto", decía. "Soy aplicado y tuve que trabajar mucho", también admitía sobre el oficio defensivo y el perfeccionamiento de los perfiles. Al Colo lo que le interesa es ir para adelante y lo dice él mismo: "me gusta el uno contra uno". Ese es su fuerte.
Con sus buenas actuaciones y como figura en Boca antes de lesionarse, Almirón pareció tener definido que quería al colorado lo más cerca posible del área rival y lo ubicó de extremo acompañando al delantero de referencia, Edinson Cavani. Una vez recuperado, tuvo actuaciones discretas (aunque ante Defensa fue el mejor mientras estuvo en la cancha) y su falta de experticia para definir se notó.
Las últimas presentaciones de buen nivel del delantero Lucas Janson pusieron en jaque el lugar indiscutido del Colo en ese puesto y ante Palmeiras definitivamente no jugará como defensor. ¿Eso pone en peligro su presencia en el once inicial? Almirón buscó demostrar que al menos era una posibilidad.
En el último entrenamiento de Boca antes del cruce de ida, el técnico paró un 4-4-2 con Barco como mediocampista por izquierda, con Fabra detrás, un socio con el que se complementa muy bien.
Independientemente de qué tan cerca o lejos lo ubique del área propia o la rival, marginar al jugador más peligroso de la lista de buena fe sería un despropósito. El duelo con Palmeiras será táctico y físico, pero también precisa de un plus actitudinal con el que Barco cuenta. Ya ha demostrado que tiene carácter (fue figura en un momento visagra ante Deportivo Pereira), que no tiene pudores (tira chiches en momentos inesperados), que es capaz de tomar una pelota caliente para clavarla en la red (pateó el penal definitorio ante Nacional en octavos) y que con sus 19 años está preparado para bancarse la presión.
Así como Almirón intentó buscar un sistema que abastezca a Cavani, que aún no ha resultado como esperaba, deberá encontrar el modo de sacar provecho de un joven que más temprano que tarde tiene destino europeo y que está llamado a ser el factor determinante para conseguir avanzar a la final de la CONMEBOL Libertadores. No hay mucho margen para conseguirlo, el tiempo ya está corriendo y La Bombonera se lo va a reclamar.