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Jornada histórica en Vicente López: Boca colaboró para que Platense consiga un triunfo memorable

Tuvieron que pasar 26 años para que Platense vuelva a ganarle a Boca Juniors: el Calamar derrotó al Xeneize 1-0 en el Torneo de la Liga y el Estadio Vicente López festejó un triunfo que tuvo sabor a historia, pero también a justicia. Los de Diego Martínez jugaron un partido espantoso y colaboraron para que se escriba un capítulo memorable para el equipo que comanda la dupla técnica Gómez-Orsi.

"Como se nota que jugamos con Boca, hoy vienen todos", se quejaba un periodista partidario antes del arranque del partido. El ingreso estaba demorado y los asientos comenzaban a escasear. En el acceso de la calle Zufriategui había una aglomeración de hinchas y, entre ellos, resaltaban los gritos de Juan, un nene que se acercó al vallado junto a su papá para intentar conseguir una firma en sus figuritas.

Con la camiseta del Calamar pero con las fotos de Chiquito Romero y Marcos Rojo en la mano, explicó la aparente contradicción con la sensillez y la honestidad que solo un niño tiene: "Yo soy de Platense, pero ellos también son mis ídolos. Juegan en Boca y quiero su autógrafo". Lo que Juan decía tenía sentido. En un club que ha pateado largos años en el Ascenso y en un barrio futbolero, la presencia de un gigante nunca pasa inadvertida.

Pero, ¿acaso Boca estuvo a la altura de su jerarquía en el estadio que descansa a la orilla de la colectora de Av. General Paz? Es casi una pregunta retórica para alguien que haya mirado así sea el resumen del partido, pero desde luego que no. Ni el Xeneize se plantó como un gigante, ni el Calamar demostró que estuviera en sus planes respetar al poderoso visitante.

Platense fue oportunista y guapo. Boca se quedó con un hombre menos rápidamente y la irresponsabilidad de Marcos Rojo dejó al Xeneize con diez muy temprano. Los locales supieron sacar provecho de la superioridad numérica y pegaron primero. Una vez en ventaja en el marcador, lejos de reposar en una postura conservadora, siguieron presionando y haciendo fuerza para lastimar. Así, el equipo de Martínez jugó incómodo y no pudo salir adelante.

Boca tuvo desajustes defensivos, interferencias en el juego asociado y prácticamente nula capacidad de respuesta ante el resultado adverso. Absolutamente todo lo contrario de lo que había demostrado en Santiago ante Central Córdoba. Aquella noche, con paciencia y convencimiento, Boca le dio vuelta un 2-0 abajo al Ferroviario. Esta vez, el equipo no supo qué hacer ante un rival inferior (a priori) y exhibió su costado más endeble (aunque se contemple la contingencia de que jugó con un hombre menos).

Boca acostumbró a su gente a que sus actuaciones oscilan sin criterio entre dos polos: por un lado, partidazos con buena actitud y despliegue futbolístico, y, por el otro, desempeños que hacen parecer que todo aquello fantástico que se vio anteriormente fue un espejismo. El denominador común es la irregularidad y la incertidumbre: el hincha nunca sabe qué partido va a ver ni que cara de la moneda caerá.

Platense se encontró con el Boca débil, el que cae en la desesperación y paga las consecuencias. En Vicente López, Mateo Pellegrino fue el goleador y el protagonista de la segunda ovación más grande de la tarde (porque la primera fue para el equipo en su conjunto). Una vez que el árbitro Nicolás Ramírez dio el pitazo final, los jugadores se reunieron para festejar la victoria en casa y el público aplaudió de pie la hazaña.

Al final de la jornada hubo reconocimiento para un equipo que fue inteligente y que jugó con valentía ante un Boca que colaboró (y mucho) con el resultado. Los festejos se extendieron en el vestuario y también en las inmediaciones de la cancha porque, además de los tres puntos, los de Gómez y Orsi convirtieron el 2 de junio de 2024 en el día que se cortó una racha de más de dos décadas de sequía ante un multicampeón de América.

La cargada de Platense a Boca

Basándose en la supuesta frase de Darío Benedetto a Diego Martínez, Platense gastó a Boca por su derrota 1-0 en el estadio Ciudad de Vicente Lópéz.

"Noches alegres, mañanas tristes", le habría dicho el delantero a su DT después del festejo de su cumpleaños y desató la polémica (y los memes). El Calamar, después de la jornada nublada con triunfo para los locales, le escribió al Xeneize: "Días grises, tardes alegres".