Los grandes futbolistas también son recordados por su capacidad de adaptación, especialmente hacia el final de su carrera. Y Luis Suárez demostró en Brasil que sigue siendo un genio. Vistiendo la camiseta de Gremio, no le importó ser 'solo' un máximo goleador, también se convirtió en un gran asistidor y termina la temporada acumulando un trofeo más individual en su colección: el Premio ESPN Bola de Prata Sportingbet.
Suárez necesitaba encontrar una nueva forma de jugar. Apenas llegó a Porto Alegre advirtió que no podría ser el mismo jugador que encantó al mundo con la camiseta de Barcelona. El físico –y especialmente la rodilla– no se lo permitiría.
Pero la condición no le impidió ser uno de los principales jugadores del fútbol brasileño este año. Al contrario: lo animó a buscar otras formas de jugar.
Además de goleador, Suárez volvió a ser asistidor.
En el Brasileirão, el número de tantos y de pases decisivos fue muy equilibrado: fueron 17 goles y 11 asistencias.
Números que le hicieron aumentar la envidiable colección de trofeos individuales que tiene en casa. La Bola de Prata se unirá ahora a copas como el trofeo de la Bota de Oro, el trofeo al mejor jugador de la Premier League, el trofeo al Equipo del Año de la FIFA y muchos otros.
El uruguayo lideró una temporada que muchos dudaban que pudiera ser real. Cumplió su promesa, colocó a Gremio entre los gigantes del fútbol nacional e hizo soñar incluso a los aficionados con la posibilidad de un título inesperado en el Brasileirão.
“Nadie daba nada por Grêmio, decían que Suárez era una persona de marketing. Pero no, Suárez es fútbol”, afirmó el delantero en sus últimos días en Brasil.
¡Sí, Suárez, sos fútbol! ¡Mucho fútbol! ¡Y dejará con nostalgia a los hinchas del Gremio y a todos los brasileños!