Erling Haaland siempre tiene un conejo en la galera. No importa si el partido es vibrante o aburrido. Tampoco, si su equipo, Manchester City, está perdiendo, empatando o ganando.
Este miércoles y ante Sparta Praga dio una nueva muestra, cuando un centro le quedó atrás y, en vez de frustrarse, ensayó una pirueta a lo Zlatan Ibrahimovic y terminó metiendo un extraño pero no por eso menos fantástico gol.
Voló como quien va a dar una patada voladora y conectó la pelota allá arriba con el pie izquierdo. Le dio una especie de martillazo a la pelota, que picó violentamente en el piso y salió hacia arriba, haciendo infértil la volada del arquero rival, el danés Peter Vindahl.