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Al Barcelona le basta con ganar al Bayern

El Barcelona jugará por treceava temporada consecutiva los cuartos de final de la Champions. Lo hará en un formato especial y novedoso a causa de la pandemia del coronavirus, en una situación propia igualmente especial. Aspira a ganar por primera vez en su historia el máximo trofeo continental sin añadirle el de LaLiga, puesto que tanto en 1992 como en 2006, 2009, 2011 y 2015 logró ambos trofeos.

Pero, más aún, el equipo de Setién acude a Lisboa empequeñecido en su papel de favorito, esperándole un Bayern que después de ganar la Bundesliga y la Copa alemana concretó sin despeinarse la eliminación del Chelsea y se destaca como, posiblemente, el equipo más poderoso de los ocho participantes y que, probablemente por primera vez, se cruza con el Barça con los pronósticos a su favor.

El Barcelona siempre sufrió para ganar la Champions. Nunca fue para el conjunto azulgrana la consecución del trofeo un camino de rosas y tanto se recuerda el milagroso gol de Bakero en Kaiserslautern en 1991 como el zapatazo de Iniesta en Stamford Bridge en 2009. Siempre existieron esos momentos clave pero, de la misma forma, siempre, siempre, fue el Barça campeón un equipo de autor, un equipo reconocible y brillante en su apuesta futbolística.

Incluso en 2015, liderado por Messi y embrujado por el tridente, el Barça tuvo el acompañamiento destacado de Busquets y de Iniesta, de Piqué y de Alba, de Ter Stegen y Rakitic... Un compendio de jugadores que, unidos en un mismo bloque robusto, cabalgaron a las órdenes de Luis Enrique hacia un triplete que marcó, quizá, el comienzo del final de una era.

Una era que va acabándose inexorablemente desde hace cinco años, con el equipo envejecido y que sobrevive a golpes del genio, de Messi, sin que ello le haya sido suficiente en los últimos tiempos para regresar al lugar más alto del podio europeo. Cada vez menos reconocible, más funcionarial y mantenido por el capitán... Al Barça parece serle suficiente con ganar. Cualquier otro debate acerca del juego le va pasando de costado por doloroso que se entienda en el Camp Nou.

Enfrentado al Real Madrid, el equipo azulgrana siempre antepuso como orden primordial el futbol para alcanzar el éxito, mientras que al equipo merengue el éxito le supuso, siempre, su principal razón de ser. No existe en el Bernabéu esa discusión que se repite día tras día, año tras año, en Barcelona y que, sin embargo, ahora se desvanece mirando al marcador.

Éste es el presente del Barça. Ganar es lo único que cuenta, lo único y más importante. Si el marcador le acompaña en Lisboa quizá haya valido la pena. Si el Bayern le arrodilla, habrá mucho que volver a discutir.