"En Coquimbo Unido no hay cabrones", había dicho el portero Diego "Mono" Sánchez en una entrevista a mediados de octubre, cuando le consultaron por las razones de la gran campaña del elenco pirata, que terminó coronándose por primera vez con el título de la Liga de Primera.
Una respuesta del golero que evidencia el carácter de este Coquimbo 2025, basado en una cultura de trabajo, donde el énfasis está puesto en que los jugadores tienen voz, más allá de la ascendencia o experiencia de uno y otro.
El equipo dirigido por Esteban González, además, supo plasmar aquello en la cancha, donde el nivel colaborativo de los futbolistas es notorio en cada pelota, en cada planteamiento con una convicción a raudales.
Reflejo de lo anterior, fueron las 14 victorias al hilo, muchas de ellas ajustadas en el marcador, demostrando que lo suyo es el trabajo, más allá de los talentos individuales en beneficio de lo colectivo.
Y sin duda hay nombres que sobresalen, como el del talentoso volante Matías Palavecino -que será una de las grandes búsquedas en el próximo mercado de pases- o el del goleador clave, Cecilio Waterman, que apareció en momentos importantes.
Sin embargo, así también apareció todo el equipo cuando el momento lo apremió. Tal vez con una planilla limitada, pero sabedora de sus virtudes, así como sus limitaciones, lo que, pese a todo, ayudó a potenciar lo mejor que tenían a mano para coronarlo con un inédito trofeo, el más importante de su historia.
