Deportes Iquique no ha podido sacarse el cartel de candidato al descenso desde hace harto tiempo y, cuando la Liga de Primera entra en su etapa final, ello no ha cambiado pese a la victoria ante Unión La Calera como forasteros.
Pero los dragones celestes aún no están condenados. Dan la pelea por mantenerse en la Primera División y lo hacen como pueden hacerlo: con mucha garra, pero también con pragmatismo.
Así le ganaron este viernes a Unión La Calera por 2-1 como visitantes, resultado que les deja tarea a un grupo grande de equipos este fin de semana y que son los rivales directos de Iquique en la lucha por la supervivencia (Unión Española, Everton, Limache y La Serena).
Los nortinos, ante el siempre frío elenco calerano, no estaban para la especulación y muy rápido (9’) su histórico goleador -Álvaro Ramos- abrió el marcador con un tanto de su sello: una contorsión que derrotó a Jorge Peña.
Pero los nortinos tampoco estaban para lujos y una mala salida de Salvador Sánchez posibilitó el empate del local a través de Joaquín Soto.
El golpe fue fuerte pero no noqueó a Iquique puesto que antes de terminar al primer tiempo Misael Dávila, con un cabezazo, nuevamente puso a los desesperados nortinos adelante en el marcador.
Las cosas mejoraron mucho para los iquiqueños en el segundo tiempo, en especial tras la expulsión del calerano Fabrizio Tomarelli.
Si bien eso no significó un acicate para aumentar el marcador, si sirvió a los dragones para aquietar el partido, mantener a raya al rival y, por ahí, generar algún contraataque.
Puro pragmatismo. Entendible. Para nada criticable…
