Esta semana comienza la fase grupal de la CONMEBOL Libertadores 2025, donde Universidad de Chile debutará el miércoles con un durísimo desafío, al recibir a Botafogo, vigente campeón del torneo continental. Y en el plantel del cuadro azul ya palpitan el cotejo. Este lunes el delantero Leandro Fernández manifestó su respeto por el conjunto brasileño.
"Contento porque el club vuelva a jugar el torneo, con muchas ganas de que arranque. La Copa Libertadores siempre es linda. Estoy ilusionado en hacer una buena copa en lo grupal y personal. Tenemos que estar tranquilos y dar el primer paso con nuestra gente el miércoles", expresó el atacante en conferencia de prensa.
Luego, el ariete apuntó a acortar la gran diferencia a nivel económico con el elenco rival: "Es algo de la burocracia del fútbol, después son 11 contra 11 dentro de la cancha y ahí se ve reflejado el trabajo de cada uno. Sé que vienen con menos gente de la que tenían cuando fueron campeones, pero no deja de ser un rival difícil, brasilero y con mucha trascendencia internacional".
"Imagino un partido de ida y vuelta, con dos equipos que proponen, que tienen muy buenos planteles. Esperamos hacer un buen partido colectivamente (...) No creo que seamos favoritos, los dos llegamos de la misma forma. Tenemos la presión porque estamos en casa, nuestra gente va a llenar el estadio. Ganar arrancando sería lo mejor", añadió.
Además, dijo no confiarse del mal momento del equipo carioca, que lleva siete partidos seguidos oficiales sin ganar: "Es un rival complicado, hay que respetarlo, tienen muy buenos jugadores. El campeonato de ellos recién comenzó, pero no deja de ser un rival difícil".
En cuanto al momento de la U, Fernández sostuvo: "Estamos al debe en el campeonato, pero tenemos una buena armonía, enfocados en lo que viene. Hay que tratar de sumar, pero ahora toca poner el foco en el torneo internacional, tratando de hacer un buen papel en casa. Nos está faltando esa puntada final para abrir los partidos cuando tenemos situaciones".
El delantero de la U se refirió a la expulsión de su compañero, que el propio árbitro Véjar reconoció que fue un error.