LOS ÁNGELES -- En casi un año, Hirving ‘Chucky’ Lozano ha pasado de la felicidad absoluta a la incertidumbre absoluta. La Cenicienta es una metáfora en la vida de todos, en la vida de cualquiera.
Hace un año y días, Gennaro Gattuso lo echó del entrenamiento del Napoli. El 10 de julio pasado, abandonó la cancha ante Trinidad y Tobago, luego de que toda su osamenta se comprimiera, con tétrico crujido de huesos, como el quejido de una marimba siniestra, al impactarse contra el arquero Marvin Phillip.
Tipo inteligente y afortunado, Lozano aprendió del infortunio y se convirtió en mejor futbolista, mejor jugador y mejor coequipero bajo la dictadura de Gattuso. Entendió el error de querer jugar sólo para el ‘Chucky F.C’. Por momentos, sedujo a su entrenador. Le demostró que era capaz de reinventarse.
En la Copa Oro, al minuto 16, en el primer juego, ante T&T, cuando se escuchó la sinfonía cruenta, el lúgubre chasquido, desde sus cervicales hasta el cóccix, desde la mollera hasta la rabadilla, hubo una sensación de pánico.
La reciente tragedia de Raúl Jiménez, detonó el virus de lo impredecible. Otro más, mascullaba el pesimismo. Sus compañeros en el Tri bajaron la intensidad y subieron la guardia el resto del partido. Nadie querría ser el tercero en el póker que la desgracia suele proveer deleznablemente.
Sin embargo, horas después, 40 puntos de sutura, un collarín en el pescuezo y la sonrisa de su esposa Ana Obregón, arrimaron tranquilidad al entorno a través de sus redes sociales. El ‘Chucky’ se engendró para generar terror en las áreas, no para ser aterrorizado.
Este viernes 30 de julio cumple 26 años. Será sin duda un mejor aniversario que el de 2020, cuando aún estaba enclaustrado entre las desquiciadas animadversiones de Gattuso, y su agente Mino Raiola buscaba ya un nuevo destino para Lozano.
Recuperándose de esa colisión con el arquero Phillip, el horizonte para su cumpleaños 26, sin embargo, aún está en punto cero, tras la llegada de Luciano Spalletti al almirantazgo del Napoli.
Spalletti recuerda al ‘Chucky’ con la misma crudeza de un dolor en los huesos. Lo dejó en claro durante su presentación, hace tres semanas, al frente del equipo napolitano.
“¿Lozano? Me gusta, fue quien me echó (con el PSV Eindhoven holandés) de Champions cuando yo entrenaba al Inter. Fue una de sus carreras la que me creó problemas, después de hacer un buen partido”, explicó con una sonrisa.
‘Chucky’ checa tarjeta para su tercer año con el Napoli en la transferencia más costosa del equipo, debido a la insistencia de Carlo Ancelotti en 2019, y quien sería separado del equipo en 2020. 47 millones de euros que aún tienen ese regusto amargo, a arrepentimiento, para el equipo italiano.
Véase así pues: el vía crucis de Hirving Lozano no ha terminado, sino que apenas comienza un nuevo capítulo. Tiene un saldo rojo con el Napoli. La relación salario y productividad, deshonra a Hirving Lozano.
Más allá de la estratosférica cantidad pagada por él al PSV, el Napoli no ve una cosecha generosa por el salario de 5.4 millones de dólares al año.
Además, este 2021 y el 2022, presentan una agenda cargada de compromisos de la Selección Mexicana, entre amistosos y eliminatoria mundialista, hasta recalar finalmente en la Copa del Mundo en Catar.
En el Napoli entienden que pagarán el salario de Lozano para compartir su tiempo, sus esfuerzos y sus habilidades con la Selección, y eso poco debe agradar a la dirigencia del club, y al mismo Spalletti, especialmente tras la grotesca secuencia ante T&T.
Por lo pronto, en la Selección Mexicana deberán ser quirúrgicamente cuidadosos para manejar las convocatorias de Lozano, y seguramente prescindirán de él en los cinco amistosos pendientes en Estados Unidos para 2022, a cambio de tenerlo asegurado para el Octagonal Final de la Concacaf.
El percance ante Trinidad&Tobago, seguramente orilló a reflexiones en el Napoli y en el mismo seno familiar de Lozano. En Italia se juega fuerte, intenso, pero no con esa licenciosa y flagrante agresividad que ocurre en la Concacaf.
Además, para Lozano, de manera inmediata, la prioridad es consolidarse en el Napoli de Spalletti. Y no será fácil. Tendrá que aprender un nuevo mapa de navegación, aunque a los 26 años, y con la voluntad que ha mostrado tras el incidente con Gattuso, no debe serle complicado.
Spalletti ha dejado una idea muy clara de su dogma de juego con el Inter de Milán. Ha sido una evolución de sus aventuras por el Udinese y la Roma. Lozano será tan indispensable como descartable. Estará totalmente en sus manos.
De nuevo, Lozano deberá hacer recorridos largos, bajo una doctrina que prioriza no recibir gol, pero con la necesidad de jugadores veloces, verticales, contundentes, en despliegues ofensivos, con transiciones veloces.
Recurrir a algunos videos de las funciones que hacía el croata Ivan Perisic –guardando proporciones, claro--, en aquel Inter, podría ser una útil, pero no determinante referencia, para lo que pretende Spalletti de ‘Chucky’ Lozano, y que el mexicano puede cumplir a la perfección.
Así, con la celebración de este 30 de julio, arribando a los 26, Hirving Lozano tiene una fascinante travesía hasta su aniversario 27: apoderarse de la titularidad en Nápoles, y ser el hombre determinante en las aspiraciones de la Selección Mexicana rumbo al Mundial de Catar 2022.
¿Qué pasará cuando entren en conflicto las urgencias del Tri, las del Napoli y las del jugador mismo y su familia? Ese será el mayor terror para el terrorífico muñeco mexicano, este ‘Chucky’ Lozano.