Doña Marta Castro dejó la vida que tenía en Nicaragua por empezar de cero en Costa Rica donde su retoño cumplió uno de sus máximos anhelos defendiendo los colores de La Sele
La oportunidad que estaba buscando durante toda su vida le llegó este miércoles en el juego entre Costa Rica y Estados Unidos, Carlos Martínez venía trabajando desde hace mucho tiempo por ese objetivo, por eso no le costó adaptarse para la exigencia de un compromiso del más alto nivel.
El lateral derecho de 22 años tuvo un partido aplomado, si bien ya había debutado el domingo anterior contra El Salvador, esta era su gran noche y no desaprovechó ni un solo minuto, se plantó sobre su sector y le dijo que no a los estadounidenses una y otra vez.
En las gradas del Estadio Nacional se encontraba su mamá, doña Marta Castro, quien tenía el corazón en la mano y sentía una profunda felicidad de ver a su retoño representando a Costa Rica en una eliminatoria mundialista.
“Para nosotros también fue un sueño hecho realidad, nos sentíamos gozosos de verlo a él ahí y nosotros por primera vez yendo al estadio y estaba feliz de ver un sueño hecho realidad en la familia, para nosotros fue espectacular”, comentó Marta Castro a ESPN.
Ella iba camino al estadio cuando se enteró por los medios de comunicación que el nombre de Carlos Martínez sonaba como uno de los posibles titulares, sin embargo, mantuvo la calma y asegura que dejó todo en manos de Dios y todo salió a la perfección, pues su hijo ayer estaba cumpliendo 23 años y tuvo el mejor regalo de su vida.
“Que Dios hace las cosas perfectas, verdaderamente hace todo a su tiempo y en su cumpleaños le cumplió el sueño que tenía, con la fe y la esperanza que tuvimos en los momentos tristes y oscuros llegó el día nuevo y que estamos felices ahora seguir pidiéndole a Dios que abra puertas. Me hizo feliz verlo cumpliendo sueños y cumpliendo años”, explicó.
Doña Marta tenía tantas emociones juntas viendo a Carlos jugar que hasta le costaba gritar durante el juego e inevitablemente derramó lágrimas en un momento de tanta felicidad para su familia.
“Las mamás aprendemos a llorar en los secretos y a uno se le salen las lágrimas, pero más que todo uno siempre está animándolos a ellos a que salgan adelante y sacando fuerzas de donde no hayan”, añadió.
Por nuevas oportunidades
Marta es una luchadora, desde joven supo que había que trabajar mucho para alcanzar los objetivos y eso se lo ha inculcado dentro de su famila.
Hace más de 23 años migró a Costa Rica en busca de mejor calidad de vida, de sus tres hijos, solo Carlos nació en suelo nacional, mientras que sus otros dos fueron nicaragüenses de nacimiento pero ticos en todo el resto de sus vidas.
En un momento de tanta alegría de ver a Carlos jugando con la selección, doña Marta recordó los momentos difíciles en Santa Ana, cantón de San José en el que se establecieron, cuando estando embarazada tuvo que trabajar en las calles vendiendo tacos y tortillas y como siendo una mamá soltera logró darle crianza a su familia que hoy en la actualidad todos se convitieron en personas de bien.
“Fue algo que nunca pensé que iba a hacer, pero siempre me gustaban las ventas y la gente me decía que para venir a hacer cosas así mejor me quedaba en Nicaragua, pero yo sabía que Dios tenía algo para nosotros, de verdad yo lo sabía y para él hay promesas que se cumplen”, dijo.
Incluso aseguró que las complicaciones económicas eran tantas que mes a mes tenía que priorizar que pago urgía más que otro para no perder un servicio como la casa, la luz o el agua.
“En los trabajos que iba me pagaban por mes y cuando esos salarios llegan se absorben como agua en algodón porque es muy largo el tiempo y tal vez uno no tiene una buena administración entonces si pagábamos el alquiler no pagábamos la pulpería y si pagábamos la pulpería el agua y la luz quedaban pendientes y siempre iba pagando un recibo de luz vencido con dos que estaban ya vencidos de nuevo, pero hay que tener fe y esperanza”, explicó.
En medio de todo eso, Carlos fue creciendo y junto con su hermano Marvin encontró la pasión del fútbol, lo que provocó que su mamá tuviera que hacer un esfuerzo extra para que pudiera atender los entrenamientos y las necesidades que esta faceta le necesitaba solventar, sin embargo, agradece a todas las personas que ayudaron e impulsaron a Carlos Martínez para que hoy sea quien es en su carrera profesional.
El futuro
El presente es de mucho gozo en la familia de Carlos Martínez y su mamá lo entiende perfectamente, sin embargo, desea que siga trabajando con la humildad que le caracteriza y confía en que si hace su mejor esfuerzo y si la selección logra sacar la tarea en el repechaje, podría ver a su retoño cumpliendo un sueño más en noviembre próximo en el Mundial de Catar.
“A mí no me queda más que bendecirlo y desearle lo mejor, que él cumpla sus sueños, yo le digo que disfrutr lo que hace, que no se enfoque en la fama y el dinero porque eso a como viene se va, pero él disfruta lo que hace y eso le llena el corazón”, finalizó Marta Castro.
Carlos Martínez juega actualmente en la Asociación Deportiva San Carlos donde se ha convertido en un titular inamovible para el técnico Douglas Sequeira y seguirá trabajando por seguir en los llamados de la selección nacional donde tendrá que disputarse un puesto con jugadores como Ricardo Blanco, Keysher Fuller y Cristian Gamboa, por lo pronto, su primer examen lo aprobó y de gran manera.