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La Liga sacó su casta de León y jugará la final de la Copa Centroamericana ante Xelajú

Los manudos supieron sufrir, y ahora irán por el tricampeonato frente al Xelajú

Tegucigalpa vibró, y el Estadio Chelato Uclés rugió con intensidad centroamericana.

Liga Deportiva Alajuelense peleó con el corazón encendido ante un Olimpia que no diorespiro. A los 90 minutos, el marcador reflejaba 1-1 y un global de 2-2 que mantuvo abierta la semifinal de la Copa Centroamericana de Concacaf hasta el último minuto.

Llegaron los tiempos extra, y el partido no cambió, la serie estuvo tan pareja que llegaron los penales, ahí la Liga demostró su jerarquía y enrumbó su camino hacia la final por el tricampeonato.

El gol de Anthony Hernández al 68’ fue un golpe de vida para los rojinegros, que se negaban a morir. Con espacios cedidos por el cuadro hondureño, el número 11 encontró la grieta y firmó el empate que silenció a Tegucigalpa por unos segundos.

La Liga fue al frente sin complejos. Lo intentó tres veces seguidas hasta que Anthony, insistente, encontró premio”, narran los medios hondureños en el estadio.

Desde el pitazo inicial, Olimpia impuso su jerarquía en casa.

Fue un inicio vertiginoso, con el equipo catracho lanzado al frente y un Alajuelense que tardó en asentarse. En apenas 12 minutos, José Pinto dejó escapar una ocasión clarísima, y el público local olió sangre. La presión era asfixiante, y la Liga resistía con orden, pero sin chispa ofensiva.

El alivio duró poco: al 37’, Jorge Benguché rompió el equilibrio tras una genialidad de Jerry Bengtson, quien, de espaldas al arco, asistió con un taquito elegante que rompió líneas y encendió la fiesta blanca. El 1-0 parecía justo.

La serie se inclinaba 2-1 en el global y la Liga necesitaba despertar.

Óscar Macho Ramírez pedía calma, pero también vértigo. El equipo rojinegro ajustó piezas y encontró salida por los costados. Anthony Hernández, de los más activos, empezó a ganar metros, y Rashir Parkins se animó con un disparo alto al 64’. La Liga estaba viva.

Fue entonces cuando llegó la jugada que cambió la noche: Olimpia retrocedió unos metros, y los manudos lo interpretaron como una señal. Hernández se filtró entre líneas, combinó con Campos y definió con temple para poner el 1-1 al 68’.

La banca rojinegra explotó, Ramírez levantó los brazos, y los pocos ticos en las gradas lo gritaron como un título. Alajuelense jugaba su mejor tramo del torneo, con actitud, carácter y ambición.

La Liga terminó dominando el partido en los 90 minutos, los erizos tomaron la pelota y aprovecharon que el Olimpia se tiró hacia atrás de forma muy prematura, y la Liga ya con el balón en el medio campo fue mejor.

Llegaron los tiempos extra, el marcador no se movería, el encuentro era un monólogo, la Liga tenía más la pelota pero no arriesgaba de más, Olimpia tratata de robar el esférico, pero no tenía buen suceso.

En penales, Washington Ortega se convirtió en el héroe de la noche, y Olimpia fallando tres penales seguidos, se quedó fuera.