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Byron Bonilla: superó la discriminación y días sin comer para destacar en Costa Rica

Byron Bonilla es nuevo fichaje del Club Sport Cartaginés. Cortesía: Byron Bonilla.

COSTA RICA -- Dicen que muchos ven la gloria, pero no conocen su historia. Detrás de cada persona exitosa hay procesos anticipados, que solo con valentía y determinación se logran superar hasta llegar a la meta y estas palabras describen al futbolista de 26 años, Byron Bonilla, nicaragüense radicado en Costa Rica, quien sueña con hacer historia.

“Mi vida fue muy dura, cosas que no deseo a nadie, ojalá algún Dios me bendiga para ayudar a niños. Quiero ser un impulso para ellos. Llegué muy pequeño a Costa Rica, mi padrastro nos ayudó a mí y a mi madre, a veces casi no teníamos para comer. Hoy en día los mantengo y me siento muy feliz en decirlo porque se los debo”; dijo Bonilla a ESPN Digital.

En Nicaragua uno de los deportes más mediáticos es el béisbol, incluso su papá lo practicaba y quería ver a su hijo en esa disciplina, pero conforme pasó el tiempo Bonilla se dio cuenta que estaba enamorado del fútbol y, aunque no tenía los recursos, no dejó de soñar.

“Mi papá jugaba béisbol, a mí me gustaba y me iba bien, pero él no veía con buenos ojos que jugara fútbol. Sin embargo, me enamoré de esto y hoy en día me imagino que se siente orgulloso por lo que he logrado, y por eso quiero que en Nicaragua me vean como un ejemplo de lucha”; comentó.

Parte de los procesos que atravesó para conquistar su sueño fue vivir sin la compañía de su mamá en su infancia porque ella emprendió su viaje a Costa Rica cuando él apenas tenía cuatro años. A raíz de eso, su hermana lo ayudó en su crecimiento y, pese a no tener tanto sustento, siempre lo apoyó.

“Mi mamá se vino a Costa Rica cuando yo tenía cuatro años, por eso mi hermana fue la que me ayudó a salir adelante. Ya trabajando nos mandaba dinero. Viví en Managua pero sufrí mucho, luego me fui a vivir con mi papá a Granada y era complicado. En todo momento mi hermana estuvo pendiente de mí, incluso a veces se quitaba el plato de su mesa para dármelo a mí”; desveló Bonilla a ESPN Digital.

Una vez que Byron Bonilla llegó a Costa Rica y pasaron las semanas, reveló que “sufrí discriminación, me costó adaptarme, algunas veces me hacían a un lado, pero esas cosas nunca lograron debilitarme, mas bien me ayudaron a fortalecerme bastante en la vida”.

Poco a poco fue creciendo y a sus 18 años viajó de nuevo a Nicaragua para visitar a sus familiares debido a que solo con esa edad podía viajar, pues su pasaporte se lo habían quitado; empero, no contaba con lo que sucedería después.

“El pasaporte de Nicaragua me lo habían quitado, tuve que esperarme hasta lo 18 años para viajar y, cuando fui por allá para visitar a mis familiares, debí quedarme un tiempo porque no tenía dinero para devolverme Por eso después mi mamá me tuvo que traer a Costa Rica ilegalmente”; indicó.

Sus primeros pasos en el fútbol fue en escuelitas y estuvo en filiales de Saprissa, pero el hecho de no contar con papeles le imposibilitaban jugar, lo que desataba su tristeza y desilusión, ante sus ansias de demostrar su talento en los campos.

“Estando en filas menores de Saprissa me pagaban pases para que fuera a entrenar, pero me daba pereza porque al no tener papeles no podía jugar. Vladimir Quesada y Enrique Rivers me decían que no importaba, que siguiera, en cualquier momento todo se acomodaría. Dejé de jugar fútbol por un tiempo y, después, aparecieron ángeles que, estando en Linafa (tercera división), me ayudaron a conseguirlos”; explicó Bonilla.

Recordar ese tipo de situaciones quizás no es fácil para Byron Bonilla, nuevo refuerzo del Cartaginés tras su paso por el Municipal Grecia y Saprissa. Recuerda las veces cuando no tenía para comer, el respaldo de su familia fue esencial y ahora se levanta cada mañana con la fe de luchar.

“Mi familia significa todo. Tengo dos princesas, a mi señora madre, mi hermana que la que me ayudó sigue en Nicaragua, a mi padre y otra hermana acá. Yo me debo a ellos. Mi mamá y yo hubo tiempos que no teníamos comida en nuestra mesa, pero aún así siempre creyó en mis sueños, me apoyó y hoy en día yo llevo la comida a nuestra casa, todos los días me levanto con la consigna de ayudarlos”; finalizó Byron Bonilla a ESPN Digital.