El Barcelona tiene un principio de acuerdo con el Manchester United para traspasar a Frenkie de Jong, revelaron a ESPN Deportes fuentes de la negociación, y confía en que el centrocampista holandés, reacio a abandonar el Camp Nou, acabe cambiando de opinión y acepte su salida con destino a Old Trafford.
Barça y Manchester United pactaron un traspaso de entre 65 y 70 millones de euros fijos que podría alcanzar los 85 millones con los variables y en este escenario cualquier condicionante deportivo pasa a un segundo plano, entendiendo que cerrar esa venta le significaría al club azulgrana un aumento superior a los 30 millones de euros en la masa salarial de la plantilla que facilitaría la inscripción de nuevos futbolistas.
Por si ello no fuera suficiente, el coste salarial, total, de De Jong pesa como una losa en el Barcelona puesto que aunque renovó su contrato en octubre de 2020 aceptando una ‘adecuación salarial transitoria’ debido a la crisis del coronavirus, el aumento posterior de su sueldo, que fue de tan solo tres millones de euros en la temporada 2020-21, le convierte en el jugador, de largo, mejor pagado de la plantilla.
Frenkie, hasta 2026, tiene asegurados unos ingresos fijos de 90 millones de euros (ya son 21 esta temporada 2022-23) que pueden dispararse por encima de los 110 millones en conceptos variables. Y si en agosto de 2021, a la desesperada, pudo dar salida a Antoine Griezmann para ahorrarse un contrato monumental, la situación se repite ahora con el holandés.
La solución no se adivina fácil y se entiende que, para convencerle de su salida, el Barça deberá hacer una concesión importante: ofrecerle un finiquito millonario (se estima que por encima de los 10 millones de euros) para compensar tanto el salario que le ofrece el United como, por encima de todo, lo que perdonó en su día al aceptar aquella rebaja de salario con la promesa de recuperarlo en los años siguientes.
PRESIÓN
Dos altos emisarios de los diablos rojos viajaron al comenzar la semana hasta Barcelona y se reunieron con Mateu Alemany y Jordi Cruyff con el objeto de concretar la propuesta en la que los dos clubes llevaban días trabajando. La misión de los ejecutivos ingleses no era tanto cerrar el trato con el Barça, que se daba ya por supuesto, como sí convencer a De Jong de aceptar su fichaje… Pero el martes regresaron a Manchester sin el OK del futbolista, que comenzó la pretemporada a las órdenes de Xavi convencido de permanecer en el Camp Nou.
Ni la reunión que mantuvo Frenkie con Xavi, en la que también participó Jordi Cruyff, varió su postura. El entrenador le dijo que contaba con él pero que entendería que el club buscase un traspaso debido al alto salario que tiene y Cruyff incidió en ese hecho, en la situación económica del Barça. Nadie, sin embargo, le llegó a insinuar entonces la conveniencia de adecuarse otra vez el salario y aunque en el club se confió en que las señales lanzadas provocasen un cambio de parecer, este no se produjo… Conduciendo la situación al actual callejón.
A partir de aquí la presión del Barça empieza a ser indisimulada y se demuestra que las declaraciones de Joan Laporta en las que afirmó que el club no se planteaba el traspaso de De Jong eran simplemente una cortina de humo o un mensaje hacia Manchester para que el United diera, como así sucedió, un paso decidido en busca del acuerdo final entre las tres partes.
El Barça necesita generar fair play y a estas alturas el ascendente futbolístico de Frenkie de Jong ha pasado a un segundo plano evidente. Nunca, desde que vendió a Diego Armando Maradona al Napoli en 1984, el club azulgrana se había sentado a negociar el traspaso de un futbolista indiscutible de su plantilla. Ronaldo, Neymar o Figo dejaron el Camp Nou pagando directamente los clubs que se los llevaron sus cláusulas de rescisión pero jamás el Barcelona había tomado el papel de vendedor por decisión propia de uno de sus cracks.
Jamás… Hasta hoy. De Jong viajará, muy probablemente, el sábado a Estados Unidos con la expedición del Barça. Pero que llegue a enfundarse otra vez la playera azulgrana ya es bastante menos seguro.