BARCELONA -- Ter Stegen no se discute. Imposible hacerlo viendo su rendimiento esta temporada. Y la anterior también. Vivió un calvario físico que le acompañó durante dos años, decidió parar, rechazando acudir a la selección en el verano de 2021, y desde entonces su figura ha crecido de manera tan exponencial que lo contemplado este jueves en Riad no hizo más que confirmar que está, otra vez, en plenitud.
Siempre hay que contar con el nombre de Ter Stegen cuando se recita la alineación del Barça. Solo encajó seis goles en 16 jornadas de Liga y aunque pagó los errores de su defensa en la infausta fase de grupos de la Champions, su presentación en la Supercopa de España fue sencillamente sensacional. Encajó dos goles, sí, pero si era imposible adivinar el remate de Fekir y el taconazo de Loren, antes estuvo gigantesco hasta en cuatro ocasiones que sacó manos, y un pie, casi milagrosos para que el Betis se estrellase contra la realidad.
Si medio billete del Real Madrid fue de Courtois, el otro medio, el del Barcelona, fue de Ter Stegen, presto como está para una final, la del domingo, en la que más allá de Benzema, Lewandowski, Modric, De Jong y demás, los dos porteros tendrán un protagonismo estelar.
ANSU FATI De Ansu Fati siempre se escriben los mismos titulares: se espera su resurrección, el regreso de aquel jovenzuelo que tanto maravilló hasta que las lesiones le martirizasen. Y ahí sigue. Poco a poco, sin prisa pero sin pausa, decidido a demostrar que mantiene la frescura que le catapultó al primer plano.
Le va dando minutos Xavi, poco a poco, y los va aprovechando Ansu. Muestra su atrevimiento, su calidad técnica, sus ganas y su gusto por el juego ofensivo.Y en Riad, recurso de última hora, llegándose ya a la prórroga, apareció con una clase descomunal, marcando el mejor gol de la noche con una volea tan lejana como inesperada.
De todos los cambios que hizo Xavi, Ansu Fati fue quien más se reivindicó y pidió, a gritos, más minutos en el equipo. Siempre llama a la puerta.
FEKIR Si de alguien debe fiarse este Betis que dos días antes de viajar a Riad perdió a Alex Moreno, traspasado al Aston Villa, es de Fekir, un jugador tan indispensable como inclasificable. Capaz de pasar desapercibido durante muchos minutos, cuando tiene el partido en sus pies, se convierte en el faro futbolístico de su equipo.
Lo agradeció especialmente Manuel Pellegrini, quien le dio la manija y la libertad necesarias para que el Barça pasase un calvario durante muchos minutos. Le dio para marcar un excelente gol, imposible de responder para Ter Stegen por el palo corto, y acabar agotado, impotente físicamente para jugar una prórroga en la que se le echó en falta.