Por qué ganó el Barcelona la Supercopa de España de una manera tan categórica sobre el Real Madrid
La Supercopa de España fue una fiesta azulgrana, un festival en clave Barcelona que mostró hasta qué punto preparó el staff de Hansi Flick la final y la poca capacidad de intervención, al menos en Arabia Saudita, de Carlo Ancelotti.
Flick elogió a los suyos individualmente... Pero dio el crédito de la victoria al colectivo, algo que se echó en falta, mucho, en el Real Madrid.
El Barça ganó por convencimiento. El gol de Kylian Mbappé no le hizo cambiar su idea, ni su táctica, ni planteamiento ni atrevimiento.
Brilló individualmente y dominó colectivamente mientras el Madrid, queriendo apoyarse en sus estrellas, no se sostuvo en ningún apartado.
Las claves de la victoria del Barcelona en la Supercopa
Tridente protagonista
Por segunda vez en la temporada Raphinha, Lamine Yamal y Robert Lewandowski marcaron en un mismo partido. La anterior ocasión había sido en el Clásico que se jugó en el Santiago Bernabéu y que ganó el Barça por 0-4.
'Leomine' Yamal
Con ese juego de palabras, entre su nombre y el de pila de Lionel Messi, jugó un conocido periodista catalán para explicar el juego del jovencísimo crack azulgrana, cuyo gol (trascendental del empate) recordó en su ejecución al legendario futbolista argentino y cuyo proceder en el césped, en no pocas ocasiones, refrescó tanto aquellas actuaciones... como, también, las del anterior 10 del Barça, un tal Ronaldinho.
Lamine Yamal, además, se convirtió en el futbolista más joven en conquistar la Supercopa de España, celebrando el título con 17 años y 183 dias para superar a Txiki Begiristain, que tenía 18 años cumplidos cuando la ganó en diciembre de 1982 con la Real Sociedad.
Solidaridad plena
Marc Casadó, Pedri y Gavi redondearon una final monumental, tanto en la creación como en la contención. El juego del catalán fue el auténtico termómetro del Barça, regalando una asistencia gloriosa a Raphinha, Pedri se multiplicó y Gavi, además de provocar el penalti del 1-2, fue un auténtico perro de presa por todo el terreno de juego.
Convencimiento y acierto
Antes de que Mbappé anotase el 1-0, Lamine Yamal y Raphinha ya rozaron el gol para el Barça y antes de que igualase el joven crack, el Madrid pudo haber recibido otros dos goles.
A pesar del golpe que supuso ver al Madrid por delante, el Barça mantuvo el convencimiento en su forma de jugar. Y a ello, después, añadió el acierto.
Sin sufrimiento
Desde que fue expulsado Wojciech Szczesny y posteriormente Rodrygo anotó el 2-5 y hasta que el Madrid volvió a rematar entre palos pasaron 24 minutos eternos en los que el Barça, en inferioridad numérica, supo controlar a la perfección el ritmo del juego y el partido.
No atropelló como en la primera mitad al equipo merengue, pero no sufrió, nunca, por llevarse la victoria.
Histórico Flick
El entrenador alemán sumó su sexta victoria en otras tantas finales disputadas, igualando la marca de Pep Guardiola. Y además de eso se convirtió en el octavo técnico de la historia del Barça que gana sus dos primeros Clásicos, añadiéndose a Jack Domby (1926), Ladislao Kubala (1962), Roque Olsen (1965), César Luis Menotti (1983), Terry Venables (1984), Pep Guardiola (2009) y Gerardo Martino (2014).
Le queda una marca por igualar: Guardiola enlazó con victoria sus primeros tres duelos ante el Madrid.
Las claves de la derrota del Real Madrid en la Supercopa
Mbappé solitario
Autor de un gol magnífico, que abrió la final, Kylian Mbappé volvió a ver puerta contra el Barça, sumando ya 7 goles en 6 enfrentamientos... Pero su papel quedó muy reducido ante la mediocre actuación de Vinicius o discreta de Rodrygo.
Mbappé marcó, forzó la expulsión de Szczesny y puso a prueba a Iñaki Peña siendo apenas una luz en la oscuridad global merengue y sumando su segunda derrota consecutiva ante el Barça desde que llegó al Madrid.
Desubicados los centrales
Ni Aurelien Tchouaméni es central ni Lucas Vázquez lateral propiamente dicho. Y tanto uno como el otro pasaron por un auténtico tormento ante los delanteros del Barça. Si en el bando azulgrana no se tiembla a la hora de catapultar jóvenes, en el Madrid esas decisiones son la excepción.
Bellingham reducido
Ni delantero ni centrocampista, Jude Bellingham quedó en tierra de nadie, pasando de puntillas por un partido de máxima exigencia.
Si en el último Clásico que se disputó en Montjuïc fue providencial, en esta final de la Supercopa fue una auténtica nulidad.
Dureza sin criterio
El tamaño de la goleada borró del plano la actuación arbitral, más allá de que el VAR tuviera que corregir a Gil Manzano en dos jugadas destacadas como fue el penalti a Gavi o la expulsión de Szczesny. Pero si el Barça acabó con 10 jugadores, el Madrid pudo acabar con menos ya que tanto Eduardo Camavinga, como Antonio Rüdiger y Vinicius merecieron ver la tarjeta roja por entradas, algunas de ellas, fuera de control y toda lógica.
Real Madrid, hundido
El Madrid recibió cinco goles... y uno de sus mejores jugadores fue Thibaut Courtois, que evitó otros tres. Hasta tal punto fue desoladora la imagen de un equipo hundido y entregado al rival, que esta fue la tercera ocasión en toda la historia que el equipo merengue encaja cinco goles en una final después de la final de la Copa de Europa de 1962 (5-3 ante el Benfica) y la Supercopa de España de 2007 (5-3 contra el Sevilla), convirtiéndose, además, en la de mayor diferencia en su contra.