BARCELONA -- El FC Barcelona cerró la cesión al Borussia Dortmund de Paco Alcácer, el último protagonista inexplicable de una era para olvidar en el Camp Nou, donde solamente 6 de los 15 fichajes realizados entre julio de 2015 y enero de 2018, con un costo total de 596 millones de dólares, se mantienen en la plantilla. Apenas Samuel Umtiti y Philippe Coutinho disfrutan de un papel indiscutible por el que pelea también Ousmane Dembélé.
Por Alcácer pagó el Barça 35 millones de dólares en el verano de 2016 después de que Luis Enrique, entonces entrenador azulgrana, no considerara válido para su proyecto a Munir, autor de 8 goles en 1.637 minutos la temporada anterior (2015-16) y que hizo el camino inverso, cedido al club de Mestalla.
El área deportiva, liderada entonces por Roberto Fernández, se plegó a los deseos del mismo técnico que prefirió dar la baja directamente a Sandro o forzó el fichaje de Digne sin tener en cuenta a Grimaldo (quien cansado de ser ignorado se fue al Benfica) y no pudiendo fichar a Gabriel Jesús acabó incorporando al delantero valenciano para ser el teórico suplente/competencia de Luis Suárez.
Al cabo de dos años, por Alcácer el Barça recupera apenas 3 millones de dólares en concepto de cesión, se ahorra otros tantos de su salario y, al igual que André Gomes, suspira con que en el verano de 2019 el Borussia Dortmund haga efectiva una opción de compra valorada en 25 millones... Que en los despachos del Camp Nou se sospecha no se llevará a cabo.
Y, en paralelo, Munir, el perjudicado hace dos años por la llegada de Alcácer, se convierte en el nuevo suplente de Luis Suárez. Después de sendas cesiones a Valencia y Alavés en las que mostró, indirectamente, el evidente error cometido por el Barça al ocupar su lugar por el valenciano y con el agravante de haber perdido por el camino más de 30 millones de dólares.
FIASCOS HISTÓRICOS
El Barcelona, con Zubizarreta al mando, revolucionó su plantilla en el verano de 2014 fichando a 7 futbolistas (Bravo, Ter Stegen, Rakitic, Mathieu, Luis Suárez, Vermaelen y Douglas) por los que invirtió 197 millones de dólares. De todos ellos cuatro permanecen en la plantilla y tres son indiscutibles, pudiéndose considerar una labor, la de Zubizarreta, con luces y sombras en la que ya tuvo un peso considerable Luis Enrique.
El hoy seleccionador español forzó el fichaje de Claudio Bravo por no tener confianza plena en el joven Ter Stegen y concluyó el de Douglas, apartando del plano al canterano Montoya como alternativa a Dani Alves. Lo que vino en los siguientes años fue, sin embargo, una repetición de errores, de fiascos, dignos de estudio.
Desde julio de 2015 y hasta enero de 2018 el Barça fichó a 15 futbolistas que le representaron una inversión cercana a los 600 millones de dólares y cuyo resultado deportivo (y en varios casos también económico) ha sido un auténtico reguero de fiascos.
El caso de Arda Turan, fichado en plena sanción de la FIFA al Atlético de Madrid al amparo de la Champions conquistada meses antes y presentado con grandes alardes por la directiva y el propio Luis Enrique, es sintomático de la pérdida de identidad, olfato y lógica del club azulgrana, que convirtió los 40 millones de dólares pagados por él en una cesión sin más coste que el salario para el Basaksehir de Turquía.
Se marchó con tan poco protagonismo también Aleix Vidal. Y Digne, Deulofeu, Marlon o André Gomes, jugadores que nunca llegaron a mostrar ni un ápice de lo esperado el día que se les fichó y que, recuperándose en algunos casos la inversión (Digne o Deulofeu), provocaron pérdidas de todo tipo.
Alcácer es, de momento, el último de la lista y, como en el caso de André Gomes, la pérdida financiera con él es tan enorme como difícil de explicar en cuanto a cerrar el paso a canteranos que no gozaron de la ocasión de darse a conocer. O al menos de fracasar habiendo jugado como sí hizo él.
Claro que entre esos 9 jugadores que ya dejaron el Barça tiene su apartado especial Yerry Mina, protagonista de una nueva modalidad en lo que a fichajes se refiere. Si dijo Valverde que el Barça no está para hacer negocios sino para ganar, el defensa colombiano le desmintió de manera evidente.
El club azulgrana ató a Yerry en el verano de 2017 (apadrinado por Pep Segura) para ficharle ahora, en el de 2018, pero marcha apresurada de Mascherano en diciembre adelantó la llegada del colombiano a enero. Se pagaron por él 13,8 millones de dólares al Palmeiras ya con la idea, viendo el pasotismo de Valverde, de hacer negocio con su venta.
El Barça cruzó los dedos... Y obtuvo premio gracias al Mundial de Rusia, donde Mina disfrutó de un gran torneo y provocó que finalmente se ingresaran cerca de 36 millones de dólares por su traspaso al Everton.
La llegada de Abidal, el cambio en el área deportiva y la nueva política de fichajes y traspasos da a entender un futuro distinto. Aunque no oculta, con Paco Alcácer como último ejemplo, lo sucedido en los últimos tres años.