BARCELONA -- Tres veces ratificado por el presidente y tres veces proclamando en primera persona su intención de seguir, la continuidad de Ernesto Valverde se sospecha, dos días después de perder el Barça la final de Copa ante el Valencia, muy en el aire.
Fuentes consultadas por ESPN Digital admitieron que a pesar del discurso oficial y público, en el seno del club crecen las voces favorables a un cambio en el banquillo, enfrentadas a la postura de Bartomeu.
Dos semanas después de que el nombre de Ronald Koeman apareciese en el plano como alternativa a un Valverde ya tocado tras la debacle en Anfield y entendiéndose que el club debiera llevar a cabo una renovación en el vestuario para devolver a Messi su papel de elemento diferenciador y no como único relator del fútbol azulgrana, el fiasco de Sevilla recupera toda la crudeza alrededor del técnico.
“Es nuestro entrenador y tiene contrato”, que confirmó el presidente en el mismo Benito Villamarín para alejar interrogantes, no ocultó la existencia de estos, aunque una de las personas consultadas intuyó que la toma de decisiones podría no ser inmediata, explicando que Bartomeu pretende un periodo de reflexión y de contactos al más alto nivel entre los personajes con poder de decisión, y con el mismo Valverde, antes de tomar ninguna determinación.
Más allá de debates futbolísticos, considerando que el Txingurri sigue siendo el entrenador que mejor se adapta a la idea del juego del Barcelona y que tiene interiorizado ese sistema con la plantilla, el asunto se centra más en aspectos personales y que provoca que haya quien en el club le considere desgastado.
MANDO
El debate que provoca el futuro del técnico en los despachos del club se alimenta en las dudas existentes que hay en su capacidad de dirigir una revolución o, simplemente, una regeneración en el vestuario. “Primero hay que saber qué piensa él” explicó una fuente conocedora de las relaciones en el vestuario, convencida plenamente de la validez del entrenador para mantenerse en el puesto pero, a la vez, insegura respecto a que eso vaya a suceder “si la presión lo hace insostenible”.
Apesadumbrado en su aspecto pero firme en su discurso, Valverde trasladó en la rueda de prensa inmediata a la derrota en la final de Copa sus ganas de revancha y su confianza en “darle la vuelta a la situación”, aunque en los despachos lo primero a lo que se atiende es a preguntarse si el técnico tiene suficiente capacidad de mando para imponerse a una plantilla que le apoya en su mayoría, con las figuras al frente, y que muestra una comodidad con él que hay quien considera contraproducente.
Una de las primeras señales dirigidas a cuestionar el mando que se lamenta, todavía en voz baja, tiene la plantilla sería la sustitución de ese entrenador al que Messi defendió sin disimulo en voz evidente del núcleo duro de un vestuario expectante con el futuro inmediato. A todos los niveles.