El FC Barcelona llegó el domingo a casa tras una corta, intensa y clarificadora gira por Estados Unidos en la que ganó sus dos partidos frente al Napoli y dio la sensación de estar plenamente preparado para el comienzo oficial de la temporada y confirmar, de entrada, las expectativas creadas alrededor de algunos futbolistas.
Puede que no haya demasiadas dudas en cuanto a la elección de jugadores en la portería, defensa y delantera, línea esta última que espera el retorno de Leo Messi y está expectante con Neymar, pero, el centro del campo, la sala de máquinas del equipo, se sabe ya, visto lo visto, el lugar en el que más piezas tiene para elegir Valverde y que motivará debate, sea cual sea su elección para inicial la temporada oficial.
El Barça tiene clara la defensa que estrenará la Liga en San Mamés frente al Athletic de Bilbao: Semedo, Piqué, Lenglet y Jordi Alba tomaron en Michigan el relevo de Wagué, Todibo, Umtiti y Junior Firpo, titulares en Miami y cuyo desencaje tanto provocó el descubrimiento de un Neto soberbio como confirmó los roles en una zaga que ofrece cero dudas.
En la delantera, con Messi ausente, Valverde retrasó hasta el segundo amistoso el encaje en una misma alineación de Dembélé, Griezmann y Suárez y si la actuación de los dos últimos en Miami pudo considerarse bastante discreta, su eclosión en Miami fue auténticamente de lujo, acompañados del “Mosquito” y trasladando una difícil decisión a Valverde de cara al estreno liguero, bajo el entendido de la recuperación del capitán.
Ni mencionar que en todo este rompecabezas, el encaje de Neymar, si acabase por ser fichado por el Barça, provocaría un auténtico galimatías.
El dilema
Brillante en la combinación y la profundidad, dominante y matador en el remate, el ataque azulgrana se benefició en Estados Unidos de una segunda línea, el mediocampo, que se adivina como la zona con mayores posibilidades y, a la vez, más dificultad para el entrenador.
Busquets, Rakitic y Riqui Puig formaron el centro del campo en Miami. De Jong, Sergi Roberto y Aleñá fueron los protagonistas en Michigan. Los seis, además de Rafinha, expresaron sus aspiraciones a entrar en el once tipo de la temporada y eso, sin contar a Arturo Vidal y Arthur, quienes se estrenaron con 23 minutos sin mucho a decir en el segundo partido.
Carles Pérez y Abel Ruiz se mostraron también en los minutos que disfrutaron y quedó en el limbo de la indefinición Philippe Coutinho, cuya permanencia en el club se adivina tan dudosa como inconsistente fue su poca participación en Michigan.
Es el centro del campo, de manera evidente, el lugar con mayor debate y con un dilema mayúsculo. De Jong, con 24 minutos de juego en Miami y 90 en Michigan, catapultó su candidatura a la categoría de intocable, pero sus acompañantes y su posición es lo que genera la duda. El holandés brilló como mediocentro poderoso, adelantado, líder y clarividente para amenazar la titularidad, hasta hoy indiscutible, de Busquets, pero no es el único.
Rakitic, goleador e incansable, ofreció su habitual imagen al dar a entender que quiere mantener un status muy lejano aún para Puig, señalado por Valverde en la sala de prensa, pero contestón, con maestría, en el terreno de juego.
En la pelea por minutos, ahí sigue a la espera de conocer su futuro Rafinha Alcántara, a la vez que Sergi Roberto recupera las sensaciones en una zona que conoció en el pasado y que se ha convertido en tan cara, que tiene también a Aleñá, menos mediático que otros, pero tan preparado como demostró en el segundo amistoso.
Quedan dos: Arthur y Vidal. Su papel no debería quedar en segundo plano a pesar de haber sido los últimos en llegar y, por ello, haber disputado muy pocos minutos en Estados Unidos, pero, a la vista del protagonismo de sus compañeros, se hace difícil, al menos de entrada, imaginarles por delante en los planes del técnico.
El Barça está en casa tras cerrar en Estados Unidos otra pretemporada atípica por la necesidad de combinar la preparación deportiva con las obligaciones mediáticas, pero, a pesar de ello, a cinco días de su estreno liguero en San Mamés, las sensaciones no podrían ser mejores.