<
>

Cartas desde Barcelona: Lionel Messi indulta a Quique Setién, por ahora

BARCELONA -- Desde la sentencia del jueves hasta el indulto del domingo, Quique Setién pasó sus 68 horas más inverosímiles como entrenador del Barcelona. Abandonó el Camp Nou tras la derrota frente a Osasuna sintiéndose sentenciado por el bombardeo de Lionel Messi,atendió el viernes el ultimátum de Bartomeu instándole a recuperar como fuera un mínimo control sobre el vestuario, acudió al encuentro del capitán el sábado y respiró el domingo, más por el nuevo discurso de Leo que por la propia goleada sobre un Alavés que ya estaba de vacaciones.

El viernes Setién intuía que sus horas como entrenador estaban contadas. Al acabar el entrenamiento de recuperación se multiplicaban en el club las voces favorables a tomar una determinación. García Pimienta, de hecho, encabezó el desplazamiento del Barcelona B a Málaga para disputar el play-off de ascenso sabiendo que a su regreso (en el mejor de los casos el próximo domingo) debía estar, por si acaso, en disposición de hacerse cargo del primer equipo de inmediato y con la participación en la Champions League como único objetivo y un día después, consciente de la situación, Setién dio el paso, llamando a Messi, como quien no quiere la cosa, en el campo de entrenamiento para charlar con él. Para, en pocas palabras, ponerse a su disposición.

Que el Barça respira a través de los pulmones de Messi no es ningún secreto. Y por más que le disguste tener este papel protagonista, ser señalado como el auténtico dueño del club, sabe que la situación actual le mantiene en el escenario en cualquier circunstancia. Y que de lo que ocurriera tras su charla con el entrenador podría depender la suerte de éste.

Setién se despojó de su mando el sábado. Lejos de mostrar músculo sobre sus futbolistas y si estimaba necesario o imprescindible llamarles a su despacho, ya fuer de forma individualizada, con los capitanes, o en grupo en el mismo vestuario de la plantilla para proclamar quien manda, o debiera mandar allí, el técnico optó por seguir el consejo desesperado de Bartomeu y poco menos que pedirle audiencia a Messi.

El entrenador salvó el match-ball pero intuye claramente que su permanencia en el club acabará en cuanto acabe la participación del Barça en la Champions y que solo la conquista del título en Lisboa podría prorrogar su crédito aunque el nombre de Laurent Blanc, apadrinado por Jorge Mendes, ya circula sin disimulo como sustituto de urgencia para afrontar el último año de la presidencia de Bartomeu.

De momento, con la plantilla de vacaciones hasta el próximo lunes (una determinación que en el club hay quien no entiende) Setién fue indultado. De momento.