Joan Laporta ganó, de manera contundente, las elecciones a la presidencia del Barcelona. Cerrado el escrutinio oficial, el que ya fuera máximo mandatario del club entre 2003 y 2010 sumó un total de 30 mil 184 votos, un 54,28 por ciento, por 16 mil 679 votos de Víctor Font (un 29.99 por ciento) y 4 mil 769 apoyos para Toni Freixa (8.58 por ciento).
La participación, con un censo electoral de 110 mil 635 socios con derecho a voto, fue la segunda más alta de la historia, con un total de 55 mil 611 votantes, solo por detrás de las elecciones de 2010, que ganó Sandro Rosell y en que votaron un total de 57 mil 88 socios. Si bien en aquella ocasión el censo electoral del club azulgrana era de 118 mil 655 socios contra los 110 mil 635 de este año.
Laporta consiguió de esta manera su segunda victoria electoral, al cabo de 18 años de la primera y mejorando los datos de aquella ocasión, cuando sumó un total de 27 mil 138 votos, lo que significó un 52.57 por ciento del total.
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De la lona a la victoria, desde que el 30 de noviembre presentó oficialmente su candidatura, el crecimiento en la consideración de favorito fue una constante alrededor del club azulgrana. Font, quien trabajó su asalto al despacho presidencial durante más de seis años y presentó un programa muy elaborado, claro, serio y concluyente, acabó cediendo a la imagen entre desenfadada, eufórica y nostálgica de Laporta.
Nostálgica porque su proyecto se centró en el recuerdo de su anterior etapa. Aquella en la que el Real Madrid no ganó ninguna Champions, la que comenzó con Ronaldinho como estandarte en un momento, 2003, muy parecido al actual y acabó en 2010 con el equipo de Guardiola en el escenario. Fue el factor diferencial sobre el que se sostuvo la campaña de un Laporta que saludó su triunfo con euforia junto a sus colaboradores después de compartir unos breves instantes con Font y Freixa, que acudieron a felicitarle.
Laporta ya se sabía, sospechaba, favorito desde primera hora de la mañana, lo que se denotó en su alegría durante toda la jornada, que contrastó con la seriedad de un Víctor Font que a medida que fueron pasando las semanas comprendió que su proyecto no iba a poder hacer frente al carisma del vencedor y durante todo el domingo, paseando por el Camp Nou, mantuvo a duras penas el semblante sonriente.
El Barça, hundido socialmente, precisaba un cambio. Y lo que votó el socio azulgrana fue una auténtica revolución. Lo hizo en 2003, con un resultado magnífico, y así se entiende que lo ha vuelto a hacer en 2021. Contra la depresión, alegría; contra el fatalismo, optimismo.
Sin necesidad de presentar nombres durante la campaña, este mismo domingo una fuente de su propia candidatura reconoció a ESPN Deportes que Jordi Cruyff es esperado próximamente en Barcelona para incorporarse al club como Director Deportivo. Laporta deberá darle la vuelta al calcetín después de un domingo especialmente feliz en todos los aspectos.
Comenzó viéndose ganador por la mañana, siguió presenciando como el empate en el derbi madrileño relanzaba a su equipo en el sueño de ganar la Liga y acabó, por la noche, celebrando con euforia su triunfo en las urnas.
'No surrender' fue la proclama con la que se despidió Joan Laporta al perder las elecciones de 2015 frente a Josep María Bartomeu. No se rindió, avisó que volvería... Y lo hizo. Por la puerta grande.